viernes, 2 de julio de 2010

La elección poblana es una lucha entre Gordillo y Marín, señaló López Obrador

MARTÍN HERNÁNDEZ ALCÁNTARA

En vísperas de los comicios en los que se renovarán la gubernatura, los ayuntamientos y el Poder Legislativo de Puebla, Andrés Manuel López Obrador reiteró que la contienda se ha reducido a una lucha entre el poder del gobernador priista Mario Marín Torres y el de Elba Esther Gordillo Morales, agregando que los candidatos respectivos de ambos –el tricolor, Javier López Zavala, y el panista, Rafael Moreno Valle Rosas– no son opciones reales de democratización para la entidad.

El llamado “presidente legítimo” estuvo este jueves en la Angelópolis para presentar su libro La mafia que se adueñó de México y el 2012, pero antes del acto fue entrevistado por varios medios locales. Ante el cuestionamiento sobre la incorporación de su hermano Arturo a la campaña de López Zavala, el abanderado de la alianza Puebla Avanza –integrada por el PRI y el PVEM–, López Obrador respondió que no compartía esa adhesión, pero que la respetaba.

En seguida insistió en que no hay diferencias sustanciales entre López Zavala y Moreno Valle: “unos son rateros y otros son ladrones”, exclamó.

Los seguidores del tabasqueño abarrotaron el auditorio del Sindicato Nacional de Telefonistas, donde se llevó a cabo la presentación y ante quienes el ex candidato presidencial insistió en que la organización de la sociedad civil es el instrumento fundamental para vencer a la oligarquía que, al margen de la institucionalidad, se ha impuesto en México.

Particularmente criticó a quienes están pregonando que lo mejor que le puede pasar al país es el regreso del PRI a la presidencia de la República, cuando ese partido ha sido el causante de las calamidades que sufre el país, principalmente el de la injusta repartición de la riqueza.

Consideró que el vergonzante enriquecimiento de un grupo de 30 personas a quienes llama “la mafia”, y que fue beneficiado por Carlos Salinas de Gortari, ha cerrado las expectativas de vida de millones de mexicanos, y por eso es entendible la descomposición social y la incorporación de miles a la espiral de la violencia que cunde por el país.

Señaló que habiendo visitado los 2 mil 500 municipios que hay en la República Mexicana ha encontrado un pueblo vigoroso, dispuesto a realizar las transformaciones que el país necesita por la vía pacífica.

Conocimiento, fortuna y voluntad

López Obrador estuvo acompañado de José Agustín Ortiz Pinchetti y del historiador Lorenzo Meyer, quien se encargó de hacer una reseña del libro; de entrada, el analista manifestó que López Obrador es un hombre “que sirve a la política y no que se sirve de la política”, y resaltó que a pesar de no ser un escritor ha escrito varios libros; el primero, un recuento de los políticos liberales del siglo XIX en Tabasco, y otros, como fue el caso del tema del Fobaproa.

En seguida, mencionó que con La mafia que se adueñó de México y el 2012, el ex candidato presidencial no aspira a descubrir algo nuevo, sino “a apuntar a una verdad que es rotunda, presentada de una manera sucinta y el análisis de sus consecuencias: el regreso de la oligarquía al punto dominante donde se encontraba justo hace un siglo”, en los prolegómenos de la Revolución.

Sin embargo, Meyer resaltó que aún en 1910, Porfirio Díaz podía poner límites a un hacendado, pero hoy es difícil que Felipe Calderón pueda ahora limitar a una empresa como Telefónica.

“El peso de la oligarquía es un factor determinante en el ámbito político y económico, y sus consecuencias las padecemos todos”, aseveró.

Lorenzo Meyer dejó claro que difería con la categoría de “mafia” que utiliza López Obrador, porque este tipo de asociación criminal actúa de manera secreta y tiene jerarquías, pero ambas condicionantes no se cumplen en el caso de la oligarquía mexicana.

