Laura Itzel Castillo
En tiempos de canallas como los actuales, en que impera el pragmatismo, las ambiciones vulgares y la búsqueda del poder por el poder, Alejandro Encinas se ha mantenido firme en sus convicciones, sin aceptar el canto de las sirenas ni las ofertas de Los Pinos.
A muchos les resulta incomprensible que, desde el principio, el diputado con licencia haya rechazado, sin lugar a dudas, ser candidato a la gubernatura del estado de México por una alianza opositora que incluyera al Partido Acción Nacional. Quienes así piensan, creen que la unidad de las izquierdas y una parte de la derecha puede reproducir automáticamente el fenómeno ocurrido en Oaxaca, Puebla y Sinaloa e incluso el de Guerrero.
El problema con este planteamiento es de lógica elemental. Como lo sabe cualquier estudiante preparatoriano que haya leído el libro de Eli de Gortari sobre esta materia, es común que se elaboren mal los silogismos. Así, para que una conclusión sea cierta, necesariamente debe de partir de premisas verdaderas. También puede ocurrir que la premisa sea correcta, pero en tiempo distinto, y entonces el resultado será falso.
Hay quienes critican a quienes nos oponemos a una alianza de la izquierda con el PAN en el Edomex, aun cuando en 1999 la hayamos apoyado. A ellos les recuerdo que en esa época la lucha se centraba en contra del partido de Estado, pero resulta que hoy el PAN es gobierno y lleva más de 35 mil muertes en una guerra estúpida, declarada por Felipe Calderón con fines propagandísticos y de legitimación en el ejercicio del poder.
Bienvenido el debate. El asunto de fondo es la existencia de tácticas y estrategias distintas al interior de la izquierda. Cada quien está en su derecho de defender lo que crea conveniente y de ubicarse donde lo crea correcto.
A mi juicio, quienes creen en las alianzas tácticas con el PAN, sobre todo en estos momentos, están en un error. Quienes así piensan, se conducen en la lógica de que ganar no es lo más importante, es lo único. En resumidas cuentas, están de acuerdo con la premisa de Maquiavelo tantas veces repetida: el fin justifica los medios.
A ellos, sin embargo, Encinas les ha estado demostrando que existen otros caminos. Que ganar no es lo único. Lo ha dicho hasta el cansancio Andrés Manuel López Obrador: el PRI y el PAN pueden tener diferencias por cuestiones de forma o por puestos menores, pero en los asuntos de fondo, como la reforma laboral que quieren imponer en estos días, siempre se ponen de acuerdo. Como ocurre con toda oligarquía. Como es usual entre la mafia en el poder. Por eso no podemos unirnos al PAN. Por el contrario, debemos diferenciarnos de él y de lo que ha hecho en el ejercicio del poder.
Fuente: El Gráfico
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