oaquín Hernández fue por tres décadas el líder del sindicato de Pemex, hasta su arresto en un operativo militar en Tamaulipas en 1989 por orden del presidente Carlos Salinas, luego de que apoyó la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas y habría publicado un libro contra Salinas.
Foto: Archivo/Cuartoscuro
Un pasquín contra la figura de Carlos Salinas de Gortari, una historia de excesos y dádivas a los trabajadores petroleros de Tamaulipas marcaron la carrera política de Joaquín Hernández Galicia, ex líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
La Quina, quien murió la mañana de este lunes 11 de noviembre, fue desde 1958 el secretario general de los trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex). Ocupó el cargo durante 31 años.
En esos años, el líder originario de Tampico fue conocido por regalar despensas en actos públicos, casas a la población o por ser testigo en bodas y bautizos.
Su “reinado” terminó en los primeros días del gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari.
El 10 de enero de 1989 Hernández Galicia fue arrestado por elementos del Ejército Mexicano en su casa de Tampico, Tamaulipas, y entregado a la PGR acusado de evasión fiscal por más de 3 mil 500 millones de pesos, introducción ilegal de aeronaves con valor superior a los 10 millones de dólares, homicidio calificado, acopio de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.
Con los cargos que se le imputaron, fue condenado a 35 años de prisión.
La ruptura con el PRI
Dentro la estructura del sindicato que dirigió más de tres décadas, La Quina ocupó de inicio cargos administrativos menores.
Posteriormente alcanzó tal poder político que se encargó de designar diputados federales y senadores, alcaldías y presidencias municipales en regiones petroleras del país. Era considerado un líder moral en el gremio.
La persecución política de Hernández Galicia comenzó cuando el líder sindical expresó su rechazo a las políticas de privatización del gobierno del presidente priista Miguel de la Madrid y se enfrentó con Carlos Salinas de Gortari, secretario de Programación y Presupuesto, por los recortes al gasto de Pemex.
Durante la campaña presidencial de 1988, Hernández Galicia dio la espalda al candidato Salinas del PRI, y apoyó al candidato del Frente Democrático Nacional (izquierda), Cuauhtémoc Cárdenas, quien durante la elección de julio ganó en distritos electorales habitados por trabajadores petroleros.
No sólo eso.
Trascendió que durante la campaña La Quina patrocinó la publicación del libro ¿Un asesino en palacio? que narraba el episodio de niñez de Carlos y Raúl Salinas de Gortari, en el que una empleada doméstica murió, a manos de los menores, por el disparo de un rifle calibre .22, propiedad de su padre, Raúl Salinas Lozano, entonces alto funcionario del gobierno. Con ese antecedente, el libro cuestionaba la aspiración presidencial de Carlos Salinas.
Al llegar a Los Pinos, Salinas no perdonó a Hernández Galicia y lo encarceló.
Operativo contra La Quina
Junto con La Quina cayeron sus cercanos, encabezados por Salvador Barragán Camacho, otros 30 petroleros fueron encarcelados y destituidos de sus cargos en el sindicato. Tras esto, llegó a su cargo el secretario general del gremio Carlos Romero Deschamps, que se mantiene al frente del gremio petrolero.
En 1997, Hernández Galicia recibió una amnistía, y fue trasladado a un hotel de Cuernavaca bajo la condición de arraigo domiciliario. Tres años después quedó en libertad.
Los últimos años se dedicó a apoyar a su hijo Joaquín Hernández en actos públicos, quien contendió por la alcaldía de Tampico. Incluso en febrero pasado celebró la detención de la ex líder magisterial Elba Esther Gordillo.
“Había dos personas connotadas involucradas con la delincuencia sindical: Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps“, recordó.
A los 91 años de edad, La Quina murió la madrugada del lunes 11 de noviembre del 2013, tras pasar permanecer hospitalizado desde el 28 de octubre, a causa de intensos dolores en el colón.
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