EDITORIAL
Sin importar que nuestro México (o lo que queda de El) presida por el momento el Consejo de Seguridad de la ONU; y sin siquiera saber cómo es que llegó a ocupar un lugar a todas luces impropio para nuestra Patria.
Y sin que tampoco importe que la misma ONU considere y haya considerado como una agresión el movimiento de tropas en las fronteras. Como ha sucedido en Korea o en Rusia, por poner solo un par de ejemplos.
El que los norteamericanos aposten a sus elementos militares en la frontera con nosotros, es una clara señal de que están preparando arpíamente su directa intromisión tras el jugoso botín que representa Ciudad Juárez.
Por lo que nadie deberá decirse extrañado cuando los soldados norteamericanos se vean patrullando las calles, como lo hacen en Irak y en Afganistán; o en Colombia, para no ir tan lejos.
Pero que quede claro que nunca se ha visto que una movilización de tropas norteamericanas presagie algo bueno.
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