EDITORIAL:
En medio de una profunda derrota electoral de los políticos demócratas en las elecciones del 2 de noviembre, en el Congreso hacen esfuerzos desesperados para mostrar que están haciendo lo que pueden pero que los republicanos lo impiden todo. Esa es una táctica de políticos sin escrúpulos.
Al haber ganado el 9 de diciembre 2010 (con 59 votos a favor y 40 en contra) que la propuesta de ley S. 3992 (Dream Act) sea sometida a voto antes de fin de año, el Presidente del Senado Harry Reid ha ganado un tiempo precioso para continuar los esfuerzos por un acuerdo bipartidista para conseguir los votos necesarios. Al poner la propuesta en la mesa del Senado para decidir la próxima semana, también podrían en el Senado tomar la versión H.R. 5281 que ganó el 8 de diciembre en la Cámara de Representantes. porque si pasa significaría que iría directamente a la Casa Blanca para ser firmada por Obama en vez de irse a las comisiones para reconciliar las dos versiones. El proceso seria mas rápido. En términos parlamentarios eso significa que la propuesta no cuenta con los votos necesarios para pasar y nadie garantiza si podrá pasar en este sesión del Congreso.
Desde la perspectiva del movimiento por los derechos de los trabajadores y las comunidades migrantes, lo más importante es que de nuevo se ha puesto de relieve la potencia del movimiento, sobre todo con la vibrante participación de los jóvenes a escala nacional por su legalización bajo diversas formas de lucha de clases, y que también se expresa de manera distorsionada en el voto latino en el proceso electoral. Distorsionada porque no contamos con nuestros propios representantes independientes.
Desde otro ángulo, en el fondo de las aguas revueltas (en apenas una semana manipularon hasta 4 diferentes propuestas de ley del Dream Act) en el Senado estamos asistiendo la manifestación de la profunda crisis de descomposición del sistema político bipartidista, que se agrega a la crisis del sistema capitalista.
Ante la potencia desatada por la ofensiva por la legalización del movimiento juvenil por la legalización, los políticos demócratas y republicanos han desplegado todas sus posiciones sobre la problemática migratoria. Los demócratas se han quitado el velo de la cara y claman abiertamente por ofrecer la legalización a cambio de la participación de los jóvenes latinos en las guerra imperialistas, que se trata por tanto de una medida para el fortalecimiento de la economía y la seguridad.
Por su parte los republicanos han sacado a luz todo so odio racial expresando que el Dream Act es una Acción Afirmativa por la Amnistía, que Estados Unidos no debe tener compasión por estos niños indocumentados, sino por estadounidenses atizando la división étnica con otras comunidades oprimidas, la comunidad negra en particular; que esta legalización atraería mayor inmigración, etc.
Después de los resultados electorales del 2 de noviembre el Presidente Obama, y los medios de comunicación que le siguen, insisten en declarar que la gran victoria republicana le ha impuesto un mandato para continuar la política fiscal del ex Presidente George H. Bush de recorte de impuestos para los ricos y las grandes corporaciones y acelerar los recortes presupuestarios sobre los servicios sociales y a los Estados (para llevarlos a la bancarrota) e intensificar los ataques contra los trabajadores. Según ellos, en eso consiste el significado de las elecciones del 2 de noviembre.
En realidad, de los que votaron por Obama en el 2008 buscando un cambio, en las elecciones del 2010 se abstuvieron 29 millones. Esta abstención tiene un significado preciso: en los dos años anteriores de la administración Obama no vieron ningún cambio. Mucha de la gente que buscaba cambio se abstuvo. Es una situación difícil, pero hoy más que nunca tenemos que comprender que las razones por las cuales millones y millones votaron por Obama en 2008, siguen vigentes.
La gente no votó el 2 de noviembre 2010 por el mandato republicano de recortes a los impuestos a los ricos, por los recortes presupuestarios y más ataques contra los trabajadores. Fue un voto de protesta porque no han visto mejoras en la situación (sino todo lo contrario, la situación se ha empeorado) y muchos no salieron a votar porque no quieren apoyar a Obama en una política con la cual no se identifican o incluso peor algunos sectores fueron arrastrados por los republicanos.
Como consecuencia del gran triunfo republicano en las elecciones de medio término del 2 de noviembre, el Presidente Obama ha declarado en todos sus foros que importantes iniciativas de Ley como las cuestiones migratorias del Dream Act, Agjobs y "No preguntes No Hables", referente a ingreso de personas gay en el Ejército, serían retiradas de sus prioridades. Sus prioridades son: Política Fiscal; Déficit; Tratados Nucleares.
