Desde la década del ’90 el territorio argentino está siendo objeto de un permanente saqueo de sus recursos naturales. Uno de los más afectados son los vinculados a la minería con los consabidos desastres ambientales (enorme consumo de agua, contaminación), sociales (desterritorializaciones, migraciones), económicos (fin de las economías artesanales)
Grandes proyectos se han instalado y aún planean instalarse. Pascua Lama es un doloroso ejemplo de ello. Otro capítulo más se gestó en Catamarca. Agua Rica es un mega emprendimiento minero tres veces superior en magnitud al de La Alumbrera que, según se prevé, iniciará la explotación en breve, sumándose a la contaminación ya generada por la segunda a través de los drenajes ácidos de su dique de colas y su mineroducto Andalgalá – Tucumán que afecta territorios en inmediaciones de las poblaciones de los Valles Calchaquíes, Andalgalá, Belén y Santa María, etcétera.
Vecinos por la Vida es un colectivo de autoconvocados de Andalgalá (integrante de la Unión de Asambleas Ciudadanas –UAC -) que se opone a la instalación de estos megaproyectos y denuncia que los yacimientos metalíferos de Agua Rica se extienden hasta las propias viviendas de Andalgalá, obligándolos al éxodo.
A mediados de diciembre de 2009, decidieron cortar el movimiento de suministros desde y hacia Agua Rica y La Alumbrera. La medida se tomó constituyéndose en asamblea permanente en defensa de la tierra ante los sucesivos avances mineros que terminarán de arrasar la región.
Debido a que los camiones mineros intentaron esquivar los piquetes de los autoconvocados, los manifestantes pidieron al resto de las poblaciones de los valles calchaquíes que frenen el movimiento de estos gigantescos transportes a medida que intenten evitar los cortes de ruta.
El capítulo más grave comenzó a escribirse el viernes 12 de febrero. Ese día, la policía cercó el lugar donde estaban los manifestantes que se encontraban en ese momento (algunos antropólogos, arqueólogos, docentes y muchas familias bajo un algarrobo). El lunes 15 por la tarde, el grupo especial Kuntur (una fuerza de choque antimotines) y efectivos de Gendarmería, con perros y equipo para reprimir, intentaron disuadir a los manifestantes para que los vehículos mineros de Agua Rica atraviesen la ruta hacia el yacimiento. Numerosos manifestantes fueron llevados a las comisarías de Andalgalá y Chaquiago. Las acciones represivas llevadas a cabo provocaron la reacción de 10 mil personas (la mitad de los habitantes del pueblo) que comenzaron a tirar piedras en los negocios proveedores de la minera y en el edificio de la municipalidad”.
Al día siguiente, el juez de Minas Guillermo Raúl Cerda notificó al apoderado de la empresa Agua Rica, el “cese de actividades hasta nuevo aviso”, con la intención de poner fin al conflicto social en la zona.
Como en Esquel, a principios de la década, una comunidad local hizo valer su derecho a disfrutar de un ambiente sano, sin contaminación, ni saqueo, sin injerencias externas. Esperamos que el ejemplo se multiplique en todos los confines del país, en cada sitio puesto en jaque por las garras de las empresas transnacionales.
Fuente: FOCO
Difusión: Soberanía Popular
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