martes, 6 de octubre de 2009

¿Pos qué no entienden?



¿Pos qué no entienden?


¿De veras no están oyendo, inútiles? ¡A ver, en qué idioma hay que decírselos! ¡Qué palabras se necesitan para que acepten que la están regando y feo con su propuesta económica!

Ya se los dijeron tres premios Nobel de Economía; se los han explicado los mayores expertos de las grandes calificadoras mundiales; lo han diagnosticado los directivos de los más importantes organismos internacionales: aumentar impuestos en tiempos de crisis es un error muy grave. Las razones son múltiples, pero baste señalar la parálisis productiva, la contracción del mercado interno y el aumento del desempleo.

Sin embargo, el actual gobierno sigue montado en su macho de la indispensabilidad del 2% o el apocalipsis nacional en pleno bicentenario. Y el ínclito doctor Carstens porfía en su diagnóstico de que no se vea como una cuestión ideológica, como si las ideologías fueran cacharro estorboso. Insiste además en su ñoño argumento —sustentado en una machacona campaña de lástima— de que todo el dinero será para los pobres.

En su desesperación, el propio presidente Calderón ha llegado al impensable extremo de admitir que este país es una máquina cada vez más eficiente en la producción de pobres (60 de 107 millones) y miserables: 6 millones más durante su gobierno para un total de, por lo menos, 20 millones de mexicanos —uno de cada cinco— sobreviviendo en lo que los expertos oficiales llaman “pobreza alimentaria”, y que en cristiano se conoce como morirse de hambre cada día.

El colmo es que ahora ya hay una propuesta muy seria para que el gobierno se evite tener que aumentar impuestos: se trata de que se apriete el cinturón de a de veras en nóminas corruptas y estrafalarias y programas onerosos que no sirven para nada, lo que daría 322 mil millones de pesos para cubrir prácticamente el ya célebre boquete fiscal de 370 mil. Y es, aunque usted no lo crea, una sugerencia del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado.

A ello agregue el exhorto del góber puntilloso del Banco de México de que lo que urge es reactivar el mercado interno. Y sobre todo, el diagnóstico de una veintena de cerebros de nuestra UNAM, que encabezados por el rector José Narro Robles concluyen que es urgente la revisión del modelo económico. Apenas ayer la de “ocho” de EL UNIVERSAL consignaba: “Economía mexicana, en el sótano de América Latina”. En suma, un verdadero clamor que demanda cambios a fondo si todavía queremos construirnos un futuro.

A ver si al fin hacen caso o pasan a la historia como los sordos más arrogantes de todos los tiempos.

PD. Gracias a Mercedes Sosa, que nos seguirá dando tanto.

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