lunes, 12 de septiembre de 2011

Ex braceros salen a la calle a continuar una protesta que comenzó hace más de 50 años


Se unieron al plantón que mantienen desde hace 15 días miembros del Suacobaej frente a Casa Jalisco

JORGE COVARRUBIAS

Tenían unos 18 años de edad cuando se fueron de braceros a trabajar en la pisca de limón a Estados Unidos. Les pareció buena idea trabajar unos años y traerse los dólares para construir un patrimonio. Pensaban en montar un negocio, y en comprar un terreno.

Con lo que no contaban es que el dinero que se ganaron mediante asoleadas en el campo, el gobierno gringo lo pagó directamente al gobierno mexicano y éste se quedó con el 10 por ciento sin el consentimiento de los trabajadores.

Nicolás Ortiz Martínez no sabe cuánto le corresponde, han pasado más de 50 años que se la vive reclamando, que ya perdió las cuentas. A sus 73 años no se cansa de exigir que le devuelvan el dinero que le quitaron. Sus ojos vidriosos, sus articulaciones artríticas, no le quitan la sed de justicia.

“Trabajé mucho tiempo en la cargadera y también me pensionaron, pero sucede que estamos con un gobierno muy, de a tiro muy malo, y como los sindicatos se dejan, nos fregó el sindicato. Nos cobraban el 10 por ciento de lo que ganábamos. Éramos cargadores y ganábamos mucho dinero, hasta para mantener a tres familias, pero ellos se quedaban con todo”, recuerda que ejerció el oficio de cargador a su regreso de Estados Unidos.

Hoy se cumplieron 15 días del campamento que montó el Sindicato Único de Académicos del Colegio de Bachilleres en el camellón de la avenida Manuel Acuña, frente a Casa Jalisco. Una treintena de ex braceros también se sumaron a la acción de pernoctar en ese sitio, y ayer protagonizaron una marcha más hacia la residencia del gobernador del estado, Emilio González Márquez.

Se reunieron en torno a la glorieta Minerva, que sin previo aviso fue cerrada para los automovilistas, y alrededor de las 17 horas se enfilaron en medio del caluroso sol por la avenida López Mateos rumbo a Casa Jalisco. También repartieron volantes a todo automovilista que se quedó atorado por el congestionamiento vial.

Se les unieron estudiantes de sociología de la Universidad de Guadalajara, docentes del Colegio de Bachilleres y miembros del Partido Comunista de México, que ondeaban réplicas de aquella bandera roja que utilizó la desaparecida Unión Soviética.

Tiene una opinión negativa del gobernador, a quien dice lo conoció personalmente cuando, en su etapa de presidente municipal de Guadalajara, vivió en la colonia Vallarta San Jorge. Él trabajaba como jardinero y al mandatario le disgustó la polvareda que levantaba al escarbar la tierra. En ese entonces González Márquez vivía en la casa de su suegra, y hoy “debe tener hoteles”, dice con ironía.

“No sale el hombre ni siquiera a decirnos `váyanse a su casa´ o cosas de ésas, se les va a arreglar. Ese gobernador y nada, qué es mejor, pues nada”, señala.

Y agrega ya en un tono más imperioso: “Qué nos ganamos con que nos diga `sí les vamos a pagar´ si es mentiroso el hombre, el gobernador es un mentiroso, que nos diga mañana les vamos a pagar. Tiene firmado un papel, desde hace un año que lo firmó y no paga”.

Sindicato charro

Aldo Santana, secretario general del sindicato del Colegio de Bachilleres, acompañó a los ex braceros. En la lucha que mantienen ellos por obtener un incremento salarial, mencionó que al parecer existe la intención de la dirección de esa institución de crear un “sindicato charro”, y se efectuaron las primeras reuniones entre el titular del Cobaej, José Antonio Cabello Gil y docentes que posiblemente se doblaron con la promesa de algún cargo.

“Creemos que los cooptaron, los compraron con una cantidad mínima de dinero o promesa de algún puesto administrativo”.

Fuente: La Jornada de Jalisco

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