viernes, 4 de febrero de 2011

Universitarios realizan manifestación exprés para exigir el cese de la violencia en la ciudad


Preparan espacio para elaborar una agenda de seguridad ciudadana y entregarla a las autoridades

PALOMA ROBLES

Lo que parecía una simple invitación estéril vía Twitter y Facebook, ayer resultó en una gran manifestación, en la que alrededor de unos 600 jóvenes universitarios exigieron a las autoridades y a la delincuencia organizada cesar el fuego y permitir vivir la ciudad “en paz”.

Tras perpetrarse una serie de narcobloqueos y atentados en la zona metropolitana la noche del martes, en las redes sociales un grupo de jóvenes se organizaba para salir a las calles y manifestar su descontento. Menos de 24 horas fueron suficientes para que que cientos atendieran el llamado.

Al ritmo del México lindo y porras alusivas al derecho a la ciudad, los siempre catalogados como “apatíos” mostraron cero tolerancia a la violencia.

El contingente partió poco antes de las 17 horas desde el andador de la avenida Chapultepec, esquina con avenida La Paz, de ahí dieron vuelta en avenida Hidalgo. Aunque el tráfico iba cargado, los conductores no desesperaron, muchos utilizaban el claxon a manera de solidaridad lo que motivaba aplausos.

Camisas y globos blancos además de carteles improvisados reinaron en el contingente. La consigna en el altavoz: “disfrutar la ciudad” y demostrar que “no tenemos miedo” según apuntó Marisa, diseñadora egresada del Instituto de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).

“Los ciudadanos estamos rebasando a las autoridades; ellos no han podido aplicar una estrategia adecuada en contra de la delincuencia organizada, de ahí que tengamos que salir a las calles a defender lo que es nuestro”, señaló Pablo Martínez, profesor de literatura.

Por la mañana el propio secretario de Gobierno, Fernando Guzmán, se expresó en contra de las redes sociales; por la tarde esa comunicación digital era el vínculo único y preciado, aunque sólo para unos cuantos.

Sorprendidos por el río de muchachas “bien chulas” que pasaban a las afueras de un sitio de tatuajes, Mario, un joven de alrededor de 25 años –y con grandes expansores en su lóbulos– se dijo sorprendido por la manifestación. No tiene Facebook, mucho menos Twitter, pero tiene claro que el problema en México reside en la corrupción.

“El gobierno está de parte de todo eso, trabajan con ayuda del gobierno. La manifestación está bien, pero no creo que se logre nada mientras el gobierno agarre dinero de ahí. Uy, mija, si yo te contara... mejor que quiten el gobierno que tenemos”, otro contesta, “que empiecen con las cabezas grandes, ándale güey, dile, tú sabes quiénes son”, se ríen.

La marcha pretendía no tener tintes políticos, pero como bien explicó Verónica Rodríguez del Movimiento Socialista de los Trabajadores “la política es todo, uno no puede zafarse de la política porque es parte de un sistema”. Quizá eso explicó la presencia de grupos como la Coordinadora 28 de Mayo, algunas redes de feministas, Iluminemos México, Ciudad Alterna, Gdl en Bici, Ciudad para Todos, así como el presidente del Instituto de la Juventud de Guadalajara, César Ruvalcaba y el presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios, Marco Antonio Núñez y hasta el ex zar anticorrupción de Guadalajara, Augusto Valencia.

Al llegar a la Plaza de Armas –frente a Palacio de Gobierno–, no se entregó ningún pliego petitorio, lo que causó sorpresa a los policías que aguardaban en la entrada.

Pidieron dialogar con alguna autoridad, entraron siete jóvenes, entre ellos Miguel Arévalo, Carol Arámbula, Eduardo Rivera, Eduardo Martínez, Luis Guillermo Natera, Ana Paula Velazco, Aldo Álvarez Tostado y Juan Pablo Guerrero; este último invitó a los manifestantes a colaborar en la elaboración de una agenda de seguridad ciudadana.

Se informó que en el mismo foro social (Facebook) se abriría un espacio para que “todos” aportaran sus propuestas y éstas serían entregadas a las autoridades en una segunda manifestación, pues la de ayer fue sólo la antesala de algo con mayor presencia, “incluso a nivel nacional”, comentó uno de los organizadores.

Ante decenas de personas en el Centro Histórico que se mantenían a la expectativa por las consignas lanzadas, la propuesta de volver a convocar a una manifestación vía redes sociales excluyó de la convocatoria a Jessi y sus amigas de 15 años, que pasaban por el lugar. Ellas son estudiantes de la secundaria 107 José Martí, además de vecinas en la colonia Santa Paula, asentada a las orillas de Tonalá.

Jessi supo de “las bombas” por la televisión. No tiene computadora ni acceso a Internet y cree que el problema en México es porque “el presidente no deja entrar a los narcos aquí. A los que traen el dinero, pues. Yo creo que porque no han sabido gobernar”.

Fuente: La Jornada de Jalisco

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