viernes, 18 de septiembre de 2009

La negociación en lo oscurito



El apoyo de los gobernadores será clave en la reforma fiscal. Si los mandatarios quieren, la iniciativa puede pasar. Y el gobierno parece dispuesto a llegar a un arreglo.

La aprobación del Impuesto Contra la Pobreza está en la cancha de los gobernadores.

Son ellos quienes, como verdaderos amos de la Cámara de Diputados y a través de sus negociaciones con la Secretaría de Hacienda, pondrán precio al respaldo de la iniciativa del Ejecutivo federal de gravar con 2 por ciento todos los productos de consumo, incluidos alimentos y medicinas.

Dado que el presupuesto para el próximo año ya viene asignado, "el nuevo dulce" de la discordia lo constituye el polémico gravamen.

El razonamiento es simple. Ningún mandatario estatal verá con malos ojos recibir más recursos de la Federación. Siempre será preferible obtener una nueva tajada fiscal, máxime en un momento de recesión.

Conseguir un trozo de "el nuevo dulce" -como algunos llaman al impuesto antipobreza con el que se pretende recaudar alrededor de 72 mil millones de pesos- no resulta en absoluto amargo. Aunque, discursivamente, se diga lo contrario.

La fórmula de distribución del Impuesto Contra la Pobreza que se busca aprobar es un misterio. Como es costumbre, quedará a discreción de Hacienda la repartición. Además, no será sino hasta finales de 2009 cuando se publicarán las reglas de operación de los programas sociales etiquetados bajo ese rubro.
A final de cuentas, la negociación de los gobernadores y sus representantes en el recinto de San Lázaro se centrará en cuánto les va a tocar de los nuevos impuestos.

Pero será aún más importante cabildear de qué forma se puede evitar que a los estados se les siga complicando la asignación de recursos.

De acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, el paquete económico 2010 contempla reducir en 0.7 por ciento los recursos del gasto federal descentralizado.

También considera recortes que van del 40 al 64 por ciento, tanto para programas municipales como para proyectos de inversión estatales.

Por ello, coinciden algunas fuentes legislativas, la negociación forzosamente pasará por evitar que la tijera de la administración federal merme más las arcas locales.

2010, año electoral

Luego de la caída de los precios del petróleo, la recaudación 2009 proveniente de la producción nacional ha sido menor a la esperada. Y para el año que viene, no hay proyecciones optimistas.

El escenario se complica al tener en puerta 14 elecciones estatales. Diez de ellas renovarán gubernaturas: Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Tlaxcala, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.

Analistas legislativos señalan que es probable que las entidades gobernadas y cogobernadas por el albiazul (Aguascalientes y Tlaxcala, respectivamente) resientan en las urnas el efecto de las alzas impositivas. Y que las siete entidades restantes, en manos del tricolor, así como la perredista Zacatecas, tratarán a toda costa de desmarcarse de la impopular medida de incrementar impuestos en pleno contexto preelectoral.

Lo cierto es que el diálogo entre líneas de las autoridades federales con los representantes de los intereses estatales ya dio inicio públicamente.

Al final de su comparecencia del martes 14 de septiembre, el secretario Agustín Carstens dirigió su mensaje político más importante a los gobernadores.

"En la combinación de instrumentos de ajustes se puso particular empeño en aumentar la recaudación federal participable, de tal forma que las finanzas públicas de las entidades federativas y de los municipios mejoren conforme mejora la recaudación federal. Así, de acuerdo con el proyecto de presupuesto, las participaciones y las aportaciones referenciadas a la recaudación federal participable se incrementarán en 56 mil 700 millones de pesos, ligeramente por encima de las programadas para 2009; monto superado en la historia sólo en 2008. Esto demuestra la vocación profundamente federalista del presidente de la república."

Así, el gobierno federal extendió la mano para iniciar la negociación.

108 votos en juego

En las pasadas elecciones intermedias, Acción Nacional perdió su lugar como primera fuerza en la Cámara de Diputados. En la actualidad, la mayoría absoluta está concentrada en las fuerzas opositoras: PRI (237 diputados), PRD (71), PVEM (21), NA (9), Convergencia (6) y PT (3).

Para que la iniciativa de reforma fiscal del presidente Calderón prospere, el PAN tiene que sumar a su bancada legislativa 108 votos.

Muchos consideran que esos votos adicionales a los 143 blanquiazules podrían provenir, en su mayoría, de las filas priistas. Y que algunos más serían de los partidos Verde Ecologista o Nueva Alianza.

Sin embargo, las titubeantes posturas de los miembros de la bancada dominante en la Cámara de Diputados generan todo tipo de especulaciones.

Si bien diputados priistas como Omar Fayad o David Penchyna han manifestado su abierto rechazo a la propuesta fiscal 2010, algunas fuentes legislativas dicen que no ven una corriente importante de rechazo en las filas del PRI.

En los corredores de la Cámara Baja ya se hacen apuestas, cálculos, sumas y restas. Se considera, por ejemplo, que de los 14 estados donde habrá elecciones en 2010, 124 diputados serán renovados, y de ésos, 92 son de las filas del PRI. Si a éstos se suman cinco más que saldrán de las elecciones que se celebrarán en noviembre en Tabasco, se contaría con cerca de 100 diputados priistas que se abstendrían o votarían en contra del paquete económico del Ejecutivo federal.

"Hay que fijarse en sus declaraciones públicas, los más reactivos al 2 por ciento son justamente de varios de esos estados", apunta una fuente consultada.

Pero, ¿qué pasaría con el resto de los priistas? Habría más de 108 diputados que podrían ir en bloque con Acción Nacional para sacar adelante el paquete de Calderón.

Por eso no hay que perder de vista que de los 237 diputados que conforman la bancada tricolor, los que más pesan son los 184 que tienen dueños, con nombre y apellido.

Se trata de los ejecutivos estatales. "Si Hacienda distribuye con los gobernadores, éstos le van a atorar", resume una frase que circula por los pasillos de San Lázaro.

No hay comentarios: