sábado, 3 de octubre de 2009
Las otras casas de la nación
Por Anabel Hernández
02 Oct 2009
La Presidencia de la República tiene 16 inmuebles más bajo su administración. Todos pagados con el erario. Algunos tienen un claro uso público, pero otros son empleados de manera discrecional y con total opacidad.
Además de la Residencia Ávila Camacho, Los Pinos y el Palacio Nacional, la Presidencia de la República tiene bajo su administración 13 inmuebles cuyo uso y mantenimiento son financiados totalmente con recursos del erario.
De acuerdo al Inventario Nacional de Bienes Inmuebles Federales, que es controlado por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) y puede ser consultado vía electrónica, la Presidencia controla 16 bienes clasificados como propiedad de la nación.
Algunos tienen usos públicos, pero hay otros, como la Residencia Ávila Camacho, que se emplean de manera discrecional, como lo reveló Reporte Índigo el viernes 18 de septiembre.
Los inmuebles de uso público evidente son: la Residencia Oficial de Los Pinos, el Palacio Nacional, el Campo Deportivo del Estado Mayor Presidencial (EMP), el Centro Hospitalario del EMP en Avenida Constituyentes, el Hangar Presidencial y el Hangar Satélite en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y un almacén en Avenida Constituyentes 750.
También son bienes públicos el Centro de Desarrollo Infantil (Cendi) ubicado en el Centro Histórico del Distrito Federal, un edificio de departamentos en la Delegación Azcapotzalco que es utilizado como vivienda por personal del EMP y otras instalaciones militares del EMP en Molino del Rey.
Los contrastes saltan a la vista. Mientras la Presidencia tiene en La Herradura un palacio para fiestas privadas, el Cendi ubicado en la calle Regina ocupa un viejo edificio de paredes pintarrajeadas en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Todas estas instalaciones son mantenidas con recursos de la Presidencia de la República, pero no se sabe cuánto se gasta en ellas.
Y la información sobre las propiedades de uso discrecional es menos clara.
El Indaabin señala que la Residencia Ávila Camacho es administrada por la Presidencia de la República. No hay otra entidad responsable de su uso y mantenimiento.
En el inventario aparece como "casa de visitas de altos funcionarios de gobiernos extranjeros en visita oficial" y sólo puede tener uso "habitacional", no como salón de fiestas, que es para lo que ha sido utilizada por los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón.
Reporte Índigo solicitó al Indaabin el avalúo más reciente de dicho inmueble y de los bienes muebles (obras de arte, vajillas, cristalería, mobiliario, etc.) que hay en la mansión.
Se nos dijo que aunque el Indaabin, que depende de la Secretaría de la Función Pública (SFP) tiene dicha información, debía pedir permiso a la Presidencia de la República para proporcionarla. Hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.
Y no es el único caso. La Presidencia tiene otras tres propiedades cuyo uso no ha sido transparente.
Como la residencia ubicada en Reforma 1030, en Las Lomas de Chapultepec. De acuerdo a información recabada por Reporte Índigo, al principio del sexenio de Vicente Fox fue utilizada para albergar las oficinas de Juan Hernández, responsable de la Atención a Mexicanos que Viven en el Exterior, pero al final de la administración se le dio otro uso.
En la campaña presidencial de 2006, fue sede de las reuniones que llevaron a cabo los equipos de trabajo del presidente Vicente Fox y del candidato Felipe Calderón. Así lo revelaron ex funcionarios que participaron en esas juntas.
La energía eléctrica, el mantenimiento, los muebles y demás bienes y servicios no formaron parte de los gastos de campaña del candidato Calderón. Todo fue cargado al erario.
El padrón del Indaabin señala que esa propiedad tiene uso de "administración". Reporte Índigo hizo una visita a dicha residencia y encontró que actualmente labora ahí personal de la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal.
Existe otro inmueble ubicado en la calle Agua No. 136, en la Colonia Jardines del Pedregal. Es una amplia residencia con una fachada de piedra que mide aproximadamente 35 metros de longitud. Tiene un portón de madera y amplio jardín. Según el padrón del Indaabin, este lugar también tiene uso de "administración", pero no cuenta con un señalamiento que lo distinga como oficina gubernamental.
En esa misma calle está la residencia marcada con el número 110, propiedad del ex presidente Ernesto Zedillo y diseñada por su hijo Ernesto Zedillo. El inmueble, al que los vecinos llaman "La Fortaleza", fue motivo de controversia porque el ex mandatario la construyó antes de terminar su administración y, presuntamente, su suntuosidad no correspondía a los ingresos de quien ocupó la Presidencia hasta el 30 de noviembre de 2000.
Esta semana, Reporte Índigo fue a la casa ubicada en Agua No. 136. Abrió la puerta un elemento del Estado Mayor Presidencial que dijo llamarse Oscar Ocampo. Se negó tajantemente a informar para qué se usa ese inmueble y quiénes lo utilizan.
"Pregunte a Presidencia", dijo. Y cerró la puerta.
Empleados que trabajan en dicha calle señalan que es una amplia propiedad con bellos jardines y una enorme construcción.
La Presidencia de la República tiene otra casa en la calle General Zuazua No. 27, en la Colonia San Miguel Chapultepec. Se localiza muy cerca de Los Pinos y su uso tampoco es claro. Es una propiedad de una sola planta pintada de color naranja. En su exterior, nada indica que es propiedad del gobierno.
Reporte Índigo buscó insistentemente esta semana una entrevista con la jefa de la Oficina de la Presidencia, Patricia Flores Elizondo, responsable de administrar todos los bienes de la Presidencia. Señalamos que queríamos preguntarle sobre los gastos y uso de la Residencia Ávila Camacho, así como del resto de las propiedades que controla. No hubo respuesta.
También se buscó información en la oficina del vocero de la Presidencia, Maximiliano Cortázar. Tampoco hubo respuesta.
Hasta ahora, la Presidencia de la República no ha negado que usa el palacete ubicado en Bosque de Antequera No. 60, en La Herradura, para fiestas privadas, pero se resiste a explicar por qué lo hace y cuánto cuesta al erario.
¿Qué esconde la Presidencia sobre esas propiedades?
Mientras el presidente Felipe Calderón lanza una intensa campaña en radio y televisión para pedir a los contribuyentes que paguen más impuestos y se aprieten el cinturón, su oficina no está dispuesta a transparentar el uso de recursos públicos para mantener el costoso aparato que lo rodea y sus entretenimientos privados.
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