viernes, 18 de septiembre de 2009

El palacio de los excesos




Por Anabel Hernández
18 Sep 2009
El presidente Felipe Calderón anunció una nueva inicitiva fiscal...

En medio de una severa crisis económica, el gobierno federal lanzó un llamado a la austeridad para combatir a la pobreza.

Y hoy se da a conocer su contribución...

Reporte Índigo revela las imágenes de una suntuosa propiedad que durante 20 años ha sido mantenida con recursos públicos y en completa opacidad.

Conoce...

El palacio de los excesos

En Bosque de Antequera No. 60, Fraccionamiento La Herradura, en la Ciudad de México, la Presidencia de la República mantiene una lujosa residencia de 5,363 metros cuadrados de construcción en un terreno de 5 hectáreas de bosques y jardines.

El lugar, suntuoso por dentro y por fuera, parece un palacio. De hecho, es muy similar al Petit Trianon de Versalles, que era el castillo privado de la reina María Antonieta.

De la existencia de esta mansión y su costo para el erario, los contribuyentes poco o nada saben. Se ha mantenido casi en secreto. Y aunque es patrimonio de la nación, son muy pocos los invitados que han tenido acceso a ella.



El gobierno federal lleva 20 años manteniendo la residencia con recursos públicos sin rendir cuentas a nadie.

Debe ser usada únicamente como residencia para jefes de Estado en visitas oficiales, pero en los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, ha sido utilizada de manera discrecional para eventos privados.

De acuerdo a testimonios recabados por Reporte Índigo, la llamada "residencia Ávila Camacho" (oficialmente denominada Residencia Soledad Orozco, La Herradura) ha sido empleada para reuniones sociales del gabinete, eventos de recaudación de fondos para el Centro Fox, así como fiestas y reuniones organizadas por miembros del equipo del presidente Felipe Calderón. Todo a costa de los recursos públicos.

Hace un año, Reporte Índigo inició una investigación sobre este palacio, su costo y el uso real que se le da.



La Presidencia se niega a informar sobre lo que gasta en la residencia, la partida presupuestal a la que se carga dicha erogación, el inventario de las obras de arte de invaluable valor que había o hay en el, y los nombres de los usuarios de la "residencia Ávila Camacho".

Reporte Índigo obtuvo los recibos de consumo de energía eléctrica de los últimos dos años.

La variación en los montos revela el intenso uso nocturno que tiene el lugar durante algunos periodos.

Según la Presidencia de la República, el único mandatario extranjero que ha utilizado la casa en los últimos nueve años fue el comandante Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, en junio de 2007.

Pero esto no coincide con los gastos en servicios. Tan sólo en mayo de 2008, la Presidencia pagó 83 mil 327 pesos por el consumo de 10 mil kilowatts de electricidad, que lo equivalente a un consumo industrial. En febrero de ese mismo año, erogó 14 mil 763 pesos, 5.6 veces menos, por el mismo concepto

La Policía Federal es testigo de lo que ocurre día y noche en la "residencia Ávila Camacho".

A diferencia del resto de las instalaciones de la Presidencia de la República, que son custodiadas por el Estado Mayor Presidencial, en este caso es la Policía Federal, cuyo jefe es el inamovible secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, la responsable de custodiar el inmueble.

En tiempos de crisis económica, cuando el gobierno pretende crear impuestos para combatir la pobreza y reiteradas promesas de austeridad, ésta es la historia de El Palacio Presidencial, una investigación especial de Reporte Índigo.

---La Residencia Ávila Camacho

Inmersa en un frondoso bosque de pinos, cipreses y cedros, rodeada de amplias calzadas y jardines de césped perfectamente podado, se yergue una fastuosa residencia que evoca la imagen de un palacio.

Desde la calle nada es perceptible. Una barda y los árboles impiden ver lo que hay dentro.

Pero una vez que se traspasa la reja y la caseta de seguridad custodiada por elementos de la Policía Federal, la realidad es otra.

