lunes, 28 de septiembre de 2009

Alianzas vergonzantes




Alianzas vergonzantes

Los miembros del Consejo Nacional del PRD discutieron ayer domingo la estrategia electoral para el período 2010-2012. Sin decirlo explícitamente, los miembros de esa agrupación acordaron una política de alianzas que igual puede llevarlos a coaligarse con el PRI que con el PAN el próximo año, dependiendo de las condiciones particulares de cada entidad, especialmente aquellas en las que estará en disputa la gubernatura. El acuerdo tuvo mucho de vergonzante, pues no se atrevieron a decir las cosas por su nombre.


Sallard
El documento aprobado plantea 12 objetivos estratégicos y un propósito general: refrendar triunfos electorales e incrementar la votación en los trece estados donde habrá comicios en 2010. El texto reconoce que el PRI ha reforzado su condición de primera fuerza electoral y se ha situado en la posición de rival a vencer para las elecciones presidenciales de 2012. De ahí que en algunas entidades estime “insuficiente” la alianza de las izquierdas –con PT, Convergencia y a otras fuerzas políticas y sociales--, por lo cual considera la construcción de frentes opositores y democráticos estatales, a partir de plataformas comunes. Ahí es donde caben las alianzas con el partido en el gobierno para enfrentar juntos al antiguo partido de Estado. Lo contradictorio es que en otras entidades el PRI sería el aliado.

En estados como Oaxaca, Veracruz y Puebla, se pretende ganar la gubernatura mediante un amplio frente opositor, en el cual estaría incluido Acción Nacional. Ahí el enemigo a vencer es el viejo partido de la revolución institucionalizada. En cambio, en Tlaxcala, que ya fue gobernado por el PRD, el enemigo a vencer es el PAN; ahí la alianza válida sería con el PRI.

Y todavía el oaxaqueño Eloí Vázquez López, miembro de Foro Nuevo Sol, ex militante del Partido Comunista Mexicano, se atrevió a negar que esta política de alianzas sea “un ejercicio pragmático”, porque “se estaría creando bajo una plataforma ciudadana y democrática para cambiar gobiernos autoritarios”. Si no es pragmatismo, el calificativo puede ser entonces más duro, peor. ¿Derrotar a Ulises Ruiz requiere de un pacto entre derechas e izquierdas? Al parecer, mi buen amigo cree que sí.

Como esta política de alianzas genera rechazo en amplios segmentos de la militancia, La cúpula perredista determinó “ahondar” en la propuesta para la próxima reunión del Consejo Nacional, a realizarse el 7 y 8 de noviembre próximo. El problema parece insalvable, pues los polos al interior del PRD plantean estrategias divergentes para alcanzar el mismo fin.

Quizá pudiera superarse el dilema si las partes aplicaran un poco de lógica elemental (pueden leer a Eli de Gortari, por ejemplo). Veamos: para realizar un silogismo correcto, hay que partir de premisas ciertas. Si éste es errado la conclusión invariablemente será falsa. Puede ocurrir también que la premisa sea verdad, pero en tiempo distinto, y en ese caso, el resultado será también incorrecto.

Dejemos de lado los principios y la ética, como algunos lo piden. En un sentido estrictamente pragmático es factible preguntar: ¿Alianza con el PAN hoy, cuando va en caída libre a nivel nacional? Ese es el quid del asunto.

Los perdedores que dirigen el PRD, al parecer, leyeron al revés la estrepitosa derrota electoral de julio. Ellos quisieron parecerse a sus rivales, pero los electores los castigaron con un 12.5 %. Si ahora quieren sumar desprestigios, en lugar de diferenciarse claramente, el resultado puede disminuir a un dígito y llevar al partido del sol azteca por el mismo camino del PARM, PPS o el PFCRN.

¿Quién quiere a un partido palero a estas alturas?

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