viernes, 18 de septiembre de 2009

El sexenio donde la vida no vale nada...




• Ebrard en la ALDF
• La “normalidad” en Chihuahua

Hace daño a los buenos, mi estimado, quien perdona a los malos. Finaliza la patriota semanita con el distintivo número de focos rojos encendidos que alertan con cifras cada vez más escalofriantes en ejecuciones diarias que muestran a un Estado rebasado, agobiado, nulificado y, por ende, fallido. Y develan que, aunque no lo parezca, México vive una guerra civil. Sin control. Sin estrategia. Sin rumbo y a la deriva.

Y documentando el absoluto cinismo que distingue a la ilustre clase política, nada como constatar que en el surrealismo mexicano de este (des)gobierno, la vida no vale nada. O quizá es más sencillo criminalizar a los adictos porque… porque… no creen en Dios (Felipe dixit). Mejor salidas discursivas frívolas para evitar sopesar las adicciones como un problema social que trastoca a todos, sin considerar niveles socioeconómicos. La grotesca explicación del gobernador José Reyes Baeza y del alcalde José Reyes Ferriz de Ciudad Juárez —cuna de orgullosos operativos federales, en donde lo que brota son las raterías y las travesuras en decomisos, los atropellos a los derechos humanos y la ola de sangre— alrededor de la múltiple ejecución, por segunda ocasión, de 10 adictos justificando que... no es una casualidad, hay una motivación: todo se da en la guerra entre diferentes criminales. Hay personas adictas en los centros que pertenecen a un grupo o a otro… desnuda la podredumbre y la descomposición mental de las máximas autoridades que no pueden… y no renuncian.

El tsunami de sangre aparece ya como “normal” porque, claro, se está librando una guerra so what the fuck. Para Reyes no vale lo mismo ¿la vida de un adicto?, que seguramente por causas derivadas de familias disfuncionales aderezado de falta de oportunidades y educación terminó refugiándose en las drogas, que ¿la vida de otro ciudadano…? Y junto con pegado va la declaración del alcalde sugiriendo que los hechos registrados fueron atribuibles a los enfrentamientos que sostienen grupos rivales de narcotraficantes que se disputan la plaza...

Chingón.

Ahora anote el otro ejemplo de que la vida para Los Pinos… no vale nada.

En los pasados festejos patrios organizados alegremente por el gymboree (con minúsculas) presidencial y la emocionada familia, donde brindaron por lo lindo de bonito que va navegando el barco de gran calado y, o sea, que Viva México, ¿no?, trascendió que en uno de los balcones reían contentos el actual director del IMSS, Daniel Karam y la amiga de Margarita, la ex coordinadora de las guarderías, Carla Rochín.

Sí, apareció la desvergonzada Carla Rochín. La responsable de supervisar el funcionamiento de las guarderías del IMSS, donde en Hermosillo embodegaron impunemente a indefensos niños resultando con la imperdonable tragedia que causó la muerte de 49 infantes a causa de un incendio. Y al día de hoy la cacareada justicia no alcanza a la descarada Carlita, al entonces director que avaló la guardería ABC, Juan Molinar Horcasitas y a la parentela presidencial Gómez del Campo.

La vida de inocentes tampoco vale para estos sinvergüenzas.

Y no vale, mi estimado, porque en el homicidio no hay responsables ni culpables. Porque en cualquier país ante un acontecimiento que ha enlutado, pasmado y lastimado a sus habitantes funcionaría el brazo de la ley. Esa ley que aparece en las constantes mentiras de Felipe y su Estado de Derecho.

Por eso el descrédito de este (des)gobierno alcanza niveles de alarma; por la descomunal impunidad y las nulas consecuencias. Por eso la brecha entre el discurso y los hechos es cada vez más amplia. Porque cada vez son menos los que le creen su valentía, su patriotismo y su compromiso de los cambios de fondo.

Quizá por eso aumenta el volumen de los gritos de auxilio de Calderón para convencer de las bondades de su atraco del 2% al que hay que decirle…

¡NO!

Por la mirilla

Duro y puntual el discurso de Marcelo Ebrard ante la ALDF al rendir su Tercer Informe de Gobierno al solicitarle a los legisladores y a los partidos políticos defender la Ciudad y exigir un cese a la política federal de recortar recursos, como los destinados a la Línea 12 de Metro y se sumó al coro de voces de diversos sectores en contra del paquetón fiscal que profundizará la recesión en la que estamos y que va exactamente en sentido contrario a lo que demanda la realidad…

¡Adiós!

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