lunes, 28 de junio de 2010

El audio escándalo y la amnesia de Héctor Yunes Landa

Pulso critico

J. Enrique Olivera Arce

En un país de leyes, porque si algo nos sobra son leyes, en las que éstas no constituyen ningún impedimento para que florezca por doquier la corrupción y la impunidad, no es extraño que el Maestro Fidel Herrera Beltrán considere infundada y frívola la solicitud de juicio político que en su contra promueve la bancada panista del Senado.

El argumento central en que se apoya el gobernante veracruzano para considerar como improcedente a la iniciativa panista, es el carácter ilícito del espionaje a que dieran lugar las ampliamente difundidas grabaciones de sus conversaciones privadas, asegurando que la presenta alguien que violó el artículo 134 del Código Federal de Procedimientos Penales, que tipifica como delito las intervenciones telefónicas.

En el mismo tenor el diputado y ex aspirante a la candidatura del PRI a la gubernatura de Veracruz, Héctor Yunes Landa, brinda a nombre de la diputación local su respaldo y apoyo irrestricto al Maestro Fidel Herrera Beltrán, expresando: “El Senador Madero, sabe de antemano que su propósito no prosperará, ya que no se puede sustentar apego ni defensa de la legalidad a través de un acto evidentemente ilícito, como lo es la intervención de conversaciones privadas, su edición, y manipulación con fines de persecución política”

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?

Por encima de la ley se simula pretender hacer valer la ley por parte de ambos servidores públicos. Es parte de un juego que el aún gobernador conoce a la perfección, como el mismo lo afirmara ante los medios.

El asunto de las grabaciones de marras, se hace pasar a segundo plano. El autoritarismo y arbitrariedad de un servidor público, titular del Poder Ejecutivo Estatal, no violenta la soberanía popular en tanto el espionaje está penado por la ley. Así, el carácter ilícito del origen de los audios se privilegia frente al presunto irresponsable manejo del patrimonio de los veracruzanos depositado en la administración pública estatal. La intervención del gobernador en un proceso electoral del cual debería ser garante de limpieza, equidad, transparencia y credibilidad, es pecata minuta frente a la acción de “mentes criminales” que, violentando la intimidad del mandatario, graban y divulgan sus conversaciones.

Paradójico, pero así es como de manera frívola, cínica se actúa, violentándose el estado de derecho se exige impunidad en nombre del propio estado de derecho.

En ello se fundamenta la estrategia de defensa legal seguida por el gobernante, los diputados locales y, para confirmar la regla, algunos medios de comunicación afines que le legitiman ante la opinión pública, o el mismo IEV en boca de su consejera presidente; dejándose de lado como algo meramente anecdótico, el tema sustantivo del audio escándalo que, en las actuales circunstancias que se viven en la entidad, tiene o debería tener, preeminencia político electoral por sobre cualquier salida legaloide a dirimir en su oportunidad ante los tribunales.

Pretender tapar el sol con un dedo, desviar la atención de lo políticamente sustantivo a un asunto de barandilla de ministerio público, cuando la opinión pública ya juzgó y condenó políticamente lo presuntamente expresado por el mandatario en conversaciones telefónicas, eso no sólo resulta frívolo e inconsecuente, constituye un insulto a la inteligencia de los veracruzanos y una afrenta a la vida democrática que con tanto esfuerzo se pretende construir.

De Fidel Herrera Beltrán no es de asombrarse, lo frívolo y cínico como político innato, lo lleva en su naturaleza. Lo verdaderamente vergonzoso es que su defensor oficioso sea Héctor Yunes Landa, quien ahora manifiesta graves síntomas de amnesia.

El legislador y presidente de la Mesa Directiva del Congreso Local, olvidó en provecho propio que apenas hace unos cuantos meses denunció el carácter antidemocrático de la vida interna de su partido político, la intervención del gobernador en la preselección y elección del candidato a la gubernatura, y el uso arbitrario del poder en apoyo a Javier Duarte de Ochoa. Denunció públicamente, en su pretensión de ser el elegido, lo que hoy defiende con tanto ardor en nombre del estado de derecho, involucrando a todos los diputados locales entre los que se cuentan algunos de sus más acres críticos que le condenaran por insubordinarse a la voluntad de Fidel Herrera Beltrán. ¡Vaya incongruencia! Esto no es frivolidad, para los ciudadanos informados tiene otro nombre.

Flaco favor por cierto, le hace Héctor Yunes Linares al Sr. Javier Duarte de Ochoa, víctima involuntaria de los arranques y proclividad de su padrino y mecenas a ofender a los miembros de su gabinete. ¿O ya se olvidó aquello del “tontín, “el borrachito” ó “el coco”. Don Héctor alza la voz en contra de un ilícito espionaje pero se guarda muy bien de no desmentir lo que presuntamente expresó telefónicamente Herrera Beltrán, quien colocara ante la opinión pública al hoy candidato del PRI a la gubernatura de Veracruz en calidad de “retepen…”, servil, y complice de malos manejos del erario público. Ya lo pagará Don Héctor Yunes Landa, caso de que el delfín triunfe en las urnas.

Lo explícito de la defensa legal, no exime de lo que implícitamente representa en términos político electorales el tenor de las grabaciones difundidas. Prospere o no la solicitud de juicio político en contra del Maestro Herrera Beltrán, para bien o para mal quizá ello pudiera reflejarse en las urnas el próximo domingo 4 de julio. Lo demás es lo de menos, en un país en el que las leyes de dictan para violarlas y los mexicanos estamos prestos para aplaudirlo, porque ya estando acostumbrados, carecemos de capacidad de discernimiento e indignación.

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Difusión: soberanía popular

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