jueves, 6 de enero de 2011

En San Jerónimo Ocotitlán acusan a policías de Acajete de intentar matar a una pareja

MARTÍN HERNÁNDEZ ALCÁNTARA

Por cinco horas, vecinos de San Jerónimo Ocotitlán, perteneciente al municipio de Acajete, bloquearon el tránsito en la carretera federal Puebla–Tehuacán, a la altura del kilómetro 25, a manera de represalia porque el ayuntamiento de Acajete está brindando impunidad a un par de policías comunales que dispararon a matar en contra de una pareja sin causa justificada.

Los hechos violentos que dieron pie a la protesta de ayer sucedieron la noche del pasado 26 de diciembre, cuando el joven Rubén Sánchez Reyes, de 26 años, acudió a la población de Tres Jagüeyes a un baile con su novia, según contaron ayer a esta casa editorial sus familiares.

La pareja ya no pudo ingresar al convite y decidió permanecer en la camioneta del novio, cerca de un lugar donde hay obras para la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales.

Al sitio llegó una patrulla de la cabecera municipal de Acajete. Sánchez Reyes temió por la seguridad de su pareja y decidió arrancar el vehículo, que es propiedad de su familia, muy conocida en la región, porque se dedica a la fabricación y venta de ollas.

Lejos de llamar a la central de Seguridad Pública para solicitar apoyo, los uniformados siguieron y dispararon a matar a la camioneta compacta marca Chevrolet, de color negra. Una de las balas ingresó al cráneo del muchacho por la parte trasera izquierda y salió por el pómulo del mismo flanco.

Otro proyectil atravesó la batea y quedó detenido a pocos milímetros de la espalda de la novia.

Herido, el conductor cayó ensangrentado sobre las piernas de la mujer; a pesar de la gravedad de la lesión los policías les ordenaron bajar, pero sólo la fémina pudo hacerlo, y les rogó que ayudaran a su novio, pero los gendarmes no le hicieron caso, dijeron que el chofer estaba sangrando porque, borracho, se había pegado con el volante del automotor.

Uno de los uniformados abrió la puerta del conductor y entonces, como pudo, Rubén Sánchez Reyes se incorporó.

Cuando los policías se dieron cuenta de lo que habían hecho, le ordenaron a la novia que mintiera. Tenía que decir que los disparos los habían hecho desde otra camioneta, en la que viajaban maleantes con intenciones de asaltar a la pareja. En dicha falacia, los uniformados desempeñaban el papel de protectores de las víctimas, quienes habían acudido en su auxilio.

Los agresores solicitaron apoyo por radio a los policías auxiliares de San Jerónimo Ocotitlán y luego abandonaron el lugar del atentado pretextando que habían ido en busca de los usuarios de la camioneta que había disparado contra los novios.

Arribaron los policías de Ocotitlán y una ambulancia que trasladó al herido al Hospital de la Universidad Autónoma de Puebla, donde permanece hasta ahora en la Unidad de Cuidados Intensivos y ha sido intervenido quirúrgicamente, aunque tendrá que volver a ser operado, entre otras cosas porque el proyectil le destruyó la mandíbula.

La versión anterior consta en la averiguación previa abierta por el caso por el delito de lesiones y corresponde a la declaración que ante el Ministerio Público rindió la novia del herido.

A decir del representante legal de los perjudicados, Ramiro León, la tipificación del delito de las indagatorias debe ser cambiado a homicidio en tentativa, dadas las agravantes descritas anteriormente.

La indignación de los vecinos de Ocotitlán no sólo es por el ataque injustificado a la pareja, sino porque los agresores continúan en funciones y porque el ayuntamiento del panista Carmelo Montero Barranco se ha negado a cubrir los gastos de hospitalización de Rubén Sánchez Reyes.

La gente liberó la vía con la promesa de que se castigará a los policías y que la Comuna pagará la rehabilitación del herido.

Fuente: La Jornada de Oriente

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