Ya había externado en alguna ocasión que no desaprovecharía la oportunidad para hacer críticas a la iglesia católica, pero esta vez lo que externo no es una crítica. De hecho no sé como definirlo, pero de que tengo que compartirlo, tengo qué.
En mi emoción por la nueva exposición del Zócalo -Huellas de la Vida-, envié un par de correos electrónicos a algunos viejos contactos con quienes suelo intercambiar información diversa (siempre y cuando no se hable de la tremebunda política) invitándolos a que asistan. Creo que me equivoqué con uno de ellos, ya que... pues sí, me respondió, pero ingenua yo, pensando que quizá leería un 'gracias, lo tomo en cuenta', un 'trataré de hacerme un espacio', un emocionante 'ya fui, ¡te lo recomiendo!' o un válido 'no me interesa/no me gustan esos temas/me aburren esos temas', me encontré con toda una argumentación:
Satanás ha fundado todas esas teorías de evolución y sabes bien que Satanás es el enemigo de Dios. Ahí tienes a Darwin con su evolucionismo. Tú y tus libros como el del mundo y sus demonios me recuerdan a libelos como el de el origen de las especies. Date cuenta que individuos como Sagan, a quien tanto admiras por cierto, han aprendido a repetir las mismas mentiras a partir de Darwin. Todas esas ideas te alejan del plan divino, pero allá tú. No me extraña entonces porqué hemos dejado de contactarnos como antes lo hacíamos.
No negaré que con un 'no, gracias' me hubiera bastado.
¿En qué momento se perdió esa cordial relación entre esa persona y yo? Ubico el momento en que nos reenviábamos constante información cuando el conflicto post-electoral estaba al rojo vivo. Ella no dejaba de mandarme infinidad de misivas dirigidas a AMLO en donde "una mayoría" le solicitaba al político tabasqueño que "ya dejara a Felipe Calderón gobernar por el bien de México puesto que las elecciones se habían llevado a cabo en un ambiente de paz". Eran esas típicas misivas que terminaban con el '¡reenvía!'. Por mi parte, yo le reenviaba las primeras y pocas imágenes que yo comenzaba a tomar estando presente en mis primeros mítines como renegada recién nacida. Por fin entendimos el punto: estábamos ubicadas en posturas con una visión de un México muy diferente. Los correos dejaron de llegarme. Algo se fracturó (¿esto le suena a algún compa renegado?).
De verdad que no quisiera hacer con la última respuesta que me envió el juego de la hilación: ella, de derecha; yo, de izquierda. Trato de no hacerlo, pero me repito una y otra vez que las casualidades no existen, amén de que ese 'no me extraña entonces porque hemos dejado de contactarnos como antes lo hacíamos' por supuesto que lleva implícito el mensaje.
Caray... ahora resulta que hasta Sagan me ha salido un enviado de Satán. Será entonces que el Lic. Mephistopheles nos hace y nosotros nos juntamos, ¿que no?
Seamos bienvenidos, una vez más, al México del S.XXI.
De verdad que no puedo definir el tipo de sentir que me provocan comentarios como el que recibí. Creo que es una mezcla de desasosiego y tristeza y ello es no tanto por la persona, ya que tengo muy claro que las personas van y vienen, solo son muy pocas las que nos tocan de alguna manera y terminan quedándose con nosotros. El desasosiego me viene por el contenido de su respuesta y tengo que leer y releer ese correo para creerlo, ya que si alguien más viene y me cuenta que algo así le sucedió me costaría trabajo hacerlo, sin embargo, caminando sobre la misma premisa de que no existen las casualidades, traslapo mentalidades así a muchas situaciones que vivimos y no me es complicado deducir porqué estamos como estamos y eso no me causa ninguna gracia... creo que más bien duele.
El colofón: Y ya que estamos en la línea de que las coincidencias no existen, recibí casi a la par del correo que cito en esta entrada uno más que igualmente me deja pensando en muchas cosas. Sé que muchos podemos pensar que se necesitaría ser muy ingenuo para tomar en serio correos como este, pero después de leer posturas como las de esa ex-camarada... todo puede ser posible.
Y mientras tanto, hoy jueves, todo mundo a mi alrededor en la oficina habla de la final de futbol, desde profesionistas hasta el bolero. Habiendo tantas cosas más importantes y trascendentales en nuestro país que deberían ser del dominio público... ¿Pues qué nos pasa?, ¿de verdad estaremos retrocediendo en todos los ámbitos?
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