PUERTO LA CRUZ, Enero 15, Aporrea.org (José Canache La Rosa).- La ofensiva militar en contra del pueblo palestino, que se iniciara en diciembre del 2008, tiene su asidero no sólo en los complejos militares estadounidenses-sinonistas, sino en las instancias mediáticas de los mass media imperiales.
Y esto lo decimos por la revista National Geographic (en español) de diciembre de 2008, en el ejemplar titulado "El verdadero Rey Herodes", y por el reportaje publicado en sus páginas 26 y 27.
En esas páginas centrales, imágenes que acompañan esta nota, existe un personaje que vestido a la usanza de los árabes muestra, con el rostro cubierto, un detector de metales, y en el extremo superior izquierdo la leyenda de la foto dice:
"Un saqueador con el rostro cubierto, en Cisjordania, presume el detector de metales que usa para extraer objetos antiguos de emplazamientos arqueológicos sin protección".
Y todo estaría bien, pero lo que extraña en que ese saqueador desconocido, que la redactora judía Karen Lange, de National Geographic, sienta en el banquillo de los acusados y además juzga con premura no es solamente un hombre, sino a todo el pueblo palestino, por cuanto ese hombre que oculta su rostro luce el típico pañuelo a cuadros blancos y gris oscuro, llamado el kufiya palestino, que ha significado, desde tiempos del otrora presidente palestino Yaser Arafat, el símbolo de la resistencia de este pueblo a la ocupación de sus tierras por parte de los judíos.
Y la mayeútica funciona así. Si este ladrón, saqueador de tumbas, es palestino porque así lo dice su rostro cubierto con el kufiya, ladrones son también el pueblo palestino de donde proviene este inmundo saqueador de tesoros históricos y culturales que, ciertamente, la humanidad entera rechaza y condena.
Y esto no es casual. La máquina de guerra del imperio trabaja al unísono con las máquinas mediáticas en un solo fin: destruir al enemigo. En este caso al pueblo palestino.
Un insulto. Una afrenta que esta revista estadounidense debería resarcir con una disculpa al pueblo palestino por la irresponsable actitud de su escritora Lange (un apellido "Lang" que en un alemán muy próximo a la lengua idish de los judíos significa "alto") y del fotógrafo de ésta: Michael Melford.
Un claro ejemplo de lo que se llama guerra de cuarta generación, de la cual habla a menudo nuestro querido comandante presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías.
El que tenga ojos, pues que vea y además mire, contemple y se abisme en estas tropelías para que su conciencia crezca y se multiplique.
Fuente: Aporrea.
Y esto lo decimos por la revista National Geographic (en español) de diciembre de 2008, en el ejemplar titulado "El verdadero Rey Herodes", y por el reportaje publicado en sus páginas 26 y 27.
En esas páginas centrales, imágenes que acompañan esta nota, existe un personaje que vestido a la usanza de los árabes muestra, con el rostro cubierto, un detector de metales, y en el extremo superior izquierdo la leyenda de la foto dice:
"Un saqueador con el rostro cubierto, en Cisjordania, presume el detector de metales que usa para extraer objetos antiguos de emplazamientos arqueológicos sin protección".
Y todo estaría bien, pero lo que extraña en que ese saqueador desconocido, que la redactora judía Karen Lange, de National Geographic, sienta en el banquillo de los acusados y además juzga con premura no es solamente un hombre, sino a todo el pueblo palestino, por cuanto ese hombre que oculta su rostro luce el típico pañuelo a cuadros blancos y gris oscuro, llamado el kufiya palestino, que ha significado, desde tiempos del otrora presidente palestino Yaser Arafat, el símbolo de la resistencia de este pueblo a la ocupación de sus tierras por parte de los judíos.
Y la mayeútica funciona así. Si este ladrón, saqueador de tumbas, es palestino porque así lo dice su rostro cubierto con el kufiya, ladrones son también el pueblo palestino de donde proviene este inmundo saqueador de tesoros históricos y culturales que, ciertamente, la humanidad entera rechaza y condena.
Y esto no es casual. La máquina de guerra del imperio trabaja al unísono con las máquinas mediáticas en un solo fin: destruir al enemigo. En este caso al pueblo palestino.
Un insulto. Una afrenta que esta revista estadounidense debería resarcir con una disculpa al pueblo palestino por la irresponsable actitud de su escritora Lange (un apellido "Lang" que en un alemán muy próximo a la lengua idish de los judíos significa "alto") y del fotógrafo de ésta: Michael Melford.
Un claro ejemplo de lo que se llama guerra de cuarta generación, de la cual habla a menudo nuestro querido comandante presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías.
El que tenga ojos, pues que vea y además mire, contemple y se abisme en estas tropelías para que su conciencia crezca y se multiplique.
Fuente: Aporrea.
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