Hasta hoy, después de casi cuatro años en resistencia, el balance de las acciones emprendidas por el movimiento de resistencia civil pacífica nos marca que hemos errado la estrategia. Tratar de solucionar los graves problemas económicos, políticos y sociales, que nos aquejan a todos, mediante marchas, plantones, huelgas, etcétera, de nada ha servido. La derecha corrupta, fascista, prevaricadora, injusta y rapaz, no ha dejado de avanzar en su empeño por entregar lo que nos queda de país a los intereses extranjeros, principalmente a los intereses de EU. Ellos siguen imponiendo la agenda entreguista, con o sin ayuda de la izquierda moderna encabezada por Jesús Ortega y Camacho Solis. Incluso, han llegado a la represión y eliminación de los disidentes con tal de seguir en su afán entreguista. Siguen privatizando todos los sectores productivos y de servicios, que el Estado tiene obligación de proporcionarnos porque para ello pagamos impuestos, repartiéndose el botín. La militarización y muerte de inocentes civiles, "confundidos" con pandilleros o sicarios, ha llegado a colocarnos como uno de los países más inseguros del mundo. La impunidad de los gobernantes raya en el cinismo, como en el caso del infanticidio en la guardería de Hermosillo. Los presos políticos y de conciencia siguen encerrados por la injusticia que se ha enquistado en el aparato judicial. Muchas cosas anómalas más están pasando y nada hemos logrado frenar.
La desconfianza que la clase política ha generado en la mayor parte de la población no ha sido capitalizada por el movimiento, ya que este se ha encasillado en la protesta como forma de lucha, dejando de lado lo que se puede hacer para reinvindicar la lucha y generar simpatía en la población apática que es manipulada por los medios masivos de comunicación.
Considero, nuevamente, que las marchas, plantones y huelgas, han pasado a formar parte del problema que vivimos en el país, en lugar de formar parte de la solución. En lugar de ganar adeptos y simpatías por la lucha, hemos generado descontento en las personas que se han visto afectadas por estas acciones de lucha, legítimas, pero insuficientes para generar la conciencia que queremos en toda la población.
Lo que propongo, para generar la simpatía y conciencia de la población, es dar un giro a la estrategia de lucha. En vez de marchas, plantones y huelgas, utilicemos a las casas del movimiento como centros de atención ciudadana para la resolución de sus problemas. Propongo que se conformen grupos de especialistas, en las diferentes áreas, para dar asesoría y proporcionar servicios que ayuden a la solución de los problemas que aquejan a la sociedad. Por ejemplo, el grupo de abogados, que se conforme en cada casa del movimiento, que preste sus servicios profesionales a la ciudadanía para la resolución de conflictos con bancos, empresas, particulares, etcètera. Lo que pretendo es que estos abogados cobren sus honorarios a los ciudadanos que quieran ser representados por ellos, para que se lleven a cabo los juicios en favor de los afectados, con la seguridad que no se venderán a la contraparte. Es legítimo y legal que se cobren los servicios prestados por los abogados, obviamente a un precio menor que los servicios ofertados en el mercado, pero con la diferencia que los honorarios sean cobrados hasta que el juicio haya terminado favorablemente para el ciudadano.
Lo mismo se puede hacer con el grupo de médicos, arquitectos, etcétera. Con ello logramos dos cosas: a) que la gente se sienta integrada en la lucha y b) obtengan un beneficio real de lo que estamos haciendo para cambiar el estado actual del sistema. Al mismo tiempo, podemos hacer autosuficientes a las casas del movimiento con las aportaciones que donen los grupos que presten sus servicios.
Mientras sigamos pensando que solo con la concientización podremos cambiar el sistema, estaremos condenados al fracaso. Reitero, una vez más, que la vía electoral está cancelada, ya que todos los partidos solo ven por sus intereses y cuando llegue el tiempo de elegir presidente, el sistema los comprará a todos para que ninguno postule a AMLO a la presidencia.
Lo que se requiere son acciones que tengan una repercusión positiva directa en la gente, para así lograr las simpatías y la unión que necesitamos para detener a esta clase política parásita que nos tiene sumidos en la pobreza, violencia, injusticia, desempleo y desigualdad.
También, propongo que se cree una bolsa de trabajo entre todos los que estamos en el movimiento para auto emplearnos. Unámonos para salir del atolladero en el que estamos.
Debemos iniciar la desobediencia civil pacífica ya. No pagar impuestos como primera medida. Debemos cortar el suministro de dinero a la delincuencia que esta en Los Pinos.
POR SALUD MENTAL, APAGA LA TELEVISIÓN.
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