lunes, 5 de abril de 2010

Solidaridad con Rafael Rangel Sostmann



Manuel Camacho Solís
Solidaridad con Rafael Rangel Sostmann
05 de abril de 2010


2010-04-05




La violencia entre las bandas del narcotráfico y de éstas con las fuerzas de seguridad está alcanzando a la población civil. Así lo comprueban los asesinatos de los jóvenes de Ciudad Juárez y ahora de los estudiantes de posgrado del ITESM, Jorge Antonio Mercado Alonso y Francisco Javier Arredondo Verdugo. Estos hechos y la falta de respuesta gubernamental —autoridades sin coordinación, sin información fidedigna y sin sensibilidad— muestran los puntos flacos de la política en curso y debieran llevar a una revisión seria de la sustancia de la política de seguridad y de su comunicación, antes de que sea demasiado tarde.

En el caso de Ciudad Juárez están emergiendo nuevas voces sociales que reclaman un cambio. En el de Monterrey, el rector del Tecnológico, el doctor Rafael Rangel Sostmann, se vio obligado a hacer frente a la crisis que provocaron los homicidios de sus estudiantes y al hacerlo —con honestidad, inteligencia y responsabilidad— asumió un liderazgo que ninguna otra figura pública tomó.

El rector del Tec de Monterrey es una figura respetada en el gobierno federal y entre los principales empresarios. Su obra educativa es ejemplar. Por lo tanto, su opinión reviste singular importancia. No es la opinión de un opositor, ni de alguien interesado en afectar el prestigio del gobierno federal o del estatal. Es la de un hombre a quien le estalla una crisis mayor en su propia casa y se ve obligado a actuar, pero no se conforma con encabezar una protesta más; busca que la experiencia propia se convierta en una propuesta útil a la sociedad.

Rangel denuncia y propone: “Cómo explicar el caso de los estudiantes a los que les quitaron la identidad, los quisieron esconder, los llamaron sicarios, les endilgaron portación de armas prohibidas y ahora nadie es responsable”. “Debe haber muchas víctimas en el país que están sufriendo lo mismo que nuestros estudiantes”. “Muchos cuyos crímenes quedan impunes, con un carpetazo, sin la menor investigación”. “El problema empieza con la política estadounidense; el Ejecutivo tiene que exigir un freno”. “Hay que acotar al Ejército, porque no es una policía urbana, no puede andar de ministerial resolviendo casos. Luego hay que fortalecer a las policías y eso le toca al gobernador”. “Los gobernadores buscan salir en la foto antes que resolver problemas; los legisladores debaten en función de su interés personal o de partido y el gobierno federal opta por dar cuanto antes carpetazo a los crímenes”. “La solución de los paramilitares es una estupidez”. “No se pueden sentar ni tres días para encontrar soluciones a cuestiones concretas”.

Las afirmaciones del rector del Tec son las de un hombre que pudo mirar con lucidez a la crisis de seguridad. En un punto alto de la crisis, el rector hace un llamado a dialogar, proponer y actuar; a restablecer el orden constitucional. Rangel debiera ser escuchado y atendido. Un buen principio sería que los responsables se reunieran tres días a revisar lo acontecido.

Coordinador del Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA)

Fuente: El Universal
Difusión AMLOTV

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