Laura Itzel Castillo
Posterior a la Reforma Energética de 2008, Petróleos Mexicanos (Pemex), asignó cinco bloques de 10 mil kilómetros cuadrados a diversas empresas trasnacionales, para realizar experimentos y encontrar la mejor tecnología para la extracción del petróleo en la zona de Chicontepec. Esta amplia región denominada Aceite Terciario del Golfo, ATG, por sus siglas, está ubicada al norte de Veracruz y parte del estado de Puebla.
La paraestatal, implementó un esquema denominado Laboratorios de Campo para ceder grandes bloques a los privados, para la experimentación tecnológica en esa área. El objeto era lograr extraer de esos complejos yacimientos el crudo y el gas que viene asociado, para garantizar el incremento de la productividad, debido al bajo rendimiento que ha tenido desde que se anunció el proyecto Chicontepec, hace algunos años.
En lugar de que el Instituto Mexicano del Petróleo, IMP, creado para la investigación, el desarrollo científico y la innovación tecnológica, realizara esa importante labor, fueron las empresas privadas las que mediante jugosos contratos realizaron este trabajo, que les permitirá determinar cómo y dónde extraer nuestro petróleo.
Dentro de las empresas que fueron contratadas para dicha labor, en Chicontepec, se encuentran Weatherford, Baker Hughes y Halliburton, entre otras, quienes en el año 2010 obtuvieron contratos por más de 300 millones de dólares. Por lo que no es de ninguna manera casual que hayan sido ellas precisamente, quienes se quedaron también con los contratos para extraer el crudo.
Las zonas que ahora van a explotar, estas compañías, están cerca de los Laboratorios de Campo donde indudablemente, obtuvieron mejores rendimientos, que son: Coyotes, Presidente Alemán y Agua Fría.
Esto implica que quienes se van a beneficiar con la implementación de los Laboratorios de Campo, son las compañías privadas y no Pemex, empresas que además recibieron ganancias para determinar el tipo de tecnología y las mejores zonas para la extracción petrolera.
Quienes explotan el petróleo en el Paleocanal de Chicontepec son desde hace años las empresas trasnacionales. Firmas que además gozan de un régimen especial, que les reduce considerablemente la carga fiscal. Estamos hablando de 32.5 dólares por barril que deducen de impuestos por la explotación del yacimiento. Cuestión que fue aprobada por el Congreso de la Unión en el año 2009.
En síntesis, cuando Chicontepec era un laboratorio, las empresas privadas extranjeras tenían ganancias, Pemex y la Nación, pérdidas y el Instituto Mexicano del Petróleo estaba prácticamente en el abandono. Ahora que parece que habrá ganancias para el país, se nos trata de convencer que la modernización implica que hay que compartir esas ganancias. Por lo menos 32.5 dólares de cada barril no llegarán al presupuesto. Si ya pagamos el Laboratorio de Campo ¿Por qué tenemos que compartir las ganancias?
Fuente: El Universal
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