martes, 15 de febrero de 2011

Elena Poniatowska presenció la entrega del Parque Movimiento Estudiantil 1968


PAULA CARRIZOSA

Al presenciar la entrega del “Parque Cultural Movimiento Estudiantil 1968”, el único espacio de la provincia mexicana dedicado a recordar la matanza de Tlatelolco, la escritora Elena Poniatowska dijo sentir un sentimiento mixto: aquel que recordaba la masacre de muchos estudiantes valientes y otro, al mismo tiempo triste, por el ataque a la libertad de prensa cometido en contra de la periodista Carmen Aristegui.

Integrantes de la Brigada 68, un grupo de académicos e investigadores poblanos que en aquellos años participaron en el movimiento estudiantil, recibieron ayer en comodato este espacio ubicado en el bulevar Xonaca, entre las calles 24 Norte y 22 Oriente de la ciudad de Puebla, que servirá para mantener viva la memoria del Movimiento Estudiantil de 1968, reprimido por Gustavo Díaz Ordaz.

El acto sirvió para que decenas de seguidores de la escritora, quien en días pasados fue galardonada con el Premio Biblioteca Breve de Novela que entrega la editorial española Seix Barral, llegaran con carteles y mantas en contra de la violencia, con frases como “No más sangre” y “No tenemos que morir para ser escuchados”.

No faltaron las consignas para recordar el movimiento estudiantil. De entre éstas, destacó el verso “Los empleados municipales lavan la sangre en la plaza de los sacrificios”, que escribiera Octavio Paz.

También, algunos llevaron pancartas de apoyo para Aristegui, “Carmen, los ciudadanos estamos contigo”; y otros con frases dedicadas a Elena: “Es esencial tu voz entre la nuestra, de tu conciencia surgió nuestra semilla”.

Y mientras los participantes esperaban la llegada de Poniatowska, el acto sirvió para el encuentro, el reconocimiento y los abrazos de aquellos que siendo jóvenes, habían participado en la lucha estudiantil. “¿Tú de qué te acuerdas?”, se preguntaban algunos.

La llegada de Poniatowska se advirtió cuando comenzaron los aplausos y los gritos de “¡bienvenida!” y “¡arriba Elenita!, que brindaban algunos de los asistentes.

Del brazo del antropólogo Julio Glockner, llegó sonriendo y enseguida fue abordada por sus lectores y los medios de comunicación.

A estos últimos les dijo que México ha pasado por varios momentos claves: hace más de 40 años, con el movimiento estudiantil, cuando sucedió el terremoto de 1985 y ahora, con los ataques a los periodistas, a quienes el gobierno lucha por callar para que no hablen más sobre la corrupción, de Marcial Maciel o de Mario Marín.

Por ello, advirtió que de no permitir la libre expresión, la mala obra “se les va a voltear y revertir”, ya que será la población quien demande su derecho por saber y opinar.

Luego de unos minutos, tras saludar a sus amigos y a los más jóvenes, de recibir flores y abrazos cálidos de las mujeres que le reconocían su valor y su trabajo; Poniatowska tomó el micrófono y expresó que el país no está en su mejor momento debido al narcotráfico y a la pérdida de personas inocentes que han caído por el enfrentamiento entre el gobierno y los cárteles.

“Imposible no hablar de las mujeres, de su embate frente a los sucesos sangrientos, de la entereza de las madres al saber de la muerte de sus hijos en la guardería ABC o de la lucha de las indígenas zapatistas que buscan la igualdad ante los hombres”, señaló entre aplausos.

Sobre el parque y la escultura realizada por el artista plástico Joaquín Conde –que lucía una manta con la expresión “Genocida Díaz Ordaz”–, la autora de La noche de Tlatelolco, testimonios de historia oral, señaló que sirve de recordatorio para que los niños y los jóvenes sepan quién fue Díaz Ordaz, “un hombre que no valía la pena, que como un padre enloquecido perdió el control y mató a balazos a sus hijos”.

Entre porras y voces que la llamaban “¡Elenita, Elenita!”, la cronista caminó hacia el centro de la plaza donde fue colocada una placa conmemorativa en “Recuerdo de la visita de Elena Poniatowska, cuya conciencia crítica e integridad moral iluminarán la noche de Tlatelolco a las futuras generaciones”.

Por su parte, el miembro de la Brigada 68 Aurelio Fernández Fuentes recordó que tal cómo Carmen Aristegui lo aclaró la semana pasada, su salida de MVS Radio no sólo se debía a petición de la presidencia, sino más bien a los “poderes fácticos” que corresponden a las televisoras, las empresas que realmente gobiernan al país.

Lo sucedido a Carmen, aseguró, representa la lucha por la libertad de expresión, por lo que su defensa es la de todos los medios de comunicación.

El director de La Jornada de Oriente recordó que en Puebla el gobierno que encabeza Moreno Valle está manejando recursos públicos a favor de los intereses privados y de los “que aplauden”, mientras que los que señalan y cuestionan actos ominosos.

Ejemplos claros, son la reforma a la Ley de Proyectos para la Prestación de Servicios, con la que se permitirá al Poder Ejecutivo delegar a empresas privadas la dotación de los servicios públicos hasta por 30 años, y la iniciativa de reforma sobre los delitos de calumnia y la difamación, en la que un periodista, en vez de ser penalizado con una multa de 7 mil pesos, podría ser despojado de su patrimonio.

Con las consignas “¡qué viva Elena!”, “¡qué viva Carmen!” y “¡qué viva el periodismo libre e independiente!”, Aurelio Fernández llamó a celebrar este espacio que servirá, además de un recordatorio a lo sucedido el 2 de octubre de 1968, como un centro de recreo para los habitantes de la zona.

El próximo 10 de junio los integrantes de la Brigada 68 anunciaron que recordarán el “halconazo de Echeverría”, el episodio de represión que sucedió en 1971 y en el que estudiantes fueron violentamente reprimidos por un grupo paramilitar al servicio del estado llamado “Los Halcones”.

Recordaron que aunque se quiso eliminar el nombre de Gustavo Díaz Ordaz de la diagonal, no les fue otorgado ese derecho, por lo que ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos impugnarán la decisión y lucharán por que la plaza sólo sea dedicada al movimiento estudiantil.

La tribuna sirvió para que un par de estudiantes convocaran a participar el próximo 17 de febrero en una concentración en contra de la violencia. El acto se celebrará a nivel nacional, y en Puebla se llevará a cabo a partir de las 5 de la tarde en el zócalo.

Fuente: La Jornada de Oriente

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