Rodeado de un enorme jardín está el palacio llamado "residencia Soledad Orozco, La Herradura". Aunque en el argot de la residencia oficial de Los Pinos es conocida como la "residencia Ávila Camacho" por haber pertenecido al ex presidente Manuel Ávila Camacho.

La entrada está coronada por unas escalinatas de cantera con enormes adornos del mismo materiales en los costados. Los muros exteriores son de color crema. Y los techos son sostenidos por altísimas columnas dóricas de cantera gris.

Tiene barandales de hierro forjado, ventanales y terrazas en donde se posan blancas esculturas de mármol.


En la hondonada de la propiedad de 5 hectáreas, hay una capilla de 800 metros cuadrados de construcción cuya fachada evoca la época virreinal.

Tiene un acceso directo por la calle Bosque de Copalar y otro por los jardines de la propiedad que están del lado de Bosque de Antequera.

Cuenta con área de coro, feligresía, presbiterio, sacristía, cripta y un atrio que ocupa 3 mil 300 metros cuadrados.







El interior está decorado con imágenes religiosas. En la parte posterior del altar, destaca un retablo de hoja de oro que abarca todo el muro.

Además de la residencia principal y la capilla, el palacete cuenta con la "casa de ayudantes", espacio de dos pisos que tiene 590 metros cuadrados de construcción. Abajo hay un estacionamiento para cuatro vehículos y una vivienda con sala de estar, recámara, cocina y baño.

La planta alta alberga cinco departamentos, cada uno con recámara, baño, cocina y patio de comunicación.

En la propiedad también hay un mausoleo de 94 metros cuadrados.

Por su arquitectura exterior, la "residencia Soledad Orozco" evoca al palacio Petit Trianon, el castillo privado de María Antonieta, reina de Francia.

En su interior, se acentúa el estilo monárquico. Es como estar en el Castillo de Chapultepec o en un palacete europeo.

Quienes han estado en la residencia de La Herradura afirman que es mucho más lujosa que la propia residencia oficial de Los Pinos.

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Como el Petit Trianon.

Fotografías en poder de Reporte Índigo que corresponden al sexenio de Vicente Fox muestran que la decoración de la residencia es estilo Luis XV. El lugar es un auténtico museo de un gusto exquisito.



Cuenta con tres niveles. En el sótano están los cuartos de máquinas, medidores y servicio, así como baños y bodegas.

En la planta baja hay una estancia, galería, salón, vestíbulo, despacho, biblioteca, billar, gimnasio, comedor, desayunador, cocina, despensa, recibidor y elevador.


La planta alta es ocupada por las recámaras, cada una con vestidor y baño. También hay una galería, un salón de descanso y el área de servicios.

En las blancas paredes del palacio presidencial cuelgan invaluables cuadros de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y pinturas con temas del Renacimiento. También hay inmensos espejos con marcos dorados que hacen pensar en las cortes europeas.



El piso es de mármol; los marcos de las ventanas y las puertas de los salones principales tienen aplicaciones de hoja de oro.

Los pasillos están llenos de pedestales de mármol que sirven de base para esculturas y fina porcelana. De acuerdo a un análisis hemerográfico, la casa tiene cristalería del siglo 19.

La residencia está iluminada con inmensos candiles de cristal cortado propios de las monarquías.



Las recámaras, algunas con camas matrimoniales y otras con individuales, también tienen mobiliario estilo Luis XV. Todas cuentan con sala, chimenea de mármol y un elegante baño similar a los que tienen las suites más lujosas de un hotel como el St. Regis.



El palacete de Bosque de Antequera sería un monumento a la belleza de no ser porque es un monumento al derroche y a todo tipo de excesos.

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La donación

De 1940 a 1946, el general Manuel Ávila Camacho, hijo de un arriero y un ama de casa, fue presidente de la República. Fue el último cachorro de la Revolución Mexicana, el último militar que fungió como jefe del Ejecutivo.

Hombre de extracción humilde y sin estudios universitarios, Ávila Camacho forjó su fortuna durante la revuelta armada que inició en 1910.

Fue escalando posiciones dentro del Ejército hasta llegar al grado de general. Antes de ser presidente de la República, fue oficial mayor de la Secretaría de Guerra y Marina en el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas.