“Aquí todos saben quiénes tienen el control económico de México”, apuntó el historiador, antes de mencionar como ejemplos los nombres de Carlos Slim y Roberto Hernández, integrantes de un grupo que no ha sido electo democráticamente, pero que decide los destinos de México

El escritor también se refirió a la visión de López Obrador, y aseguró que el tabasqueño no plantea destruir el capitalismo ni acabar con los ricos, sino encontrar un nuevo equilibrio entre la sociedad y la gran empresa privada.

Meyer señaló que uno de los problemas con estos 30 magnates es que no tienen institucionalidad, pero gozan de sumo poder gracias a la intervención del ex presidente priista Carlos Salinas de Gortari, cuyo poder emerge de la debilidad de los demás y de “su capacidad para ser puente entre el poder formal del gobierno federal (panista) y el PRI; entre el poder formal del PRI y el grupo de (30) personas muy poderosas, porque tiene a la economía en sus manos, entre estos 30 poderosos y las televisoras. Ahí está el poder real de un solo personaje que creíamos que ya se había ido, pero no, volvió, resucitó de entre los muertos; está en una posición muy central; este es el papel que aborda el libro de Andrés Manuel, quién es Salinas”.

Meyer también resaltó la vocación política de López Obrador por tener contacto directo con la gente y conocer los problemas del país. Tal vez el recorrido que ha hecho por los 2 mil 500 municipios mexicanos, algunos visitados hasta en más de una ocasión, señaló, le dan al tabasqueño “un entusiasmo que no comparto”, sobre la posibilidad de que el país cambie de la mano de la gente.

Al final, expresó, el libro de López Obrador abre una esperanza para 2012. El historiador mencionó que camino a Puebla, en la carretera, venía hablando con el “presidente legítimo” sobre Maquiavelo y la concepción que el pensador florentino tenía sobre el poder político, que es una mezcla de fortuna, voluntad y conocimiento, agregando que López Obrador tiene de sobra los dos últimos elementos.

Meyer advirtió que de continuar las cosas como hasta ahora, el riesgo que se corre en 2012 es el de regresar al pasado, un pasado que ha tenido más o menos momentos buenos, pero que en el pretérito reciente ha tenido episodios lúgubres.

Los achichincles

Al tomar la palabra, López Obrador se refirió a Lorenzo Meyer como “el mejor historiador de este país”, y para explicar su libro leyó el prólogo, en el cual se menciona que la obra “tiene el propósito fundamental de aclarar lo que está sucediendo, porque hay mucha desorientación en nuestro país, de manera deliberada se está tratando de ocultar la realidad”.

En esa lógica, mencionó que “la mafia” que impuso a Felipe Calderón Hinojosa en la presidencia de la República ahora lo culpa de todos los males que hay en el país, porque “no sólo quiere engañar y evadir su culpabilidad en el desastre nacional, sino asegurar la continuidad del gobierno de la élite, la corrupción y los privilegios; tan es así que han echado a andar un cambio del régimen que con el apoyo de sus medios de comunicación buscan, en medio de la desorientación, inducir la idea de que la solución es el regreso del PRI a la presidencia, como si esto no se hubiera originado cuando ellos utilizaban a ese partido y como si esto representara algo distinto”.

Advirtió que el auge de la violencia es el fruto podrido de la política del pillaje que ha venido imponiendo una minoría para saciar su codicia, el grave problema de la violencia lo crearon quienes de manera irresponsable han saqueado al país, han socavado los valores de la conciencia nacional, han promovido la desintegración, solamente así se puede entender todo este estallido de odio y de resentimiento”.

“Ahora se le echa mucho la culpa a los políticos de lo que pasa, pero los políticos son meros achichincles de esos 30 que aparecen en el libro, que nunca dan la cara, de quienes nunca se habla porque son muy poderosos, porque están protegidos y que son los que ahora quieren usar al PRI para seguir con su régimen de privilegios”.

Fuente: La Jornada de Oriente
Difusión: soberanía popular

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