Calderón prometió ser el “Presidente del Empleo”. La Constitución garantiza ese derecho en el artículo 123, que dice: “toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil, al efecto se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la Ley”.
Sin embargo, el mal gobierno pisotea la Constitución y gasta el erario en contratos para corporaciones norteamericanas y en la promoción de la inversión extranjera, que no crea empleos sino que los destruye.
La inversión extranjera ha crecido 20 veces en época del neoliberalismo y el empleo lejos de aumentar, disminuye (¡¿se acuerdan de Salinas: con el TLC más empleo, más salarios, más productividad?!).
Este año se perderán 735 mil empleos formales y la economía caerá entre 6.5 y 7.5 por ciento según el Banco Central, lo que significa que quedarán desempleados millones de jóvenes, lo que es un caldo de cultivo para la migración y el crimen organizado.
La energía de las nuevas generaciones y de trabajadores experimentados no se emplea para construir una economía nacional sólida que dé bienestar a la sociedad, sino que es expulsada y anulada por el mal gobierno del PRIAN, que ha destruido sistemáticamente, la economía, la industria, agricultura, servicios, comercio, sobre todo de empresas medianas y pequeñas, para favorecer a un puñado de magnates.
Para el capitalismo el desempleo es una oportunidad de bajar salarios, disminuir prestaciones, negar buenas condiciones de trabajo y pisotear los derechos laborales.
De 75 millones de personas en edad de trabajar, tan sólo 23 millones tienen un empleo formal y apenas 47 millones son considerados parte de la Población Económicamente Activa. Los 12 millones de trabajadores informales no tienen servicios de salud ni seguridad social y los que tienen empleo formal, cada vez más tienen contratos temporales y/o les pagan por honorarios sin prestaciones.
El candidato del “empleo” será el campeón del desempleo. Felipe Calderón fracasó en 2006, año en que perdió la elección, y en el 2009 cuando perdió el referéndum en que convirtió la elección del 5 de julio. Y ahora la solución que prepara Carlos Salinas es la vuelta del PRI a la Presidencia con su ahijado Enrique Peña Nieto.
El PRI y el PAN han aplicado este modelo anticonstitucional que ha destrozado la economía y con ella el empleo. La solución será una transformación profunda para que se cumpla cabalmente, entre otros, el artículo 123 de nuestra Constitución.
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