Al concluir su gobierno, construyó en su rancho "La Herradura" su propio palacete, donde vivió hasta el día de su muerte, el 13 de octubre de 1955.

Su residencia fue visitada por personajes como el dictador cubano Fulgencio Batista, el presidente de Estados Unidos Harry S. Truman, Eleonor Roosevelt -esposa del presidente Franklin D. Roosevelt-, Felipe de Edimburgo, los duques de Windsor y Orson Welles.

La construcción, el terreno, las obras de arte, el mobiliario y todos los elementos decorativos fueron donados al gobierno federal el 2 de agosto de 1989 por Soledad Orozco, viuda de Manuel Ávila Camacho, según consta en la escritura de donación, documento del que Reporte Índigo tiene copia. En ese entonces, el presidente de México era Carlos Salinas de Gortari.

La escritura fue firmada por Soledad Orozco, el entonces secretario de Desarrollo Urbano y Ecología, Patricio Chirinos; el secretario de Relaciones Exteriores, Fernando Solana; el secretario de la Defensa Nacional, Antonio Riviello; el secretario de Programación y Presupuesto, Ernesto Zedillo, y Miguel Alemán Velasco, embajador de México para "asuntos especiales".

El regalo que hizo la viuda del ex presidente Ávila Camacho es sólo una estampa de la inconmensurable fortuna que es capaz de acumular un hombre cuando ocupa la Presidencia de la República en México.

En la fecha de donación, la casa fue valuada en 14 mil 180 millones de viejos pesos, sin incluir obras de arte, mobiliario, enseres, vajillas, cristalería y demás objetos que también fueron cedidos al gobierno federal con la condición de que permanecieran dentro de la residencia.

En la escritura, obtenida a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, doña Soledad reservó para ella el usufructo, uso y habitación de la casa hasta el día de su muerte, aunque se acordó que a partir de la fecha de donación, el gobierno federal pagaría todos los gastos de uso y mantenimiento de la casa, así como los sueldos del personal de servicio y vigilancia.

Otra de las condiciones fue que se respetara la tumba de su esposo, quien fue enterrado en ese lugar, y que cuando ella muriera, sus restos fueran sepultados al lado de los del ex presidente. Sin embargo, al final cambió de opinión, por eso los restos de ambos están en el Panteón Francés.

Durante siete años, y a través del Instituto Mexicano del Seguro Social, el gobierno federal pagó todos los gastos de la residencia sin tomar posesión de la misma.

Según lo estipulado en la escritura de donación, era una condición obligatoria que la propiedad se usara "única y precisamente para casa de visitas de altos dignatarios de gobiernos extranjeros en visita oficial a nuestro país".

La idea de doña Soledad era que los mandatarios tuvieran un alojamiento con decoro "en forma digna que ennoblezca la hospitalidad mexicana".

En la cláusula sexta de la escritura de donación, el gobierno federal se comprometió a cumplir esa condición.

"Es advertir que a la muerte de la usufructuaria se consolidará el uso y el usufructo con la nuda propiedad a favor de la Nación Mexicana, para formar parte del patrimonio de la Federación la que por conducto de su representante se obliga en este acto al respeto irrestricto de la condición de destinar al inmueble de referencia a estancia temporal de dignatarios extranjeros que visiten el país en misión oficial".

El 28 de agosto de 1996 murió la viuda de Ávila Camacho. En enero de 1997, la Presidencia de la República tomó posesión de la propiedad.

Los deseos de doña Soledad Orozco no se han cumplido. De manera discrecional, y violando el acuerdo de donación, la Presidencia ha utilizado la residencia para fines distintos de lo acordado.

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Asuntos privados con recursos públicos

Enormes bocinas y equipo de sonido, además de muebles tipo lounge aparecen en fotografías que están en poder de Reporte Índigo. Esto revela que a la residencia se le ha dado un uso distinto del estipulado en las escrituras de la donación.

