viernes, 19 de julio de 2013

Amenazan habitantes con levantarse en armas tras ataque a bebé a machetazos


RODRIGO SOBERANES

Una comunidad de Medellín amenaza con “levantarse en armas” luego del asesinato a machetazos de un niño de un año y dos meses de edad que fue atacado junto con su madre mientras dormían.

El bebé Jeshua Alexánder Fierro Cámara recibió dos machetazos en la cabeza, el sábado pasado a altas horas de la noche. Aparentemente, la causa del crimen es un simple robo.

El bebé aún respiraba y su madre, Karen Areli Cámara Juárez, estaba inconsciente a su lado. Los dos estaban bañados en sangre, según contó el abuelo de ella y bisabuelo de él, Guadalupe Cámara Castro.

“Estaba mi hija tirada boca arriba con dos machetazos en la cabeza, uno en la oreja y mi nieto de un año y dos meses tenía un machetazo en la frente, estaba boca abajo y con un charco de sangre sobre la cama”.

Dijo que prefirió no llamar a una ambulancia y llevar a los heridos en su auto, pero al llegar al Hospital Regional de Veracruz, Jeshua ya tenía muerte cerebral, les dijeron los médicos.

La madre del bebé fue operada por las lesiones en su cabeza y la recomendación de los doctores era que no saliera del hospital, sin embargo, este jueves fue llevada a la misa de cuerpo presente y al sepelio de su hijo luego de firmar una responsiva en el nosocomio.

La misa se celebró en medio de un clima de indignación total por parte de unos 400 habitantes de El Tejar que se dieron cita (algunos con pancartas), para mostrar su repudio a ese crimen y el hartazgo ante la ola de violencia en la que, dicen, viven cada día.

“Que desgracia sufrió mi familia”, dijo un familiar de avanzada edad que estaba sentado en la entrada de la iglesia.

“Ya no aguantamos aquí. Estamos en un pueblo sin ley, ¿qué quieren, que el mismo pueblo se levante y haga justicia? Eso va a suceder si no vemos justicia. Nos vamos a levantar en armas para poder ver si hay justicia o no”.

Junto estaba otro familiar que también buscaba hablar con los reporteros para expresar lo que sentía y lo que quería hacer por el asesinato del bebé.

“¡Que me busquen a mí que soy un hombre grande. Me trabo con con ellos a machetazos, que nunca que se metan con un niño chiquito, y dormido!”, exclamó.

También ahí estaba un vecino que narró varios crímenes que, dijo, están sin resolver, o resueltos pero los delincuentes están libres y a la vista de todos.

“Los marinos hacen su trabajo pero el Ministerio Público los suelta. Vamos a tener que tomar por nuestras manos la justicia. Vamos a tener con quemar a un cabrón o colgar a varios”, advirtió.

El cortejo fúnebre partió hacia el panteón con jóvenes, adultos mayores y niños enardecidos que soltaban sus lágrimas, gritaban consignas contra los cuerpos de Seguridad Pública y hablaban de tomar la justicia por sus manos.

Todos ellos caminaron bajo el sol unos cinco kilómetros.

En el trayecto, pararon en la sede de la comandancia municipal donde arrecieron los reclamos y golpearon la puerta pidiendo la salida del comandante y de los elementos de esa corporación.

Siguió la marcha y los voluntarios se ofrecían a cargar el pequeño féretro forrado con tela blanca. Metros adelante encontraron a una patrulla detenida con tres policías y los increparon con gritos e insultos.

Lo mismo ocurrió frente al palacio municipal y luego el grupo se adentró en una carretera rodeada de vegetación. Los gritos iban disminuyendo a medida que aumentaban el cansancio y la sed.

Ya en el cementerio, unas 100 personas esperaban para unirse al duelo de los familiares.

Un pariente cercano pidió a los medios de comunicación que no registraran el momento del entierro.

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