Economía Moral
Pobreza y persistencia del campesinado / VI
Marx y su visión de la agricultura
Julio Boltvinik
Concluí la entrega anterior (23/07/10) señalando que el gran mérito de Mann y Dickinson (MyD) y de Contreras consiste en haber destacado la percepción de Marx sobre los rasgos específicos de la agricultura y su significado para el capitalismo. También señalé que para MyD sólo con las categorías desarrolladas por Marx es posible explicar la persistencia de formas no capitalistas de producción en la agricultura. Hoy comienzo una exploración del pensamiento de Marx al respecto. Tomo como punto de partida las referencias de Mann-Dickinson y de Contreras a los volúmenes II y III de El capital y a los Grundrisse (ambas obras de Marx). Contreras dice:
“En la industria, la fuerza de trabajo es empleada casi siempre durante todo el lapso que abarca el proceso de producción, coincidiendo así tiempo de trabajo y tiempo de producción; en la agricultura, en cambio, el tiempo de trabajo incluye siempre un lapso menor que el tiempo de producción... Esto se debe a que la producción agrícola pasa por una fase de crecimiento natural de los cultivos en los que no se requiere ninguna o muy poca aplicación adicional de trabajo. ‘La no coincidencia entre el tiempo de producción y el tiempo de trabajo –dice Marx [en los Grundrisse]– sólo puede deberse a las condiciones naturales...’”1
MyD, que también se refieren a este pasaje, citan en primer lugar el párrafo inicial del capítulo XIII del Libro Segundo de El capital:
El tiempo de trabajo es siempre tiempo de producción, es decir tiempo durante el cual el capital está confinado en la esfera de la producción. Pero en cambio no todo el tiempo durante el cual el capital se encuentra en el proceso de producción es por eso necesariamente también tiempo de trabajo (cito la traducción de Siglo XXI Editores, p. 289, vol.4 (Tomo II).
Este pasaje continúa así:
“Aquí no nos referimos a las interrupciones del proceso de trabajo impuestas por los límites naturales de la fuerza de trabajo misma..., nos referimos a una interrupción... impuesta por la naturaleza del producto y su elaboración y durante la cual el objeto de trabajo se ve sometido a procesos naturales más o menos largos... que obligan a suspender total o parcialmente el proceso de trabajo. Así, por ejemplo, el vino al salir del lagar, tiene que pasar por un periodo de fermentación y luego reposar durante algún tiempo... El trigo de invierno necesita unos nueve meses para madurar. Entre la época de la siembra y la de la cosecha, el proceso laboral está casi totalmente interrumpido... En todos estos casos, durante gran parte del tiempo de producción, sólo esporádicamente se agrega trabajo suplementario... Por consiguiente..., el tiempo de producción del capital desembolsado se compone de dos periodos: uno, durante el cual el capital permanece en el proceso de trabajo, y otro, en que su modalidad de existencia –el producto aún no acabado– se confía a la acción de procesos naturales fuera de la órbita del proceso de trabajo”. (Mezclo las traducciones publicadas por el Fondo de Cultura Económica (FCE) y Siglo XXI, tomando lo mejor de cada una. La del FCE tiene un gravísimo error en la frase que ha marcado con cursivas que la hace afirmar lo contrario de lo que Marx dice y que la traducción citada refleja fielmente, como pude comprobar consultando la traducción al inglés publicada por Penguin Books).