Elementos del Estado Mayor Presidencial que custodiaban el inmueble en el sexenio de Ernesto Zedillo recuerdan las fiestas que organizaban los hijos del entonces primer mandatario. Ahí se daban cita los actores y conductores de moda.

En el gobierno de Vicente Fox, la residencia no tuvo un mejor uso.



En más de una ocasión, miembros del staff de Los Pinos usaron la residencia para hacer fiestas privadas.

Fue el caso del jefe de la Oficina de la Presidencia Ramón Muñoz, quien aprovechó la casa para hacer carnes asadas, cursos de excelencia, cenas y cocteles.

Algunos de sus colaboradores más cercanos también la usaban como sede de fiestas.



Uno de esos eventos se llevó a cabo a fines del sexenio de Vicente Fox. Personas que asistieron a esos eventos hablan de excesos en el consumo de alcohol.

La ex primera dama Marta Sahagún también era usuaria frecuente de la mansión para sus asuntos privados, todos pagados con recursos públicos.

Se afirma que igual la empleaba para hacer sus conocidas ceremonias esotéricas, que para recaudar fondos para su causa privada.

En noviembre de 2006, cuando estaba por terminar el "sexenio del cambio", se llevó a cabo una cena de gala para recaudar fondos para el Centro Fox que sería construido en Guanajuato, en el rancho San Cristóbal, que es propiedad de Vicente Fox.

El banquete para 40 personas se llevó a cabo en los jardines bellamente iluminados.

Asistentes a dicha cena enumeran el selecto cartel de empresarios invitados: Olegario Vázquez Raña, presidente del Grupo Empresarial Ángeles; Roberto Plascencia, presidente de Grupo Flexi; Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa, Carlos Salinas Pliego, presidente de Grupo Azteca; Sergio Díaz Torres, presidente de Bardhal, y Federico Sada, de Vitro.

Carlos Slim también fue invitado, pero mandó en su representación a Arturo Elías Ayub.

Al final, todos ellos resultaron ser los principales donadores del Centro Fox.

Reporte Índigo tiene fotografías en las que se ven carpas colocadas en los jardines de la "residencia Ávila Camacho" y adornos especiales para los eventos.

En el sexenio de Vicente Fox, la administración del lugar estaba a cargo de la Presidencia, cuyo coordinador general administrativo era Hugo Nicolás Pérez González, quien también aparece en fotografías como usuario del palacete de La Herradura.


La responsabilidad era compartida, como muchos otros asuntos administrativos, con el general Jesús Javier Castillo Cabrera, entonces subjefe administrativo del Estado Mayor Presidencial y hoy jefe del mismo.

Poco a poco, la "residencia Ávila Camacho" se fue convirtiendo en sede de sucesos que no podían salir a la luz pública porque serían motivo de crítica o escándalo.

Con el cambio de sexenio, el uso del palacete no ha cambiado.

En el periodo de transición de Fox a Calderón, Juan Camilo Mouriño, entonces coordinador del equipo de transición, se enteró de la existencia de la "residencia Ávila Camacho" y fue a conocerla junto con otros miembros de su grupo de trabajo.

Las fiestas y los excesos fueron el sello característico de la gestión pública de Mouriño. Y la costumbre perdura.

Testigos de los hechos afirman que la "residencia Ávila Camacho" ha sido usada por miembros del equipo de Calderón que trabajan en Los Pinos. Es ahí donde hacen fiestas que inician a la hora de la comida y terminan hasta el día siguiente.

Hasta el sexenio de Vicente Fox, la vigilancia de la propiedad estaba a cargo del Estado Mayor Presidencial. Actualmente, esa tarea corresponde a la Policía Federal.

En una visita hecha por Reporte Índigo el lunes 14 de septiembre pasado, seis elementos que se identificaron como efectivos de la Policía Federal impidieron el acceso al lugar y afirmaron que sólo era posible con permiso de la Presidencia.

Después, en un recorrido por la zona, fue posible hablar con residentes de las casas que rodean la mansión. Algunos de ellos han vivido ahí desde hace más de 20 años.

