José Andrés de Oteyza al lado de Marcelo Ebrard durante la inauguración de la Autopista Urbana Norte: abril del 2012
José Andrés de Oteyza no descansa. El exsecretario de Patrimonio y Fomento Industrial durante el sexenio 1976-1982 se aparece poco por su discreta oficina de OHL México, la constructora española que consigue los mejores contratos gubernamentales. Sus habilidades para el coyotaje son tan legendarias que el pagador de su nónima, el madrileño Juan Miguel Villar Mir, lo quiere tener cerca. Fogueado en las lides de la diplomacia, la tecnocracia y las relaciones sociales, el viejo funcionario solo vuelve de entre las sombras para hacerse la foto en alguna inauguración de obras.
La verdad sea dicha, este cabildero de largo recorrido dejó la fortaleza mexicana en buenas manos. El consejo de administración de la filial mexicana de Obrascon, Huarte y Laín, mejor conocida como OHL, sirve para proteger los intereses de la compañía en la única esfera que importa: gobierno, organismos descentralizados y empresas públicas, en especial las dos joyas de la corona, Pemex y Comisión Federal de Electricidad.
Un consejo influyente
Es por ello que se sientan como consejeros de OHL México dos pesos pesados de la tecnocracia azteca.Carlos Ruiz Sacristán, secretario de Comunicaciones y Transportes en el gobierno de Ernesto Zedillo, quien a su vez es director general de otra empresa especializada en corrupción, subcontratas y tarifas engañosas, la famosa Sempra Energy. Generoso detalle que permite a Oteyza estar a buenas con el cártel energético transnacional y repartir cuotas del mercado con total civilidad.
No falta tampoco otro legendario referente del itamismo, Jesús Reyes-Heroles González-Garza, titular de la Sener con Ernesto Zedillo y director de Petróleos Mexicanos con Felipe Calderón. Otra habilidosa maniobra del licenciado Oteyza para limar asperezas entre lobbies. Motivo por el cual puso en su board of directors a Reyes-Heroles, un personaje conocido por su relación directa con las petroleras texanas, que al decir de Ana Lillia Pérez se enfrentó con los cabilideros de Repsol y el cártel español representados por el difunto Juan Camilo Mouriño.
Tener en el mismo consejo a dos destacados miembros del lobby texano y al primer representante del cártel español, o Valentín Díez Morodo, expropietario de Grupo Modelo, es muestra de elegancia estratégica y consenso sanador. Si todos los clanes quedan representados en el consejo de administración, las sanguinarias reyertas por el botín desaparecen. Los amarres con el poder politico se vuelven más fáciles. Y redituables.
El primer cabildero de España en México, Valentín Díez Morodo, junto al presidente en turno.
Por eso el incipiente virreinato de OHL sobre las provincias mexicanas, avalado por otro presidente hispanófilo, el mexiquense Enrique Peña Nieto, se sustenta en este personaje mayor del cártel español, el omnipresente Valentín Díez Morodo, descendiente de la emigración privilegiada que tuvo su máxima expresión en ancestrales redes comerciales de León, Asturias y Galicia. Sagas que en el caso de este consejero de OHl se remontan a Pablo Díez, fundador de Grupo Modelo y patriarca de la comunidad española quien concesionó a su paisano de Toluca, Nemesio Díez Riega, la distribución de sus cervezas en Edomex. Sociedad que culminó con la entrada de esta familia provinciana en la gestión directa de la exitosa cervecera. Así fue como el hijo de Don Nemesio, Valentín Díez Morodo, se convirtió en uno de los hombres más ricos de México.
El cártel español y su hombre en México
Su influencia es tan obvia que ni la esconde. Si un presidente de comunidad autónoma quiere ver al huésped de Los Pinos, Díez Morodo se encarga de todo. Al fin y al cabo no necesita pedir audiencia. Todo se arregla con una llamada. Fascinado con tanto influyentismo, el periódico asturiano La Nueva España relataba así los mágicos poderes del hijo adoptivo del pueblo asturiano de Tineo.
«Con Valentín todo es más fácil». La expresión se ha instalado entre los más cercanos al presidente del Principado, Javier Fernández, en la misión comercial que ahora le tiene en México. Ellos, los cercanos, son los que improvisan rompecabezas sobre la marcha, levantan reuniones o abren hueco para otras. En México han encontrado un apoyo impagable: Valentín Díez Morodo, un mexicano que abre puertas. Cualquier puerta. Ayer acompañó a Javier Fernández a su reunión con el presidente del país, Enrique Peña Nieto. El encuentro no venía en la agenda, y sólo se confirmó al llegar la delegación asturiana a México, el jueves por la noche. Javier Fernández logra el pleno. De tres países -Colombia, Panamá y México- se ha visto con otros tantos presidentes. Hay satisfacción en la expedición del Principado.
La pista para entender la robusta influencia del cártel español en México es Valentín Díez Morodo. Los contratos de Pemex con astilleros gallegos que iniciara Mouriño, la fallida operación para tomar el control de Repsol así como la representación real del estado y las autonomías españolas ante los poderes reales de México empieza y termina en su persona Algo que él mismo ha explicado y sistematizado en varios artículos de consulta pública.
Sus credenciales no mienten: preside el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE), dentro del cual asume Díez Morodo las relaciones con la madre patria vía la presidencia del comité bilateral de hombres de negocio México-España.Tras la venta del Grupo Modelo el fideicomiso conformado por las familias Fernández, Aramburuzabala y Díez (y en menor medida Sánchez Navarro) recibió unos 16,080 millones de dólares que convierten al descendiente de Pablo Díez en todopoderoso para cualquier inversión a corto y medio plazo.
