jueves, 4 de noviembre de 2010

CÁRCELES POR ESCUELAS

CÁRCELES POR ESCUELAS

Por: Claudia Rodríguez
Desde hace muchísimo tiempo, en México existe un viejo debate entre si es mejor destinar dinero y recursos varios a la educación o a la construcción y mantenimiento de prisiones.



De hecho existe un chiste contado de una y varias formas en el que se detalla que un político o funcionario a la mexicana dice que destinará una gran cantidad de recursos económicos a la construcción de centros carcelarios más que a la de centros educativos. Cuándo se le pregunta el por qué de tal decisión, argumenta la factibilidad elevada de que él o sus descendientes puedan llegar con más facilidad a una cárcel que a una universidad.

De la burla a la realidad el hecho es que la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados ya cabildea un incremento de presupuesto de alrededor de 4 mil 660 millones de pesos para mejorar cárceles locales, centros de capacitación para policías y programas de prevención del delito por entidad.

Del presupuesto anterior, 2 mil millones de pesos irían de forma directa al fondo para la infraestructura penitenciaria.
Así están las cosas en nuestro país, se habla más de los criminales y su destino, que de los estudiantes y su futuro.
Me asusta de verdad, que en México nuestros niños y jóvenes tengan cada vez menos oportunidades de educación y de empleo, pero en caso de delinquir, sí pudieran tener acceso a estancia carcelaria.

¿Oportunidades de educación? ¿De empleo?
Y si no hay ninguna de las anteriores, ¿entonces qué hacer?

Es un hecho que en nuestro país desde hace décadas, cientos de personas –hombres y mujeres--, ingresan a las corporaciones policiacas y del Ejército más que por vocación porque en éstas encuentran una pertenencia a algo y a alguien, y una solución no sólo de alimentación, sino incluso de vestido.

Miles de jóvenes mexicanos se alistan en la Policía sin ninguna vocación de servicio, sino como simple ocupación y al final, eso les conduce a ser malos servidores públicos y muchos de ellos con gran facilidad encuentran el camino de la corrupción, o bien, desisten de su servicio para incorporarse con mayor facilidad a las líneas del crimen.
Vamos muy bien, del chiste a la realidad y la vergüenza.

Total, en este país los delincuentes se codean con la clase política y al final, pueden salir de los centros carcelarios por la mismísima puerta grande. Los demás, el pueblo, ese que muchos creen invisible hasta en las cárceles que les construyen, si bien no tienen tanta facilidad para salir del encierro a veces injusto, quizá sí puedan derribar muros.

Acta Divina…En junio del 2005, luego de haber pasado 10 años en prisión y defender su inocencia en los juzgados, Raúl Salinas de Gortari abandonó el penal estatal de Santiaguito, luego de que un tribunal federal lo declaró inocente del asesinato de su ex cuñado José Francisco Ruiz Massieu por el que en un principio se le condenó a 50 años de prisión.

actapublica@gmail.com


Fuente: Indice Político
Difusión: AMLOTV

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