lunes, 4 de julio de 2011

Se rescata al gobierno griego, ¿y al pueblo cuándo?


EDUARDO GONZÁLEZ VELÁZQUEZ

La historia se vuelve a repetir. La privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas de nueva cuenta se constituyen en la esencia de los “rescates” de los gobiernos que recurrentemente realizan el Fondo Monetario Internacional (FMI) y una gama de instituciones financieras a nivel global. En este momento el turno es para el gobierno griego que solicita “ayuda” a un alto costo social que deberán pagar los habitantes del país heleno. En medio de esta vorágine financiera resulta inevitable preguntarnos ¿cuándo será rescatada la sociedad por los errores que cometen los gobiernos?

El escenario es harto complejo. El gobierno griego tiene una insolvencia general: económica, política y moral. Grecia se encuentra empantanada en su peor recesión desde la década de los años 70 del siglo pasado, presenta una tasa de desempleo juvenil de más de 40 por ciento; el reparto que realiza de la riqueza que generan sus habitantes es uno de los más desiguales de la Unión Europea; carga con una deuda de 340 mil millones de euros, equivalente a 150 por ciento de su producto interno bruto (PIB); las huelgas en el sector público y privado son asunto de todos los días; todo ello ha generado que la crisis financiera y económica se convierta en una crisis política y social. Para salir del atolladero el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, aceptó aplicar la misma medicina que han recetado los organismos financieros internacionales en los últimos 50 años a las economías alicaídas, y que tan pobres resultados han generado para la población en su conjunto. Así, el Parlamento griego aprobó con 155 votos a favor y 138 en contra el pasado miércoles el programa de ajuste exigido por la Unión Europea y el FMI, en medio del repudio generalizado de la sociedad.

El plan de choque económico incluye aumento de impuestos, recortes al gasto público por 28 mil 400 millones de euros entre 2012 y 2015, además un programa de privatizaciones para recaudar al menos 50 mil millones de euros mediante la venta de la principal productora de electricidad y otras empresas de sectores como telecomunicaciones, lotería, aeropuertos y gas natural.

La aprobación del programa de ajuste era una condición indispensable para que el Banco Central Europeo y el FMI desbloquearan los 12 mil millones de euros, correspondientes al quinto tramo del paquete de “rescate” autorizado a Grecia el año pasado. Por otro lado, las medidas impuestas a la población son una condición para tener acceso a un nuevo plan de “rescate” por 120 mil millones de euros.

Como casi siempre sucede, luego de la aprobación y puesta en marcha de las recetas económicas fondomonetaristas impuestas a los gobiernos en problemas, los “dirigentes” de las grandes economías se muestran congratulados. En ese sentido aparecieron la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, congratulándose por la respuesta helénica, y el presidente del eurogrupo, Jean-Claude Juncker, quien dijo sentirse “feliz y aliviado”. Ni qué decir de la “economía” y los “mercados” que reaccionaron “positivamente” a las medidas draconianas impuestas al pueblo griego. La frialdad de los números esta semana así lo dejan ver: la bolsa de Nueva York cerró con alza por tercer día consecutivo, el Dow Jones subió 0.60 por ciento y cerró con 12 mil 261.42 unidades; el Nasdaq avanzó 0.41 por ciento y el Standard and Poor’s 500 sumó 0.83 por ciento. Las principales bolsas europeas terminaron con fuertes alzas y anotaron su máximo nivel en dos semanas, al cerrar con un avance de 1.54 por ciento en Londres, 1.88 en París, 1.73 en Francfort, y 2.08 por ciento en Madrid. El euro subió 0.4 por ciento frente al dólar y terminó la sesión de Nueva York en 1.4428 dólares. Por su parte, los precios del petróleo registraron una fuerte alza, pues en Nueva York el crudo West Texas Intermediate (WTI) registró su mayor nivel en una semana, al subir 1.88 dólares, a 94.77 dólares por barril, mientras en Londres el Brent del Norte sumó 3.62 dólares, a 112.40 (La Jornada, 30 de junio de 2010).

Al final del día, los “rescatadores” obtienen más ganancias que los “rescatados”. Las reglas del juego continúan siendo las mismas. El pastel lo pagan quienes solamente acceden a las migajas, las grandes rebanadas se las llevan los que pagan menos por él. Urge refundar el sistema económico. Las señales de su agotamiento cada día son mayores y más poderosas. No podemos seguir apostando a que los “rescates” sólo busquen el flujo de capitales para financiar a los gobiernos, para incrementar las reservas internacionales de algunos países, y para controlar la inflación. Esto no es suficiente. Bajo este esquema los de abajo seguirán quedando siempre al margen. Se impone que gobiernos y organismos financieros internacionales orienten sus baterías en rescatar a la población y no únicamente a los gobiernos y a sus incapaces funcionarios.

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Fuente: La Jornada de Jalisco

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