Viernes Contemporáneo
Armando Ortiz
Protección civil; en prevención ni eficaz ni eficiente
Señala una enciclopedia en línea que “la prevención contra los daños causados por fenómenos naturales extremos es posible y mucho más eficiente que la atención de una emergencia causada por la ocurrencia de estos fenómenos, y más económica que la reconstrucción de los daños”. Pero para lograr esto se requiere de una administración eficiente y eficaz que fomente en la población una conciencia de la necesidad de un sistema de predicción y previsión de catástrofes naturales y que tenga una política real de prevención.
En Veracruz año con año, temporadas vienen, temporadas van y en los mismos lugares se siguen sufriendo los daños que causan las contingencias ambientales. Se inundan las mismas zonas, las mismas poblaciones, ahora con la novedad de nuevas ciudades que se suman al recuento de los daños. ¿Qué mérito tiene querer tapar el pozo cuando el niño se ha ahogado? Peor aún cuando se ha sabido durante mucho tiempo que el pozo seguirá destapado y año con año el niño seguirá ahogándose.
Recuerdo que la administración fiel inicio con una fuerte contingencia, donde se destacó el protagonismo de Fidel Herrera quien con los pies descalzos, escoltado por varios guaruras que le sostenían los paraguas, entregaba despensas a damnificados. Esa misma imagen se ha repetido durante los seis años de su administración. Fidel ha sido un gran alivio para esas personas que han perdido todo. Y las personas quedan tan agradecidas que hasta se les olvida preguntar quiénes son los verdaderos responsables de las pérdidas sufridas.
Esta administración no se ha diferenciado de las anteriores en su ineficiencia e ineficacia en la prevención contra los daños causados por los fenómenos naturales. ¿Cuál es la diferencia entre eficiencia y eficacia? La eficacia tiene que ver con resultados, está relacionada con lograr los objetivos. La eficiencia, en cambio, se enfoca a los recursos, a utilizarlos de la mejor manera posible. Pues esta administración no ha logrado prevenir y ha sufrido las consecuencias; es decir no ha sido eficaz. Y no ha sido eficaz porque no ha utilizado los recursos de manera eficiente. Claro que hay un presupuesto para desastres naturales y de no haberlo se debería buscar un fondo, no para desastres naturales, sino para prevenir los daños que pudieran causar los desastres naturales.
Como ya se anotó, si hubiese una verdadera política de prevención, sólo se hubiera requerido una pequeña parte de todo el presupuesto que se ha utilizado para costear los daños causados por los fenómenos naturales. Pero tal parece que esta administración no quiso prevenir para obligar en el momento del desastre que el gobierno Federal aflojara los recursos millonarios del FONDEN (Fondo Nacional para Desastres Naturales). Parece especulación, pero entonces por qué, si se habilitó la Dirección de Protección Civil a rango de Secretaría, no se hicieron programas ni obras con el propósito de prevenir los desastres. En los informes que sus subalternos leen al gobernador en esas reuniones maratónicas que tiene, alguno de ellos le reportó que como siempre el río Bobos se desborda cada año; pero el gobernador, abrumado por tanta desgracia no le pudo preguntar a este subalterno como es que no se han hecho obras de prevención para evitar que cada año el río se desborde por el mismo lado. En la Ley de Protección Civil para el estado está muy clara esta obligación:
“La Protección Civil en el Estado es el conjunto de disposiciones, medidas y acciones realizadas por la Administración Pública Estatal y los gobiernos municipales, en sus respectivos ámbitos de competencia, en coordinación con los sectores social y privado, para proteger la vida de la población, sus bienes, servicios estratégicos y su entorno, frente a la eventualidad de un desastre provocado por agentes naturales o humanos a través de la prevención, el auxilio, la recuperación y el apoyo a la población”.
La protección civil sólo se logra, de acuerdo a esta ley mediante la prevención, de ahí se parte al auxilio. Pero no hay prevención, porque año con año los desastres acaban con la vida presente y futura de muchas familias que como paliativo reciben despensas de galletas de animalitos, sopas de pasta, frijoles de bolsa, azúcar, arroz y agua embotellada. Pero seguro ellos preferirían no recibir esas despensas con tal de tener obras en sus comunidades que eviten que año con año los ríos se traguen sus patrimonios.
Cabe mencionar que la Secretaría de Protección Civil en la actualidad sólo ha servido para administrar los desastres y los millonarios recursos del FONDEN. Si se piensa bien, esta política puede ser considerada criminal. El gobierno estatal lo sabe, por eso reparte con urgencia despensas, para que los damnificados se olviden de los verdaderos responsables.
Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com
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