Algunos señalan que el uso de la "residencia Ávila Camacho" fue discreto hasta que llegaron Vicente Fox y Felipe Calderón a la Presidencia.

En el "sexenio del cambio" eran frecuentes las comidas y las cenas. Los vecinos veían llegar camiones de servicios de banquetes, flores y carpas para el jardín.

Actualmente, dicen, la residencia también es muy utilizada.

Es muy fácil saber cuándo habrá actividad. El Estado Mayor Presidencial y la Policía Federal rodean el lugar, hay rondines constantes en las calles aledañas y mucho movimiento de vehículos, incluso de camiones que se estacionan en un parque cercano a la residencia.

En ocasiones, la seguridad es más estricta. Los vecinos suponen que es cuando va el presidente.

En los eventos se escucha todo tipo de música, desde clásica hasta temas de Luis Miguel -el cantante favorito de Juan Camilo Mouriño- y de Alejandro Fernández. Algunos vecinos aseguran que también han ido mariachis.



Dicen que en ocasiones se escuchan voces femeninas y de niños que corren por los jardines.

Con respecto a la frecuencia de los eventos, señalan que a veces hay hasta tres en una semana. Pero también hay temporadas tranquilas en las que la residencia se usa una vez al mes o cada tres meses. La última fiesta fue hace un mes.

Actualmente, la administración del palacete está a cargo de Abel Ignacio Cuevas Melo, quien fue subcoordinador administrativo de la fracción parlamentaria del PAN cuando Felipe Calderón fungió como coordinador de la bancada en el año 2000. Después trabajó con Mouriño en la Presidencia y luego se fue con él como oficial mayor de la Secretaría de Gobernación.

Cuevas Melo depende de la jefa de la Oficina de la Presidencia, Patricia Flores Elizondo, sobrina del secretario de Turismo Rodolfo Elizondo.

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A ritmo de fiesta

Una prueba del uso nocturno de la residencia son los recibos de luz obtenidos por Reporte Índigo a través de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Corresponden a 2007 y al primer semestre de 2008.

Las altas y bajas en el monto de los recibos dejan al descubierto el uso del palacete, y no precisamente por mandatarios en visita oficial.

Según información oficial de la Presidencia, el único jefe de Estado que se ha hospedado en la propiedad de La Herradura de 1999 a agosto de 2008 es el comandante Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, quien se alojó en el lugar en junio de 2007. Nadie más.

Entonces, ¿por qué en algunos meses aumenta tanto el consumo de energía eléctrica?

Si el uso de la propiedad siempre fuera el mismo, habría consumo estable, pero resulta que varía en función de los eventos que ahí se realizan, y que no fueron los acordados con la viuda de Manuel Ávila Camacho cuando se hizo la donación.

El consumo de energía para el funcionamiento de la bomba de agua sí se mantiene estable. El monto de los recibos fluctúa entre 2 mil 700 y 4 mil pesos mensuales.

Sin embargo, no pasa lo mismo con las casas. En 2007, fueron pagados 255 mil 12 pesos por consumo de electricidad. Y tan sólo en los primeros seis meses de 2008, el monto fue 189 mil 388 pesos.

Y eso a pesar de que la Compañía de Luz y Fuerza del Centro cobra el consumo de energía eléctrica de esta propiedad aplicando la tarifa 1. Y tiene subsidio aunque el consumo del palacete es mucho mayor a los 250 kilowatts mensuales, que es el tope de consumo de esa tarifa.

En 2007, el mes más alto de consumo total de energía eléctrica fue noviembre, con un monto de 27 mil 428 pesos, cifra muy superior a los 13 mil 368 pesos que se pagaron en febrero del mismo año.

En mayo de ese año, el recibo de una de las casas fue de mil 981, pero en noviembre el monto fue de 10 mil 8 pesos.

En el primer semestre de 2008, la residencia tuvo un uso más intenso aunque no hubo un solo mandatario hospedado.

En febrero de ese año, el pago por el consumo total de energía fue de 14 mil 763 pesos. Pero en mayo se disparó a 83 mil 327 pesos. Esto significa que el consumo fue superior a 11,500 kilowatt/hora, que es lo que corresponde a una fábrica mediana.

