Hubiera causado enorme incendio; es flamable y explosivo, y ningún flamazo se registró, refieren.
Ariane Díaz
Publicado: 07/02/2013 08:00
México, DF. Académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), expertos en seguridad, ingeniería y protección civil, pusieron en entredicho que el estallido en el edificio B-2 de la Torre de Petróleos Mexicanos se haya debido a una concentración de gas metano, como afirman las autoridades.
‘‘Basta conocer las propiedades de dicho gas para descartar que se trate de la causa. Lo único que podemos afirmar sin mayor dificultad es que no se trata de gas metano; no sabemos qué sustancia es, pero ese gas, no’’, sostuvo Guillermo Garduño, experto en seguridad.
Explicó que el gas metano es resultado de un proceso de descomposición de materia orgánica, que no tiene color ni olor, y que cuando se emplea comercialmente se debe añadir cierto hedor, que es el que conocemos, a fin de advertir si hubiera alguna fuga. Es una sustancia flamable y explosiva, precisó.
En lo ocurrido en la Torre de Pemex ‘‘no hubo flamazo; si el gas metano hubiera sido la causa se hubiera producido un incendio monumental; la humareda producida hubiera sido enorme y las víctimas hubieran ardido, pero ningún herido está quemado”, expuso el académico.
Agregó que las versiones oficiales ‘‘terminan siendo una ofensa para la inteligencia de cualquiera’’ y que ‘‘más que respuestas, dejan muchas, pero muchas dudas”.
Por su parte, Raúl Lugo Leyte, investigador de la división de Ciencias Básicas e Ingeniería de la unidad Iztapalapa de la UAM, explicó que debió tratarse de unos 6 mil metros cúbicos de gas metano para causar esa explosión, y descartó que éste pudiera acumularse sin que nadie se diera cuenta.
‘‘No conozco las instalaciones de Pemex, pero podemos estimar que para una explosión de esa magnitud debió concentrarse demasiado gas, y eso tarda varios meses’’, explicó.
El experto no consideró probable que ello hubiera ocurrido sin que se percatara la gente, principalmente el personal de mantenimiento. ‘‘El personal de mantenimiento conoce bien los olores; con los analizadores de gases que existen, ya sea portátiles o fijos, lo debieron haber detectado’’, señaló.
Sobre el argumento de autoridades de la Procuraduría General de la República (PGR), de que la acumulación de agua y basura dio pie al exceso de gas, apuntó que tendría que ser bastante basura para que se diera un proceso de lixiviación y se formara el biogás. ‘‘Estamos hablando de toneladas, prácticamente de un relleno sanitario’’, y en consecuencia los malos olores se hubieran detectado.
En tanto, Delfino Hernández, geólogo especialista en protección civil, afirmó que no se debe descartar la posibilidad de un atentado, pues ‘‘los edificios se truenan de esta manera, aunque digan lo contrario, cuando hay ondas expansivas, las cuales se dan a través de explosiones por dinamita, pero según ellos no hay evidencia’’, cuestionó el académico.
Para el especialista, resulta extraño que, partiendo de que se trate de una acumulación de gas metano, la empresa que venía haciendo los trabajos de mantenimiento no se hubiera percatado que abajo había tal cantidad de la sustancia. “La expansión de la explosión fue considerable y para ello debió haber una concentración masiva de gas con mucha presión y eso debió tener meses de estarse acumulando.’’
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