Mann–Dickinson vuelven a los Grundrisse pero no ven, probablemente porque no quieren ver, una frase clave en el texto del que están tomando algunas frases, que es una breve sección (pp. 189-194 del Vol. II) que lleva como título “Diferencia entre tiempo de producción y tiempo de trabajo –Storch.” Marx empieza eliminando el supuesto de igualdad entre tiempo de trabajo y tiempo de producción, ejemplificando su no coincidencia con la agricultura en la cual el trabajo se interrumpe durante la fase productiva. Marx aclara que si el problema fuese de mayor duración del tiempo de trabajo en un caso no habría un caso (especial) planteado. Lo que plantea el caso especial (y el problema) es la interrupción del trabajo antes de que termine el tiempo de producción, ya que, entonces dos productos distintos (uno agrícola y otro industrial, por ejemplo) pueden contener el mismo tiempo de trabajo incorporado, pero en el producto cuyo tiempo de producción es mayor (el agrícola), la rotación del ciclo del capital será más lenta. Añade Marx algo (nótese la primera frase en cursivas que muestra lo que Mann-Dickinson no quieren ver y que derrumba todo su argumento):
“Suponemos aquí que el capital fijo actúa completamente solo, sin trabajo humano, como por ejemplo la semilla entregada al seno de la tierra... El tiempo que aquí se emplea para que el producto alcance su madurez, las interrupciones del trabajo, constituyen aquí condiciones de producción. El tiempo de no trabajo constituye una condición para el tiempo de trabajo, para que este último se convierta realmente en tiempo de producción. Es evidente que el problema corresponde propiamente tan sólo a la igualación de las tasas de ganancia. Con todo debemos despejar aquí el terreno. La rotación más lenta –esto es lo esencial– no deriva en este caso del tiempo de circulación, sino de las condiciones mismas bajo las cuales el trabajo se vuelve productivo; forma parte de las condiciones tecnológicas del proceso de producción... El valor, por tanto también el plusvalor, no es igual al tiempo que dura la fase de producción sino al tiempo de trabajo –tanto el objetivado como el vivo– empleado durante esa fase productiva. [Nota al pie]: Que en la igualación de las tasas de ganancia intervienen otras determinaciones es claro. Pero aquí no nos ocupamos de la distribución de la plusvalía sino de su creación. (Grundrisse, op. cit. pp. 189-191; algunas palabras de la traducción las he cambiado con base en la edición en inglés de Penguin Books para hacer más claro el texto).
Es una cita central. Por una parte permite ver lo insostenible del argumento central de MyD de que el capitalismo no se ha apropiado de la agricultura porque ésta no es suficientemente rentable, pues este argumento olvida que en el capitalismo la movilidad del capital entre ramas lleva a la igualación de las tasas de ganancia por el camino de precios de producción diferentes de los valores, redistribuyendo la plusvalía. Parecen olvidar, también, que tasas de plusvalía y tasas de ganancia son muy diversas (véase gráfica).
Por otra parte, la segunda frase en cursivas reitera que, para Marx, el valor es siempre igual al tiempo de trabajo objetivado en la mercancía, incluso en el caso problemático de la agricultura. Marx no se percató que las interrupciones del trabajo plantean un problema mucho más severo para el trabajador: si no trabaja todo los días ¿de dónde ha de obtener recursos para seguir reproduciéndose y estar disponible para cuando el capital lo quiera utilizar de nuevo? Y ello plantea, a su vez, serias dudas sobre la teoría del valor, puesto que Marx no parece haber resuelto cuál es el valor de la fuerza de trabajo agrícola: ¿el costo de su reproducción anual o sólo lo que obtiene por los pocos días en los que trabaja efectivamente en la agricultura? En el volumen I de El capital, donde aborda el valor de la fuerza de trabajo, Marx no introduce el problema que se presenta cuando el trabajo no es continuo. Y en los volúmenes II y III, donde aborda el caso especial de la agricultura, no vuelve a discutir la determinación del valor de la fuerza de trabajo.
1José Ariel Contreras, Límites de la producción capitalista en la agricultura, Revista Mexicana de Sociología, vol.39, No. 3, 1977, pp. 887-888. La cita de Marx es de la p. 191 del Vol. 2, de Elementos fundamentales para al crítica de la economía política (Grundrisse) 1857-1858, Siglo XXI Editores, 1972.
jbolt@colmex.mx
Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV
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