En abril del mismo año, el recibo de energía de una de las casas fue de 2 mil161 pesos; al mes siguiente subió a 67 mil 351 pesos.

De acuerdo a lo señalado por vecinos, actualmente nadie vive en la propiedad.

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Oculta presidencia información del palacio.

De acuerdo a la investigación realizada y a los testimonios recabados, todos los días van jardineros y personal de limpieza. Están ahí de ocho de la mañana a cinco de la tarde.

El 4 de agosto de 2008, Reporte Índigo solicitó a la Presidencia de la República, a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, copia del contrato o convenio con el cual se tenía posesión de la propiedad de Bosque de Antequera No. 60.

Preguntamos desde cuándo usa la Presidencia esa residencia y para qué.

La Presidencia entregó copia de las escrituras de donación y afirmó que la casa se utiliza como "residencia ocasional de mandatarios extranjeros en visita oficial a nuestro país".



También hicimos la solicitud 0210000100408 para pedir información sobre los recursos erogados por la Presidencia para el uso y mantenimiento de la casa de 1999 a agosto de 2008. Pedimos copias de las facturas y notas de electricidad, agua, teléfono, predial y jardinería.

También pedimos copia del inventario de muebles, vajillas, cristalería, obras de arte y demás objetos que hay en la casa, así como la bitácora de eventos y huéspedes atendidos del 1 de enero de 1999 a la fecha de la solicitud.

La Presidencia respondió en octubre y optó por la opacidad y la discrecionalidad.

No informó sobre todos los gastos, ni sobre la oficina que los paga y la partida a la que se cargan. Sólo proporcionó copias de los recibos de electricidad ya mencionados y de los correspondientes a algunos gastos de mantenimiento.

Informó que en 2003 se pagaron 175,728.95 pesos por impermeabilización de la azotea, así como limpieza y sellado de vidrios y domos.

En 2004 se gastaron 90,277.88 pesos en la reparación de dos puertas abatibles y el cambio de dos ventanales. En 2006 se gastaron 198,087.50 pesos en mantenimiento de terraza, ventanal, y herrería. Y en 2007, el gobierno pagó 239,942.90 pesos por suministro y aplicación de impermeabilizante.

Sobre las obras de arte, ésta fue la respuesta: "(...) está en proceso de levantamiento de toma física del inventario a que está obligada Presidencia de la República, motivo por el cual por el momento no es factible emitir el inventario de los bienes".

Por ley, dicho inventario debió haber sido entregado en los libros blancos de entrega-recepción del cambio de gobierno de Vicente Fox al de Calderón.

Es inadmisible que dos años después de iniciado el gobierno actual no existiera el inventario. No se trata del patrimonio cultural del jefe del Ejecutivo, la casa fue donada a la nación con todo y sus objetos valiosos.

Respecto al registro de visitantes y eventos, el gobierno dijo que no había ningún registro a pesar de que la residencia está permanentemente custodiada. Nadie puede entrar sin autorización y registro, como nos lo explicaron seis elementos de la PF apostados en la puerta de acceso el lunes 14 de septiembre pasado.

El 17 de agosto pasado, Reporte Índigo hizo una nueva solicitud de información, la 0210000084009, para pedir a la Presidencia que informara sobre los gastos de la propiedad de Bosque de Antequera No. 60.

Una vez más, la Presidencia optó por la opacidad y pidió una prórroga de 20 días para dar respuesta a pesar de que en Los Pinos hay áreas que llevan el control actualizado del ejercicio del gasto.

¿Qué sucede en la "residencia Ávila Camacho"? ¿Por qué la Presidencia no puede o no quiere informar clara y abiertamente sobre sus gastos y su uso real?

Mientras el jefe del Ejecutivo pide a los contribuyentes apretarse el cinturón y poner más dinero de sus bolsillos para el "combate a la pobreza", los impuestos se derrochan en palacios como el de Bosque de Antequera No. 60, donde nunca se sabe cuándo será la próxima fiesta.










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