Laura Itzel Castillo
La propuesta de volver a hacer una reforma energética es obviamente privatizadora. A quienes señalan que “no se va a vender un solo tornillo, ni un pozo”, les respondemos que volteen a ver lo que está pasando en Chicontepec, en los llamados campos maduros, o en la Cuenca de Burgos, por poner algunos ejemplos, donde son precisamente las empresas trasnacionales las que extraen los hidrocarburos, violando flagrantemente la Constitución Política de México.
Hasta hoy nuestra Carta Magna señala claramente que la nación tiene el dominio inalienable e imprescriptible sobre sus recursos naturales, además de prohibir expresamente el otorgamiento de concesiones y contratos a particulares sobre la explotación de los hidrocarburos. Los principales proveedores de crudo del país son los yacimientos de Cantarell y Kub Maloob Saap, en el Golfo de México, que son explotados directamente por Pemex, no por las trasnacionales, a las que ahora también pretenden entregárselos.
Para quienes argumentan que solamente los trasnochados aferrados al pasado pueden estar en contra de las reformas estructurales, hay que recordarles que la dignidad y la valentía de los héroes de la patria que defendieron los intereses del pueblo tiene que ver con principios y valores que hoy como ayer y siempre seguirán siendo vigentes.
Seguir el consenso de Washington es actuar a favor de los intereses de otra nación, pero no de la nuestra. México tiene petróleo, cuenta con gente capacitada todavía, a pesar de haber ido quitando personal para incorporar a extranjeros.
Por eso, si se redujera la carga fiscal de Pemex, como se pretende en la reforma, se estaría beneficiando a los privados. ¿Por qué? Porque con la reforma, lo que ahora paga Pemex de impuesto, no lo pagarían los privados, con lo que se afectaría directamente al presupuesto para escuelas, hospitales, etcétera.
Para quienes señalan que no se va a ceder la renta petrolera, les decimos que los contratos incentivados que actualmente licitaron para empresas privadas ya la ceden, pues la renta petrolera es la utilidad que obtienen de la extracción del petróleo, que está en proporción de la cantidad de barriles que explotan.
¿A quién quieren engañar?
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