miércoles, 30 de marzo de 2011

Fukoshima es el futuro


GUILLERMO ARAGÓN LORANCA

Conforme pasan los días después del terremoto y el tsunami en el noreste de Japón, y el subsecuente colapso de varios reactores nucleares que mantiene en alerta roja no sólo a los japoneses, sino al mundo entero, van saliendo a la luz datos e informaciones que confirman que las dimensiones del problema radioactivo son mucho mayores de las que el lobby nuclear y sus aliados han revelado, lo cual implica, ya no un posible riesgo, sino un peligro real para la vida del planeta.

Ahora, por ejemplo, se duda de que el terremoto más el tsunami, en una combinación imprevisible, hayan sobrepasado las medidas de seguridad de las plantas nucleares, ya que se han recogido evidencias de que fue solamente el terremoto el que dañó los sistemas de enfriamiento, ya que la entrada de agua fue mucho menor de la que se pudo apreciar en las imágenes devastadoras del oleaje a 70 kilómetros de la planta de Fukoshima.

Esto significa simple y llanamente que no existe ningún grado de seguridad suficiente como para garantizar que un accidente nuclear como el que se está produciendo, no se repita en un futuro. Otra de las mentiras difundidas por los promotores de la supuesta “energía limpia” es que las radiaciones pueden clasificarse en peligrosas, menos peligrosas e inofensivas, además de que han tratado de confundir a la ciudadanía con cifras y unidades de medición que difieren de un supuesto experto, a otro. Físicos independientes, no ligados a las empresas nucleares, se han cansado de afirmar que en cuanto a radiación de isótopos se refiere, no hay “cantidades inocuas”, cualquier cantidad, por mínima que sea, es en sí misma dañina.

Incluso las noticias actuales hablan de que “se han alcanzado niveles de radiación “récord”, 100 mil veces superiores a las normales, como si se tratara de un deporte y no de radiaciones mortales.

Tampoco se ha dicho qué pasa con las toneladas de agua que se siguen arrojando para enfriar los reactores, ¿Se va al mar sin contaminarlo? ¿Se transforma en nubes de vapor radiactivo que el viento llevará a lugares lejanos? ¿Se va a los mantos freáticos? Lo cierto es que casi toda el agua para consumo humano está contaminada con radiación y el gobierno se ha visto obligado a traer agua de fuera y racionarla. También se empiezan a descubrir las fallas de construcción de las instalaciones que a pesar de las estrictas normas arquitectónicas, en la realidad se utilizaron materiales más baratos, menos seguros, por debajo de las especificaciones técnicas normadas, con la finalidad de “ahorrarse costos” y “hacer rentables las inversiones”... la corrupción a pesar de todo.

Fukoshima representa el futuro para este modelo civilizatorio basado en el consumo ingente de energía en aras de mantener un modelo de vida autodestructivo para el ser humano; en Fukoshima está en juego el futuro de la vida, nos demos o no cuenta de ello. Nunca como ahora la pesadilla nuclear que Akiro Kurozawa nos presentó en su famosa película Sueños, ha sido tan profética y tan actual.

Fuente: La Jornada de Oriente

No hay comentarios: