martes, 15 de marzo de 2011

El concepto de la república de Simón Bolívar tiene una rigurosa actualidad


La idea de república electiva que tenía Simón Bolívar y la importancia que le concedía al poder ejecutivo –a quien comparaba con el sol “que, firme en su centro, da vida al universo”– se observan vigentes en la época actual, lo que representaría una victoria tardía del imaginario político del libertador, planteó el politólogo argentino Natalio Botana, durante en la segunda edición de la Cátedra Carlos Fuentes, de la Universidad Veracruzana (UV), celebrada el jueves 10 de marzo en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) en Xalapa y transmitida por el sistema de videoconferencias a todos los campus universitarios.

En su ponencia Bolívar y el constitucionalismo latinoamericano en el Cono Sur; 1818-1853, el también historiador repasó los primeros años de la independencia en esa región y también habló de cómo el pensamiento del libertador influyó en otros proyectos constituyentes. Para él, la forma en que éste entendía la república se prolongó en el tiempo y no sólo en el Cono Sur hispanoamericano: “Más tarde se estiraría hasta llegar al México del tiempo de Porfirio Díaz”.

Bolívar, dijo, se caracterizaba por ser un escribidor de constituciones y un liberal avanzado de cuño revolucionario: “El libertador de la gran Colombia era un conservador centralista que asumió sin fortuna alguna el papel excepcional de la dictadura republicana”.

Además, fue “un republicano a destiempo, incapaz de hacer que las leyes pudieran sobrevivir a la acción de la espada; un republicano de rasgos imperiales que pretendía para todo el continente sudamericano una liga y confederación perpetua”.

Natalio Botana relató que en alguna ocasión el venezolano propuso la idea de un presidente vitalicio que a su vez nombrara a un vicepresidente, que estaría a cargo de administrar al estado. De esa forma, explicaba Bolívar, se evitarían las elecciones, a las cuales llamaba el gran azote de la república. “Soñaba con que la monarquía pudiera penetrar los intersticios de la legitimidad republicana. Proponía con tal objeto un presidente vitalicio armado con la autoridad suprema, pues mandaba al ejército, provisto además de un arma no menos contundente ya que controlaba su propia sucesión”, añadió.

Asimismo, sostuvo que lo que Bolívar intentaba hacer a la luz del día, pues lo estipulaba una Constitución, entre nosotros se hizo mediante un sistema rutinario, organizado en la trastienda de las leyes. Forzando el reeleccionismo indefinido o, en su ausencia, mediante el montaje fraudulento de una tramoya electoral entre presidentes salientes y entrantes”.

Agregó que “este juego de máscaras generó una escisión en el estado y la sociedad, entre la masa de una población que se percibía excluida de los beneficios de la libertad política y de la igualdad ciudadana que aquélla supone”.

Relató que las “salidas posibles” a tal panorama –revoluciones, reformas y otros movimientos de tipo regeneracionista– “no hicieron más que oscurecer la otra cara del momento bolivariano: aquella que cifraba el destino de nuestras repúblicas en el potencial igualitario de la libertad civil”.

Botana también habló de Juan Bautista Alberdi, jurista que sentó las bases de la Constitución argentina de 1853 y quien fue un atento seguidor de las acciones promovidas por Bolívar.

En 1881, comentó, Alberdi registró el papel predominante de los gobiernos electores: “no hay más que elecciones oficiales en el país, es decir, nombramientos, promociones que hacen los gobiernos, de los funcionarios que los han de continuar en sus funciones”.

En su descripción, Alberdi señalaba que, en consecuencia, “las elecciones consistirán en la designación del sucesor por el funcionario saliente, y el control institucional lo ejercerá el gobernante sobre los gobernados antes que el ciudadano sobre las autoridades que él ha elegido en comicios periódicos”.

Por lo anterior, aseguró Natalio Botana, “los dos propósitos (de Bolívar) de, por un lado, democratizar la república y por otro republicanizar la democracia, guardan rigurosa actualidad”.

Fuente: La Jornada de Veracruz

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