México SA
Viacrucis en el México real
Sector salud: desabasto y burocracia
ABC: nueve meses de impunidad
Carlos Fernández-Vega
Marcha de padres de niños muertos en el incendio de la guardería ABC Ulises Gutiérrez
Después de muchos años sin enfrentar al gigantesco monstruo burocrático del sector salud, uno pierde condición, pero ahora fue necesario: un accidente infantil en horario inapropiado puede resultar fatal cuando, por la misma dinámica de encontrar ayuda y respuesta médica, uno se entera de que alguna autoridad sanitaria decidió, quién sabe cuándo ni por qué, que un medicamento antitetánico sólo se encuentra y aplica en la red hospitalaria del gobierno federal (para estos efectos hay que enfermarse o lesionarse de 7 a 19 horas, ni antes ni después, porque de lo contrario hay que regresar al día siguiente, y al que le sigue, para saber si tienen la cortesía de brindar atención).
Antes de esa brillante decisión (la de catalogar, entre otros tantos, la vacuna antitetánica como de distribución y aplicación exclusiva del sector salud) el asunto solía no ser tan complicado: acudir a una farmacia cualquiera, tener el dinero necesario, comprar la medicina indicada por el médico, adquirir la jeringa, inyectar y listo. Tan sencillo como eso. Pero como al gobierno federal le fascina complicar lo que suele ser fácil, alguna autoridad sanitaria resolvió, sin más, que sólo el sector salud, en toda la República, está autorizado para manejar el producto, distribuirlo y aplicarlo en sus establecimientos especializados, de tal suerte que un civil de a pie sólo encontrará solución a su emergencia en la Secretaría de Salud, el IMSS y/o el ISSSTE, y es allí donde comienza la aventura –casi siempre fallida– de enfrentar al gigantesco monstruo burocrático, que se robustece si la emergencia se presenta en plenas vacaciones de Semana Santa.
Comienza el viacrucis, para estar a la altura de la temporada, en el México real. Un accidente nocturno (23 horas, más o menos), con un niño de siete años y una varilla oxidada como protagonistas de la historia, resultan más que suficientes para confirmar el deplorable estado en que se encuentra la red hospitalaria del sector público y la ominosa burocracia que lo domina y lo carcome. Lo indicado para este caso –el metal oxidado incrustado en la pierna del crío– es que, más allá de la curación de la herida, se aplique un antitetánico de inmediato, y mejor si puede ser antes.
No es la única ocasión y difícilmente será la última, pero sí la primera vez en la que los padres del niño y los generosos amigos que compartieron el accidente, la preocupación y la aventura de terror, debieron invertir alrededor de 24 horas para conseguir (en el límite del plazo marcado por el médico, a un precio exorbitante, casi en calidad de producto prohibido y tras un espantoso periplo de tres horas por prácticamente toda la red hospitalaria de Cuernavaca, Temixco y Jiutepec, más el ininterrumpido uso de teléfono e Internet) un medicamento que no hace mucho, sin más, se conseguía en la farmacia de la esquina.
En este México de las percepciones, resulta infinitamente más fácil conseguir alcohol, cerveza y tachas que una vacuna antitetánica. En las farmacias privadas de la zona morelense automáticamente remitían a la red hospitalaria del sector salud si la pretensión era conseguir una. Así, en la atiborrada área de urgencias del Hospital General Regional del IMSS, en Cuernavaca (después de consultar en cinco ventanillas en las que respondían de manera clásica y con el amargor de siempre –aquí no es, vaya a la de enfrente, si quiere–), por fin una mascadora profesional de chicle informó oficialmente: no tenemos antitetánica, se agotó, no sabemos cuándo llegue, y aunque hubiera la atención es de las 7 de la mañana a las 19 horas, pero como son vacaciones, regrese el lunes, o vaya a otra parte. Y retornó a su telenovela, mientras cientos de mexicanos de a pie esperaban, apiñados y entelarañados, a que alguien, algún día, los atendiera. De allí al Hospital General de Cuernavaca de la SSA: cerrado, porque atienden en horario de oficina. Más adelante la Unidad de Medicina Familiar número 16, en Temixco: lo mismo, pues abren de 8 de la mañana a 16 horas. Igual en el Centro de Seguridad Social de Jiutepec (de 8 a 14 y de 16 a 20, el enfermo escoge). El ISSSTE ni pensarlo: se requiere rigurosa acreditación de burócrata en activo. Quedaba la Cruz Roja, que felizmente no pertenece al circuito oficial, donde la respuesta fue idéntica: no podemos manejar antitetánicos ni medicamentos contra picaduras de alacrán ni araña; es ridículo y dañino lo que hicieron, pero es así, sólo en el sector salud, y éste tiene horario riguroso, máxime en vacaciones. También el Instituto Nacional de la Salud Pública (contesta una grabadora con opciones en español e inglés y música para tranquilizar, en espera de que nadie conteste). En fin, después de mil vueltas, igual número de llamadas telefónicas y consultas por Internet, en el límite se consiguió la antitetánica, obvio es que no en el sector salud.
Tanto que el gobierno federal presume la privatización como el nirvana, para que a estas alturas decida que la antitetánica y otras vacunas similares sólo en el destrozado sector salud y en riguroso horario de oficina. Quiere controlar el o los medicamentos, adelante, pero que lo haga bien, que garantice el abasto, que resucite su red hospitalaria, que expulse al repulsivo personal burocrático que dice atender en clínicas y hospitales públicos, que en su lugar ponga a mexicanos con sensibilidad social y que atiendan las 24 horas del día, porque ahora, con dicha decisión, si a algún mortal se le ocurre rebanarse una pierna con una varilla oxidada o dejarse picar por un alacrán o cachondear con un araña, entonces no le queda de otra que hacerlo de 7 a 19 horas. Tal vez así pueda conseguir una vacuna antitetánica para un niño de siete años.
En este México del cinismo desenfrenado, el IMSS Morelos presume tener al día los medicamentos que se requieren en las instituciones del sector salud para atender los principales problemas de salud de la población mexicana; hemos mejorado notablemente el abasto de medicinas a nuestros derechohabientes; trabajamos todos los días para que tú y tu familia reciban los medicamentos que necesitan.
Moraleja: te enfermaste, te cortaste, te infectaste… te jodiste en el sector salud.
Las rebanadas del pastel
Hoy, nueve meses después de la tragedia en la Guardería ABC de Hermosillo (en la que 49 niños murieron calcinados y más de 40 resultaron gravemente heridos), la justicia se mantiene prófuga, y los responsables sonrientes y abrazados al hueso por obra y gracia del inquilino de Los Pinos… Pues nada, que este día le ponemos la velita número nueve a México SA.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV
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