Efectivamente, las promesas de reforma migratoria no se cumplieron cuando hubo una supermayoría demócrata en el Congreso y en el Senado. No hubo reforma laboral (Employee Free Choice Act), pero Obama otorgó miles de millones de dólares de los impuestos de los trabajadores para dárselos los bancos especuladores de Wall Street en los planes de rescate, aumentando el déficit sin generar empleos. Mientras tanto, la pobreza aumenta y la pérdida de viviendas por causa de los fraudulentos embargos hipotecarios continúa.
En su campaña presidencial del 2007/08 para ganar el voto latino Obama prometió la Reforma Migratoria. La realidad es que bajo la administración Obama todos los programas del Departamento de Seguridad Nacional se han intensificado y perfeccionado, comenzando con el incremento del presupuesto y del número de soldados para la fortalecer militarización de la frontera, al tiempo que intensifica la aplicación de la política de ataque a los empleos y deportaciones mediante la verificación de empleo (No Match Letter/E-Verify), la provisión 287 (g), el Programa Comunidad Segura, etc. Más aún, la falta de solución del problema migratorio permitió que la gobernadora republicana de Arizona Jane Brewer firmara la legislación más racista y reaccionaria de todas las propuestas migratorias existentes en la actualidad.
Cuando el voto latino se convertía cada vez más crucial en el juego electoral para las elecciones de medio término de noviembre, en su discurso del 1 de julio el Presidente Obama, negando la propuesta de reforma migratoria de representante demócrata Luís Gutiérrez y de Reform Immigration For America (RIFA), ofreció apenas una limitada legalización para jóvenes estudiantes mediante el Dream Act, y para los trabajadores agrícolas Obama ofreció AGJOBS (Agricultural Jobs Opportunities, Benefits, and Security Act 2009).
Amenazados por una avalancha republicana, el Partido Demócrata clamó desesperadamente por el voto latino, un voto clave para la victoria de algunos representantes como Harry Reid en Nevada, quien conservó su puesto por el 90% del voto latino a su favor a cambio del Dream Act. El voto latino también fue clave para la victoria de Jerry Brown para gobernador de California. Sin embargo, para los inmigrantes que pensaron que con el voto garantizarían un rápido camino hacia la legalización, están destinados a la desilusión.
A pesar del abrumador apoyo electoral latino al Partido Demócrata (las encuentras --Latino Decisions-- mencionan un 70%) en los medios demócratas expresan que no habrá reforma migratoria bajo la administración Obama. El gobernador electo Jerry Brown declaró que no habrá Dream Act para California.
¡Claro! Si no lo lograron cuando tenían la supermayoría, mucho menos después de las elecciones del 2 de noviembre 2010, con 60 nuevos asientos republicanos en el Congreso y seis en el Senado, 10 Gobiernos estatales y el control del poder legislativo en 19 Estados.
Mientras tanto los inmigrantes indocumentados continúan ansiosos en la disyuntiva entre la deportación y la amnistía. La reforma migratoria no sólo está muerta, sino aplastada, lo mismo que el Agjobs y el Dream Act tiene un futuro incierto.
En este nuevo escenario políticas como la establecida en la Ley SB 1070 pueden tomar fuerza en nuevas e intensificadas ofensivas parlamentarias contra las cuales el movimiento debe organizarse para resistir y vencer.
El movimiento migrante debe prepararse para una nueva etapa de resistencia contra los programas del ICE que conducen a las redadas y deportaciones y contra políticas migratorias como la SB 1070, que tienden a expandirse a otros estados.
En el movimiento por el Dream, por su parte, la lucha por la legalización debe continuar presionando con toda su fuerza con movilizaciones en las calles, huelgas de hambre y todas las otras formas de la lucha de clases. Si en un escenario hipotético el Dream Act pasara bajo la forma de militarización actual, los jóvenes tienen todos los argumentos para continuar oponiéndose al reclutamiento militar, a la desmilitarización de las escuelas.
Nuestra batalla por la organización de un polo independiente para luchar por los derechos democráticos, por los derechos de los trabajadores, por los derechos de los migrantes está más que nunca a la orden del día. Más que nunca necesitamos la organización y la movilización independiente. Desde ya, este polo independiente se está constituyendo en torno a la Alianza por una Política Migratoria Justa.
Es necesario constituir esta tendencia independiente, pero también es necesario conseguir la constitución de un frente único lo más amplio posible con los otros sectores del movimiento, aunque no compartamos la plataforma completa de reivindicaciones, pero que son puntos que ayudan a la movilización en la más grande unidad para resistir y para vencer.
Fuente: El Organizador0
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