El Fenómeno “Juanito” (ó el Asistencialismo como Oportunismo Desideologizado)
Por Alfredo Velarde
Mientras el sistema político mexicano se desfonda y aleja sin punto de retorno posible a la real resolución de los problemas de la gente, porque la crisis de la corrupta (seudo) democracia representativa de corte capitalista terminó deviniendo en grotesca pantomima y real secuestro del poder a favor de los más recalcitrantes y conservadores intereses oligárquicos, para colmo en medio de la crisis económica , cosa que en parte explica el ominoso retorno de Salinas de Gortari como factor de real poder fáctico y del PRI como contraproducente primera fuerza político-electoral , un reciente fenómeno que sería cómico si no detentara las connotaciones trágicas por lo que representa en los hechos, se posicionó como foco de atención en la mirada de la prensa del embute sistémica: la elección de Rafael Acosta , mejor conocido como “Juanito” , a la más grande y populosa delegación política del DF por el PT, que resulta suculenta para la partidocracia por los 3 mil millones de pesos a que asciende su cuantioso presupuesto.
En principio debe sorprender que “la guerra por Iztapalapa” , como fue denominada la contienda electoral del 5 de julio en la demarcación tras la triquiñuela al cuarto para las doce del Tribunal Electoral que cargó los dados para sacar de la contienda a la obradorista Clara Brugada, del PRD, merced a un recurso de inconformidad de la vertiente perredista de los chuchos, a favor de una candidata esquirol distinta de Brugada y que definió la opción emergente y de último momento por quien era también candidato a la misma Delegación, pero por el PT, y fue calificada como “una jugada maestra” del FAP en general y de AMLO en particular, desnudan las burdas políticas con las que no se puede menos que romper. En eso no hay nada de “genial” y sí mucho de pragmatismo reversible . Al final la jugada, aparentemente, se le podría revertir al obradorismo, si el multicitado candidato comodín , Juanito , no cumpliera con la palabra que empeñó y que ahora condiciona para, una vez electo, solicite licencia a fin de que la Asamblea Legislativa proponga al Jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard , a la misma Brugada que el mafioso Tribunal sacó de la jugada y pueda fungir (¿o fingir?) al fin, como delegada en funciones .
Como vemos, más que un laberinto no explicable como versión remasterizada del mismo complot que AMLO encuentra en todas partes, un auténtico pantano de bajezas que lejos de “lo genial” , en realidad termina exhibiendo con impudicia la feria de los oportunismos de todo tipo involucrados en el circense juego malabar de cinco pistas : del Tribunal Electoral del DF , primero; de los chuchos demandantes, después; del PT y el FAP , luego; del propio Juanito al parecer arrepentido, a posteriori ; y del mismo AMLO por tolerar todo este auténtico galimatías que ensucia al conjunto del sistema político del país incluyéndolo a él y sus esquizofrénicas alianzas de convenenciera oportunidad. Pero además, el surrealista acontecimiento demostró que una medida apresurada y emergente en política, creada al vapor y que despertó la ambición de un oído propenso a ella y sin marco teórico ni ética –como el del madreador activismo lumpen de Juanito - al mareante canto de sirena influido por la prensa oficial que hoy exhibe al hablar de sí mismo en tercera persona, para desorbitadamente destaparse como Jefe de Gobierno y hasta para la Presidencia de la República , demuestra, por supuesto, que ello fue una mala política , la proponga quien sea pese a cualquier pretexto desde el urgentismo pragmático más inmediatista. Y además, por supuesto, también en ello ha gravitado el tremendamente simbólico hecho de que, si en México, personajes tan anodinos, oportunistas e ignorantes, como Fox o Calderón , han podido “gobernarlo” (bueno, es un decir), la pregunta que seguramente atraviesa el desorbitado inconsciente de Juanito es: “¿por qué no podría hacerlo yo?”
Un precipitado eslabonamiento de circunstancias que, como vemos, cual si de un “efecto mariposa” se tratara, según la teoría del caos en la blanda acepción y vulgarizada versión hollywoodense, se enseñorea para envilecer la política y confrontarnos con la necesidad de romper con ella desde la otra política, ésta revolucionaria (como la que practica todavía sin fuerza la otra campaña del EZLN o la que históricamente sin claudicaciones ha practicado la moral anarquista , según el formidable libro del célebre ácrata Pedro Kropotkin ), contra todas las políticas instituidas desde el régimen tripartidista de derechas , con el PRI, el PAN y el PRD a la cabeza y la propia chiquillada bonsái de los insustanciales partidos mínimos pero hambrientos máximos de dietas afianzadoras del oportunismo más exacerbado que los mexicanos sufren, y frente al cual es preciso desmarcarse, para intentar la lucha real , con otros métodos y una ética revulsiva contra toda la oligárquica clase poseedora y sus políticos profesionales.
Que el fenómeno Juanito se transformó en una irónica broma de mal gusto, reflejante de una sardónica sonrisa digna del fantasma de la ópera volteado contra sus instantáneos arquitectos, lo demuestra la nulidad de salidas alternas, al interior de una lucha entre tirios y troyanos que no persiguen otra cosa que el poder por el poder mismo y los cuantiosos dineros por los dineros mismos . Y es que, pase lo que pase, cumpla Juanito o no, en los términos de su confuso “programa de gobierno” asistencialista, oportunista y desideologizado, termina mostrando y demostrando que la política sin principios, ni es política alternativa alguna, ni mucho menos podría ser portadora de principios o de una ética elementalmente justiciera. ¿Pero por qué nos sorprendemos si Juanito fue un Frankenstein manufacturado por el PT, que a su vez fue inventado por Raúl Salinas y que ahora tendrá, entre sus “connotados legisladores” a un histórico del “maoísmo pronasolero” Adolfo Oribe (ex-asesor de Carlos Salinas ), mientras dejaron a Lucía Moret en riesgo de ser deportada a la Colombia contrainsurgente por orden de su narco-presidente Álvaro Uribe a Calderón ? ¡Que el zar del PT, Alberto Anaya, se lo explique a AMLO y éste a sus huestes!
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