Los altos cargos que ostenta confirman su intocable posición en la oligarquía nacional: vicepresidente de los Consejos de Administración de Kimberly Clark México y Grupo Aeroméxico amén de consejero de Grupo Financiero Banamex, Acciones y Valores Banamex, International Advisory Board Citigroup, Grupo México, Grupo Kuo, Grupo Dine, Mexichem, OHL México, Zara México y Telefónica de México.
¿El nuevo conseguidor de Los Pinos?
Tres pesos pesados de la teconocracia, las corporaciones y el cártel español asumen funciones de legitimiación y cabildeo en el consejo de administración de OHL México mientras expanden las telaraña de contratos, concesiones y regalías para la casa matriz. Esquema de negocios que deja cuantiosas ganancias a los consejeros de la multinacional española pues todas las obras se subcontratan a precios reventados y son las empresas locales quienes se encargan del resto. OHL no pone nada: ni ingeniería, ni diseño, ni técnicos, ni know how. Lo único que se ofrece es lo único que se tiene: conectes al más alto nivel. Y comisiones al por mayor.
José Andrés de Oteyza sabe como tratar con los poderes reales del país. Si cada inicio de sexenio se puede medir la capacidad de influencia de los agentes económicos en Los Pinos no hay duda que el presidente de OHL México tiene todas las de ganar: puso a uno de los suyos al frente de Petróleos Mexicanos. Hablamos de Emilio Lozoya Austín, engarce entre OHL y el gobierno mexiquense durante la administración de Peña Nieto. Los primeros frutos de tan singular colusión no tardaron en llegar.
En abril del 2013 Pemex asignaba a OHl y a Sener la construcción de una planta de cogeneración de 35 megavatios (MW) en la refinería Francisco I Madero, sita en Tamaulipas. Es solo una probadita pero anuncia un promisorio futuro para Obrascon Huarte Lain.
Se preguntaba Julio Hernández en su columna de La JOrnada “cuánto es el peso de OHL México y sus múltiples ramificaciones en el proceso de privatización de Pemex y cuál es el papel de su ex consejero, ahora director general de la paraestatal, Emilio Lozoya Austin. Suena casi a pregunta retórica.
Este mes de septiembre el congreso de la Unión dará luz verde a la privatización de Petróleos Mexicanos mientras se concretará el reparto del pastel de las infraestructuras. Para entonces podremos decir si en verdad Oteyza la hizo otra vez pero el director general de OHL México, Sergio Hidalgo Monroy Portillo, no duda en postularse para el disputado título de empresa favorecida en grande por Los Pinos.
Sus razones tendrá.
OHL siempre gana
Los factores reales existen y a todo el mundo le quedan claros: OHl tiene una engrasada estructura de coyotaje que augura la continuidad de su contratismo transexenal.Si alguien consiguió pasar del desarrollismo keynesiano al neoliberalismo salinista sin bajarse del coche oficial fue su presidente, José Andrés de Oteyza, este hijo de exiliados vascos que decidió usar su extensa agenda de contactos en beneficio de toda corporación pasada y futura.
Algo que contaba en Milenio Ramón Cota Meza:
“La nueva camada política rompió drásticamente con el pasado, pero protegió a quienes habían conspirado contra Díaz Serrano en el gabinete de López Portillo. Uno de esos protegidos fue José Andrés de Oteyza, favorecido luego por el gobierno de Carlos Salinas con grandes concesiones de construcción carretera.
José Andrés de Oteyza fue el intermediario de la constructora Tribasa con el gobierno de Salinas. La quiebra de esta turbia empresa en 1994 legó una deuda de 4 mil millones de dólares al fisco, pero De Oteyza salió indemne, abandonó a su socio David Peñaloza y se movió a Chile, donde obtuvo grandes contratos de construcción por decisión de Ricardo Lagos, entonces ministro de Obras Públicas.
Tribasa fue objeto de litigios en Chile por retraso y baja calidad de obras, pero De Oteyza volvió a salir indemne y hasta fortalecido al conseguir apoyo de la constructora española OHL, que absorbió los despojos de Tribasa. OHL es la principal constructora de infraestructura en el centro de México y don José Andrés de Oteyza y Fernández-Valdemoro es el presidente de OHL-México desde 2005″.
El artículo se titulaba Los malvados duermen bien. Sepa dios si Oteyza duerma bien o mal pero seguro se aburre un poco y por eso se la pasa en la madre patria. Tiene el corral mexicano bajo control y su éxito virreinal lo ha catapultado al círculo íntimo del ocotogenario Juan Miguel Villar Mir, dueño de OHL y ex funcionario de la dictadura franquista.
No voy a mentirles. Me encantaría grabar alguna de las íntimas conversaciones entre dos hombres que sirvieron al estado y hoy se sirven de él. Saber qué pensaría Oteyza de su fructífera colaboración con un franquista contumaz que prosperó gracias al genocidio español. Disfrutaría ser testigo de los negocios en la intimidad del poder. O las sutiles diferencias entre el estilo de corrupción que se maneja en La Moncloa y en Los Pinos.
Pero dudo que llegue a conocer el costumbrismo de la impunidad. Ni las pulsiones más íntimas de una élite sin brillo ni consciencia. El legado de gentes como Villar Mir y su escudero Oteyza son las ruinas que dejan a su paso. No es que les importe demasiado tal herencia pero cada vez que OHl gana un contrato -en España, México o Brasil- usted y yo estamos más cerca de perder los últimos resquicios de algo llamado estado del bienestar.
Si los malvados duermen bien, el resto padeceremos insomnio…
Para consultar la trayectoria, beneficios y resultados de OHL México este es el informe corporativo del pasado 2012.
Para saber más de Oteyza y su relación con España, sirva ese texto que publiqué en Pateando Piedras o la versión electrónica de El cártel español, disponisble en la red.
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