¿Qué festejamos?
“Que se solemnice el día 16 de septiembre todos los años, como el día aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues en ese día fue en que se abrieron los labios de la Nación para reclamar sus derechos y empuñó la espada para ser oída, recordando siempre el mérito del gran héroe el señor don Miguel Hidalgo y Costilla y su compañero, don Ignacio Allende” (Sentimientos de la Nación, de José María Morelos y Pavón, 1813).
A 199 años de la gesta de Independencia de 1810 en la que, sin lugar a dudas, se enfrentaron dos formas de concebir la Patria, dos maneras que desde sus inicios eran irreconciliables: la Patria de los que trabajan y la de quienes se enriquecen. Una pugnando por las libertades, la justicia, la soberanía, la tierra y la vida digna; la otra, la de la dictadura y la opresión.
Siglos han pasado y la situación parece reproducirse, al igual que en aquel entonces, en que las condiciones de tiranía española encontraron el sustrato favorable para imponer la esclavitud, la miseria y el saqueo, actualmente con Felipe Calderón Hinojosa, la ola expansionista neoliberal se ve favorecida y con ella la venta de la Patria y el despojo, la explotación y la desesperanza de los trabajadores.
Al igual que hace casi dos siglos, hoy, los gobiernos de la época llamados neoliberales creen que la única vía para el desarrollo de la economía nacional es abrir las puertas al capital extranjero, para que hagan lo que les venga en gana con nuestros recursos naturales y con nuestro pueblo; el incremento de impuestos, el alza de precios de alimentos y servicios, la exoneración del pago de impuestos a sus amigos empresarios.
De esta forma se favorece a los grandes ricos y se golpea a los trabajadores y sus familias. Mientras unos cuantos multimillonarios se apropian de la riqueza que produce el pueblo trabajador, millones de mexicanos nos debatimos en lo más cruel de la pobreza y en la indigencia.
En 1810 nuestros antepasados eran esclavizados, brutalmente explotados y terriblemente empobrecidos por los empresarios y grandes terratenientes gachupines. Políticamente el país estaba gobernado por una camarilla de gachupines, por una aristocracia malinchista, protegida y auspiciada por la corona española.
La población estaba sometida a un régimen de esclavitud y sus condiciones de vida eran abrumadoramente miserables.
Las empresas mineras, textileras y las actividades productivas en general eran de españoles y extranjeros, los que gozaban de un poder total, esto les permitía extremar las condiciones de miseria y explotación de los trabajadores, evitar todo intento de organización y rebelión.
Nuestros compatriotas de esos entonces, vivían esclavizados, hacinados, sin ningún derecho, tenían que cubrir altos impuestos, no podían ejercer cargos públicos, no tenían acceso a la educación, estaban muertos de hambre y sin esperanza alguna.
Esa condición inhumana y la gran concentración de la riqueza en los potentados españoles, desencadenó una crisis económica, política, social y cultural que dio origen a la Revolución de Independencia. Revolución que encontró en Hidalgo, Morelos, Aldama, Allende Josefa Ortiz de Domínguez y miles de mexicanos la voluntad, la entereza y la disposición de ofrecer sus tiempos, su inteligencia e incluso su vida para transformar la estructura económica, política y social del país y heredarnos Patria. Con su vida los padres de la Patria desplazaron a los conquistadores y tiranos e instauraron una nueva sociedad.
Con esa guerra, con esa revolución, con ese cambio, se eliminó la esclavitud y el control de los españoles y dio inicio la construcción de nuestro querido México. Desapareció el saqueo de las riquezas nacionales, se amortiguó la pobreza y la desesperanza de nuestros hermanos.
La semejanza con la actualidad no es pura coincidencia, nuevamente estamos humillados y ofendidos. Estamos hablando de las condiciones actuales en las que se ven sometidos los trabajadores, obreros y campesinos y la población en general del México de 2009, la infraestructura y empresas propiedad de la nación se encuentran ahora en manos de extranjeros, se ha modificado la Constitución para brindar las condiciones de apropiación de los recursos nacionales y de explotación de los trabajadores por parte de las empresas transnacionales monopólicas y del capital financiero especulativo.
En nuestros días los gobiernos neoliberales han liquidado la Independencia y la Revolución, pues han vendido la soberanía nacional; la propiedad original de la nación se pone en manos de particulares, las empresas se venden, la educación como base del desarrollo es anulada, como todos los derechos constitucionales.
Los logros obtenidos por la lucha popular en la Guerra de Independencia y que más tarde fueron ampliados por la Revolución: para la educación, la salud, la seguridad social, el ejido, la propiedad comunal, etc., han sido despedazados por el poder del capital financiero y los designios del FMI y el BM, a los que han obedecido postrados los gobiernos mexicanos neoliberales. El actual gobierno, igualmente, ha recrudecido la guerra, la inseguridad, la pobreza, la concentración de la riqueza, la desesperanza, el desempleo, la sobreexplotación, el saqueo y la cancelación de derechos sociales, de tal manera que hoy se requiere que el pueblo mexicano adoptemos una actitud que rescate el contenido popular de la Independencia, que defienda la autonomía y la soberanía nacional que nos legaron Hidalgo, Morelos, Aldama, Allende, Josefa Ortiz de Domínguez y todos los Padres de la Patria.
Defender la libertad, la independencia, la tierra y los ejidos, las riquezas naturales, los mares y aguas continentales, el petróleo, la electricidad, tal como se establecía en el Artículo 27° Constitucional; la educación como un bien público y como un derecho social del pueblo mexicano como se estipula en el Artículo 3° Constitucional; el 123° como defensa de los obreros y todos los trabajadores; productos de la Guerra de Independencia y la Revolución es compromiso y obligación de todos los mexicanos bien nacidos, dignos y de noble corazón.
Por eso desde todos los rincones de la Patria, desde todas las plazas públicas, debemos rechazar las reformas constitucionales realizadas por los gobiernos apátridas, para desmantelar la nación entera y entregar el patrimonio nacional a los oligarcas nacionales e internacionales. Que la crisis la paguen los que la provocaron; ellos, el gobierno y sus amigos empresarios. Nosotros, el pueblo, tenemos el histórico compromiso de luchar para construir una nueva esperanza, un nuevo tiempo de vida, una Patria de los trabajadores y sus familias; un nuevo amanecer, en el que florezca la democracia protagónica, la justicia social y la soberanía nacional; un país del pueblo y para el pueblo.
Así pues, son tiempos de honrar a nuestros héroes, con la organización, la unidad y lucha tesonera, este es el mejor festejo y tributo que podemos ofrendar a los héroes Hidalgo, Morelos y todos los que entregaron su vida para darnos Libertad e Independencia.
Por eso mexicanos y mexicanas:
¡VIVAN LOS HEROES QUE NOS DIERON PATRIA!
¡VIVA NUESTRA INDEPENDENCIA!
¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO MEXICANO!
¡VIVA MEXICO!, ¡VIVA MEXICO!, ¡VIVA MEXICO!
Combativamente:
Asociación Civil “Sentimientos de la Nación”, Consejo Autónomo de Pueblos Indígenas de Michoacán, Comunidad Indígena de Santa Fe de la Laguna, Asociación Civil y Pacífica del Pueblo Indígena de Cherán, Comunidad Indígena de Tingambato, Comité Promotor de la Unidad de los Socialistas, , Asociación Civil “Taretzuruán” de Paracho, Gobierno Popular de Tingambato.
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