Censura a un suplemento de mujeres
Sara Lovera
MÉXICO, D.F., 23 de septiembre (apro).- Las tensiones entre la política feminista, el Estado y sus gobiernos han generado muchos conflictos entre las mujeres y sus agendas. Esta tensión se ha convertido en una verdadera amenaza para el avance de las mujeres.
Aunque es en dos sentidos: las instituciones que en muchas ocasiones pretenden ir más allá de la agenda feminista y quieren dirigir las acciones de los grupos de mujeres o quienes desde esas instituciones pretenden detener su avance.
El conflicto está en la mesa del debate: la agenda y los oprobios a las mujeres de pronto han llegado a excesos que ahora mismo significan confusiones varias. Queríamos, desde el feminismo, que los Estados propiciaran una verdadera política que libere a las mujeres. Ahora esas políticas, algunas buenas voluntades, se vuelven contra nosotras en muchas partes del mundo.
El pasado domingo 19, la derecha se reeligió en Suecia -el país que consiguió cerrar la brecha entre hombres y mujeres, según los organismos internacionales-- y la derecha ganó anunciando la reducción de los derechos sociales que afectarán, evidentemente, a las mujeres. Ni en Suecia ni en ninguna parte del mundo se ha detenido la violencia. El domingo 20 en El País, diario español, apareció la nota de la asesinada número nueve del año.
Hay una fuerte discusión en la Unión Europea contra los migrantes. Las opiniones se dividen frente a las expulsiones maquinadas por Nicolás Sarkozy, contra las y los ciudadanos rumanos, por su herencia gitana, que de pronto recibe decenas de solidaridades y pone en peligro las leyes migratorias de Europa que parecía abierta.
Cosas como esas de la creciente derecha nos tienen que poner en alerta. En México, el Partido Acción Nacional (PAN) y sus socios, muchos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de otros, no cesan el golpeteo contra el aborto legal, contra la educación sexual y la indiferencia creciente frente al aumento de la violencia contra las mujeres. Hechos preocupantes.
Pero las cosas han llegado más lejos. Ahora el Instituto Nacional de las Mujeres (INM), que había venido patrocinando la aparición del suplemento feminista Todas --editado por la casa editorial que circula Milenio, que es dueña del grupo Estrella en radio y televisión y que se hace llamar Multimedios-- es un ataque a la libertad de expresión.
El suplemento, nacido de acuerdos publicitarios más que una política editorial de la casa Milenio, siempre tuvo ese riesgo y esa tensión entre las demandas de las mujeres y la política oficial. Así, el INM paró la impresión del suplemento por no estar de acuerdo en el análisis de sus colaboradoras frente al bicentenario y las mujeres.
La edición, que criticaba cómo 200 años después de la Independencia las mujeres tienen muchos pendientes y que debió circular a partir del lunes 13, simplemente no se imprimió. De pronto, en un solo “acto” volvimos a aquellos tiempos cuando el entonces presidente José López Portillo aplicó la frase: "no pago para que me peguen" y retiró a la revista Proceso toda la publicidad con objeto de ahorcarla y contribuir a desaparecerla. Pero no pasó, Proceso vive y bien.
En cambio Todas desaparecerá como la conocemos. Su directora Cristina Renaud, impulsora de la tradición de los espacios feministas, que orgullosamente inició en el diario El Día y continuó durante más de 15 años en La Jornada, ahora tendrá que retirarse ante la falta del apoyo esperado de su casa editorial. Todas se convirtió, en la mente de la directora del INM, en un patrimonio oficial. Grave sentido.
El número preparado para el Bicentenario documentaba cómo tras las guerras en México por la Independencia, por la Revolución y por la democracia no han hecho justicia a las mujeres, que siguen excluidas y diferenciadas en discriminación con los hombres.
Se sigue con salarios disminuidos, con pocas oportunidades, para no hablar de los millones de mujeres pobres, las que mueren por abortos clandestinos y por la mascarada que constituye la participación política.
En Todas no se ofende a política alguna, simplemente no se quiso seguir haciendo propaganda a la política oficial de Felipe Calderón, con mentiras. Resultado: cierra, amenaza y viola al derecho a decir que en la Revolución costó un millón de muertos. ¡Una verdadera barbaridad!
Este freno a la libertad de expresión es un escándalo, cuando México tiene compromisos internacionales; forma parte de la cadena de oprobios a las mexicanas y se suma a la inequidad y la injusticia, a la impunidad. La portada del número censurado tenía una fotografía de Marcela Lagarde, la coordinadora de una Red contra el Feminicidio en México, un tema explosivo, por lo visto para la señora Rocío Galván, directora del INM.
Cabrían aquí algunas preguntas. En el reciente Encuentro Nacional Feminista, el tema de la autonomía fue tratado y discutido. Hubo quienes desde la postura del Partido de la Revolución Democrática (PRD) también quisieron controlar y dirigir el camino y las conclusiones de las feministas.
De ahí que las preguntas sean muchas. La autonomía del movimiento feminista tendrá que ser bien analizada, sobre todo en tiempos preelectorales, como los de 2011 y las promesas limitadas y constreñidas de quienes hacen política.
Asuntos de la agenda se dirá. Sí, de la agenda democrática para las mujeres, puesto que es claro que no es el gobierno quien garantizará el avance feminista. Todas, la agenda y el movimiento sólo podrán defenderse desde las mismas mujeres, las que urgentemente tienen que ir a las otras, a las mujeres del país para conseguir una verdadera masa crítica y volver a los años setenta, tomar la calle, ser libres, tener agendas propias. Eso urge.
saralovera@yahoo.com.mx)
Fuente: Proceso
Difusión AMLOTV
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