Saqueos y trabas en reparto de ayuda privan en Haití
En Puerto Príncipe y sus adyacentes la desesperación comienza a dar paso a la ira de la gente que deambula por las calles y entre los cadáveres que se pudren al sol.
Afp
Puerto Príncipe. La desesperación y los saqueos aumentan en Haití a cuatro días del sismo que causó unos 50 mil muertos, mientras la ayuda demora en llegar a los tres millones de damnificados de una tragedia calificada por la ONU como el peor desastre al que se haya enfrentado jamás.
La ONU, califica a este sismo como el peor desastre al que se haya enfrentado en su historia, ya que destruyó las estructuras locales, afirmó el sábado en Ginebra la vocera de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, Elisabeth Byrs.
"Nunca antes en la historia de Naciones Unidas hemos estado enfrentado a un tal desastre. No es comparable a ningún otro", dijo Byrs, subrayando que, contrariamente al tsunami de 2004 en Indonesia, en Haití quedan muy pocas estructuras locales para canalizar la ayuda extranjera.
La ONU, encargada de coordinar la ayuda humanitaria en el terreno, afirma enfrentarse a "un desafío logístico mayor".
En Puerto Príncipe y sus adyacentes la desesperación comienza a dar paso a la ira de la gente que deambula por las calles y entre los cadáveres que se pudren al sol.
Dos dominicanos fueron gravemente heridos de bala este sábado cuando desconocidos les dispararon con una escopeta mientras cumplían labores de auxilio humanitario en Haití, informó la prensa local.
Barricadas de neumáticos en llamas, escombros y al menos cuatro cuerpos sin vida bloqueaban la ruta principal entre la capital de Haití y la cercana Carrefour este sábado. Los vecinos protestaban enardecidos, exigiendo la remoción de los muertos.
Ante la lentitud con la que llega la ayuda, los habitantes, abandonados a su suerte, buscan desesperadamente entre las ruinas de las tiendas ignorando los cadáveres hacinados que se pudren al sol.
Un hombre que acaba de encontrar un caja de cereales es inmediatamente rodeado por una decena de personas, que intentan arrebatarle su tesoro. Otro tiene una caja con alimentos y alguien no vacila en tomarlo por el cuello para arrancársela.
La actitud violenta de los manifestantes hizo que un auto policial de la fuerza nacional haitiana debiese dar una rápida vuelta en U para evitar el choque con los vecinos.
El puerto de la capital haitiana recibió el viernes por la noche el primer buque con cargamento desde el terremoto del martes, un barco lleno de bananas y carbón que fue acogido con júbilo por los desesperados habitantes de la ciudad devastada.
Pero la algarabía del momento no cambia la situación en la capital haitiana, donde los saqueos se propagan y se registran enfrentamientos en los puestos de distribución de asistencia.
Los funcionarios de la ONU advirtieron que no pueden extender sus operaciones a las zonas circundantes de la ciudad hasta que no se les garantice seguridad. Mientras tanto centran su operativa en el centro de la capital.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) afirmó que son decenas de miles que desde hace cuatro días viven a la intemperie en los espacios públicos de la capital. Se encuentran sin lugar adónde ir, tienen hambre, sed y miedo, ya que han aparecido saqueadores armados con machetes.
"Es un gran caos", añade. "En todos los barrios hay destrucción. La gente anda errante en busca de alimentos, de ayuda. Muchos de ellos llevan máscaras para protegerse del olor de los cuerpos en descomposición. No hay carpas, ni cubiertas de plástico. No hay donde cocinar, ni retretes", informa un vocero del CIRC, Simon Schorno, quien visitó los barrios de Christ-Roi, Nazon, CentreVille, Delmas y Canape Vert.
Miles de haitianos huyeron el sábado de Puerto Príncipe, escapando de una devastada ciudad en la que la ayuda no llega a las calles lo suficientemente rápida para aquellos que se quedaron sin hogar y están heridos y hambrientos.
Muchos se encaminaban a otras provincias haitianas para buscar refugio con amigos o familiares, algunos simplemente caminando con bolsos sobre sus cabezas o los hombros. Otros estaban subidos a autos y camionetas que pasaban horas haciendo fila en gasolineras para tratar de conseguir combustible.
Según el CICR las personas sin techo están repartidas en 40 lugares de la capital, Puerto Príncipe.
El congestionamiento del aeropuerto principal sigue siendo una dificultad para la llegada de asistencia humanitaria, mientras la población ya desesperada corta rutas con barricadas de cadáveres.
Simultáneamente entre los países y organismos que quieren hacer llegar la ayuda se han generado roces por la coordinación de las operaciones en el aeropuerto de Puerto Príncipe.
Los estadunidenses a cargo de la operativa del mismo a pedido del gobierno haitiano, son cuestionados por las fallas en la coordinación del ingreso de la ayuda, al punto que Francia protestó oficialmente luego de que su avión hospital no pudiera aterrizar.
El Jefe de los Cascos Blancos argentinos Gabriel Fucks calificó en Radio Mitre desde Santo Domingo de "anarquía" la situación que se vive en el aeropuerto y consideró que el funcionamiento del mismo esta "fuera de control".
Además de Puerto Príncipe, los socorristas de la ONU que exploraron las ciudades al oeste de la capital haitiana consideraron que la localidad de Leogane resultó destruida en cerca del 90 por ciento.
Los equipos de socorristas fueron también a las localidades de Gressier (unos 25 mil habitantes) y de Carrefour (334 mil habitantes), al oeste de la capital Puerto Príncipe, y estimaron que la destrucción fue en esos lugares de en torno al 40-50 por ciento.
La ONU sigue concentrándose en la búsqueda de supervivientes, aunque admitió que los socorristas se enfrentan a numerosos problemas logísticos, como la falta de transporte, de combustible y de comunicaciones.
Haití, el país más pobre de América, que hace tiempo vive inmersa en violencia y baños de sangre, no tiene ejército y sus fuerzas de policía casi han desaparecido en el caos que siguió al terremoto.
El presidente de Haití, René Preval, destacó la respuesta internacional, pero se quejó de mala coordinación en la entrega de la ayuda que llega desde el exterior.
"Necesitamos la ayuda internacional, pero el problema es la coordinación", declaró el mandatario en una entrevista con la AFP.
"Lo que vamos a hacer (...) es pedirle a los donantes que trabajen con comités que establecimos en el seno del gobierno", indicó Preval, que estableció la sede temporal del gobierno en una comisaría próxima al aeropuerto internacional de Puerto Príncipe -bajo control de Estados Unidos-, debido a la destrucción de varios edificios públicos, incluido el palacio presidencial.
La ONU lanzó el viernes un llamado a la comunidad internacional para recolectar 560 millones de dólares con destino a las víctimas.
Unos 30 países, entre ellos Cuba, Venezuela, México Estados Unidos y Francia, participan en las operaciones de ayuda.
Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV
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