lunes, 22 de julio de 2013

Acoso laboral y amenazas a periodistas


José Martínez Cruz, Marco Aurelio Palma Apodaca

Cuando las y los periodistas se encuentran en la mira de amenazas, violencia, hostigamiento, el panorama de la libertad de expresión se ensombrece. En lo que va del sexenio de Peña Nieto ha habido cuatro asesinatos de periodistas, tres desaparecidos y nueve ataques contra medios de comunicación, registrando el peor arranque en cuanto a ataques a la libertad de expresión y la profesión periodística. Existe una ley y un mecanismo de protección a periodistas, una reforma a la constitución y hay más violencia, no baja el número de ataques contra periodistas. El sexenio de Calderón es hasta el momento, el más violento para la prensa y los medios de comunicación en la historia reciente, el último año de su mandato, se contabilizaron un total de 258 agresiones a la libertad de expresión, en el marco del ejercicio periodístico, hacia el derecho de libertad de expresión, desde asesinatos y desapariciones hasta los actos más sutiles de intimidación como método para inhibir el ejercicio del periodismo.

Diversas organizaciones de derechos humanos y de periodistas hemos impulsado desde el 2008, la creación de un mecanismo para proteger a periodistas y defensores de derechos humanos. El grave panorama que viven trabajadores de los medios de comunicación en el país, se expresa en el asesinato de tantos periodistas, desaparecidos, perseguidas y amenazados. Resulta paradójico que periodistas que defienden derechos laborales de otros trabajadores, mediante notas y reportajes, carezcan de esos mismos derechos. Derechos elementales, no los fantasiosos del supuesto Cuarto Poder: salario profesional, estabilidad en el empleo, horarios de trabajo, prestaciones sociales, derecho a la organización colectiva.

En Morelos es recurrente el despido de periodistas de diversos medios, quienes, igual que cuando sufren amenazas en su vida, quedan desprotegidos.

Hay claros ejemplos que ilustran lo anterior, con despidos masivos, o con quienes son sustraídos de sus actividades regulares para protegerlos ante un posible atentado. Nuestro organismo desde el 2010, pedimos la intervención de la Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República (Rosario Ibarra de Piedra) ante los constantes ataques de funcionarios y al efecto se tomaran las medidas conducentes de protección y hostigamiento laboral sufridas, en la Institución Pública del Sistema Morelense de Radio y Televisión que dependía del Congreso del Estado de Morelos, y en el mismo sentido solicitamos darle seguimiento a esta grave situación que vive el gremio del periodismo en el Estado de Morelos, demandamos en su momento “las medidas cautelares” y las responsabilidades especificas por parte del Gobierno del Estado de Morelos y la Comisión de Radio y Televisión del Congreso del Estado de Morelos, particularmente a la Senadora en su momento, le pedimos su respectiva colaboración toda vez que las quejas elevadas por el personal del SMRT al Congreso, cayeron en oídos sordos de Diputados. Ninguno de los diputados de la anterior legislatura asumió la defensa al grado que actualmente se ventila ante el Tribunal de Conciliación y Arbitraje.

Demanda por hostigamiento laboral, que se tradujo en congelarlos, reubicarlos o despedirlos. Al respecto la SCJN ha definido el acoso laboral de la siguiente forma: Se han identificado una serie de conductas o comportamientos que son indiciarios de la existencia del acoso moral y/o psicológico en el trabajo.

Entre éstos encontramos: conductas que pretenden atentar contra la reputación de la víctima o contra el ejercicio de su trabajo, y conductas que traten de manipular la comunicación en información con los demás compañeros o superiores. Dichas conductas tienen como resultado, por lo general, daños a la salud laboral y a la dignidad del trabajador.

Comúnmente encontramos que son actos repetitivos, sistemáticos o recurrentes, pero no debe fijarse un periodo mínimo para hablar de la existencia de acoso laboral. No disparen al periodista, respeten sus derechos, es la consigna.

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