Saipem no acredita capacidad técnica, mientras Samsung hizo la oferta más baja
Adjudicará Pemex dos grandes contratos a empresa más cara y sin experiencia
Se trata de la construcción de dos plantas desulfuradoras en las refinerías de Tula y Salamanca
Israel Rodríguez
Petróleos Mexicanos (Pemex) se apresta a adjudicar de manera directa el contrato para la construcción de dos plantas desulfuradoras en las refinerías de Tula y Salamanca, para elaborar gasolinas con ultra bajo azufre (UBA), a la empresa Saipem, pese a que la oferta de ésta es superior en 50 millones de dólares a la formulada por la compañía Samsung, que presentó la cotización más baja.
El contrato, por 458 millones de dólares (unos 6 mil millones de pesos), sería el primero de gran magnitud adjudicado por la paraestatal bajo la dirección de Juan José Suárez Coppel. El Instituto Mexicano de Auditoría Técnica (IMAT), testigo social del proceso licitatorio designado por la propia paraestatal, concluyó que la asociación de Sainmexicana /Saipem no acredita el requerimiento de experiencia y capacidad técnica establecido en las bases de licitación.
Esta obra permitiría a Pemex cumplir con la norma oficial mexicana (NOM) 086 Semarnat-Sener para la elaboración de combustibles limpios, que se prevé puedan distribuirse en el territorio nacional a partir de 2014 .
El 11 de septiembre de 2008 Pemex emitió la convocatoria pública internacional para la ingeniería, procura y construcción de dos plantas desulfuradoras de gasolina en las refinerías Miguel Hidalgo, en Tula de Allende, Hidalgo, e Ingeniero Antonio M. Amor, en Salamanca, Guanajuato. Estas plantas tendrían una capacidad de elaboración de 30 mil y 25 mil barriles diarios de gasolinas, respectivamente, con un máximo de 10 partes de azufre por millón.
Tortuoso proceso
En el concurso se inscribieron cinco consorcios: la coreana Samsumg, que ofreció un precio de 408 millones de dólares; la italiana Saipem, con 458 millones; Ica-Fluor Daniel, con 508 millones; Isolux-Jantesa, con 530 millones, y ACS-Dragados, con una oferta de 550 millones de dólares.
Después de un tortuoso proceso que incluyó diversas vistas al lugar de la edificación, 17 juntas de aclaraciones y la presentación de propuestas y diferimientos para dar el fallo, Pemex resolvió declarar desierto el concurso por considerar que ninguna de las propuestas reunía los requisitos técnicos ni económicos. Posteriormente Saipem e ICA decidieron seguir un proceso de inconformidad en junio de 2009 ante la Secretaría de la Función Pública, el cual fue desechado.
La organización no gubernamental Contraloría Ciudadana para la Rendición de Cuentas, en sus conclusiones y recomendaciones sobre el proceso identifica diversas inconsistencias y señala: La entidad (Pemex) no tuvo lista toda la información técnica relativa a esta licitación en el momento de la publicación de la convocatoria, lo que originó que se hicieran muchas modificaciones a dicha información, generando un proceso licitatorio de casi siete meses de duración, con el consecuente desgaste tanto de la entidad como de los licitantes que participaron. Se recomienda, para licitaciones futuras, tener toda la información completa antes de la publicación de la convocatoria, en aras del mejoramiento de la planeación de los procesos de licitación.
Abunda: El alto número de preguntas, así como la naturaleza de las mismas, indica, en opinión del testigo social, que no hubo una preparación en detalle de las bases de licitación, a pesar de que existió un tiempo razonable para la preparación de las mismas. Para futuras licitaciones se recomienda una revisión exhaustiva de las bases de licitación antes de proceder a su publicación.
El dictamen de la dirección corporativa de ingeniería y desarrollo de proyectos de Pemex recomienda la adjudicación directa del contrato a Saimexicana-Saipem, pese a tener un precio 50 millones de dólares superior a la oferta más competitiva y no acreditar la experiencia y capacidad técnica necesarias.
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