En concreto | Laura Itzel Castillo
Uno de los mayores lastres de este país es la impunidad. El caso de Gastón Azcárraga Andrade, presidente de Grupo Posadas y responsable de que Mexicana de Aviación esté al borde de la quiebra, es un claro ejemplo. Azcárraga es uno de los hombres más ricos de México y ha labrado su fortuna a base de componendas y negocios turbios con el poder.
Azcárraga adquirió Mexicana de Aviación en 2005. La venta de dicha empresa fue un favor con el que Vicente Fox premió a Gastón luego de que éste lo apoyara en su campaña presidencial en 2000. Así, Azcárraga pagó por la empresa menos de un tercio de su valor real. A partir de entonces, Mexicana fue víctima de las componendas de Azcárraga.
Desde 2006, Gastón promovió convenios con los sindicatos de Mexicana que implicaban que los trabajadores cedieran prestaciones y salarios por millones de dólares. El objetivo era, según los directivos de la empresa, mejorar la situación económica de ésta. El tiempo revelaría la falsedad de esta promesa pues, pese a todos los reajustes y convenios, Mexicana nunca se recuperó y cesó sus operaciones en agosto de 2010.
Desde agosto de 2010, más de 8 mil 600 trabajadores están en la calle esperando una solución al conflicto. Ha habido varios intentos fallidos por rescatar a la empresa, cuyo reinicio de operaciones se ha pospuesto más de siete veces. Mientras tanto, los más de 984 pasajeros que se quedaron con boletos comprados, siguen esperando un reembolso. El monto de los boletos no reembolsados asciende casi a 1,550 millones de pesos.
Recientemente, los trabajadores de Mexicana interpusieron una denuncia ante la PGR contra Gastón Azcárraga por ocultar información relevante referente al manejo de Mexicana, con lo cual violó diversas leyes financieras. Entre otras cosas, Azcárraga no informó debidamente sobre préstamos con bancos de los cuales fue consejero. Además, durante 2009 Mexicana pagó casi 285 millones de pesos por servicios de hospedaje a hoteles de Grupo Posadas.
En México se ha convertido casi en ley que aquellos que timan al pueblo y se enriquecen a sus costillas, al amparo del poder, sean reconocidos como “empresarios exitosos” en lugar de ser investigados y llamados a cuentas sin importar que sus negocios y empresas involucren dinero público y servicios trascendentes para la sociedad. Esto tiene que terminar. No es posible que Gastón Azcárraga permanezca impune enriqueciéndose cada vez más, mientras 8 mil 600 trabajadores de Mexicana están en la calle.
Por lo anterior, el día de hoy presentaré en la Comisión Permanente un punto de acuerdo para que Gastón Azcárraga comparezca ante el Congreso y explique los manejos financieros y administrativos que promovió cuando era directivo de Mexicana.
La aerolínea recibió recursos públicos mediante subsidios directos, indirectos y hasta ocultos. Cayó en la panza del FOBAPROA, por responsabilidad de Azcárraga; siendo parte de los bienes nacionales fue regalada al mismo Azcárraga, y digo que es un regalo porque se le vendió casi por el mismo monto de las existencias de dinero en efectivo en caja; hoy es objeto de un rescate encubierto, obviamente con recursos públicos.
Deben rendirse cuentas sobre el manejo del dinero del pueblo. Si la Auditoría Superior de la Federación, que es un órgano de la Cámara de Diputados, puede fiscalizar a particulares, con mayor razón el Congreso puede citar a comparecer a particulares, tal y como sucede en muchos países del mundo.
Fuente: El Gráfico
No hay comentarios:
Publicar un comentario