Voracidad
En abierta campaña de la mano de la actriz Angélica Rivera, el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto tiene un problema que anima la voracidad de la clase política local: su propia sucesión.
Antes de anunciar el inicio formal de la búsqueda de la candidatura presidencial, Peña –quien termina su encargo el 15 de septiembre de 2011– se quemará con fuego familiar.
Discreta, pero hábilmente se mueve la sombra de su tío y antecesor Arturo Montiel Rojas, quien ya posicionó como primero de la lista a su ex prestanombres Luis Enrique Miranda Nava, actual secretario general de Gobierno.
Una vieja camaradería une a Miranda con Peña, pero los negocios del primero siempre estuvieron con Montiel. Al menos 103 propiedades le documentaron a la familia Miranda, pero que pertenecían a los Montiel Rojas.
La decisión, sin embargo, pasará otros filtros porque en alguno de los escritorios de la Secretaría de Hacienda y de la PGR descansa un expediente sobre la escandalosa corrupción de la familia Montiel Rojas, por más perdones que le haya endilgado su sobrino.
Eso anima al otro tío de Peña: Alfredo del Mazo González –él mismo ex gobernador (como su padre Alfredo del Mazo Vélez) – y secretario de Estado en el sexenio de Miguel de la Madrid.
Alfredo maneja la precampaña de su hijo Alfredo del Mazo Maza, alcalde de Huixquilucan, uno de los municipios más ricos de la entidad.
Desde 1942, los Del Mazo no han salido de las nóminas estatal y federal. En su momento, Del Mazo Vélez –desde la Secretaría de Recursos Hidráulicos– y Del Mazo González –desde la de Minas e Industria Paraestatal– aspiraron a la Presidencia de la República.
Perdieron: el primero por decisión de su muy entrañable amigo el presidente Adolfo López Mateos y el otro por decisión del “hermano que nunca tuvo”, el presidente De la Madrid.
Fuente: El Periódico
Difusión AMLOTV
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