Martes, 04 de Enero de 2011 00:00
Escrito por Jaime Luis Brito
La filtración de un comunicado escrito por un supuesto “y fiel” integrante del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), respecto a que ese grupo político estaría detrás del secuestro de Diego Fernández de Ceballos, es un absurdo que tiene de fondo el hecho de que el grupo en el poder o uno de los grupos en el poder, estén evaluando la posibilidad de ejercer acciones abiertas contra la Comandancia General del EZLN, pues sin duda los zapatistas representan un tema pendiente y un duro cuestionamiento al sistema político mexicano.
No sería la primera vez que los duros del sistema estuvieran preparando una celada. Después de las elecciones de 2006, el EZLN se retiró y guardó silencio, mientras sus comunidades, sus juntas de buen gobierno y sus caracoles han protagonizado un esfuerzo organizativo a favor de sus habitantes. Mientras que la dirigencia política y militar simplemente se ha concentrado en sus lugares y han dejado la voz a las comunidades, quienes resisten a rajatabla las andanadas de represión política y social por parte del gobierno federal, de los cuerpos policiacos de Chiapas y de los municipios, así como de los grupos paramilitares y de militantes del PRI y el PRD, en esa zona del país.
En medio de un clima hostil, y de un país militarizado en todos los frentes con el argumento de la “guerra” contra el crimen organizado, no sería descabellado pensar que el extraño acontecimiento del secuestro a Diego Fernández de Ceballos, fuera utilizado como un pretexto para violar la Ley de Reconciliación en Chiapas y se buscara revivir las órdenes de aprehensión contra el Subcomandante Marcos y los integrantes del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN, que fueron solicitadas por el gobierno de Ernesto Zedillo, justo cuando era procurador de la República, Antonio Lozano Gracia, amigo personal y esbirro de Fernández de Ceballos.
El problema viene ahora, cuando la sociedad civil mexicana está más dividida y en muchos frentes, deprimida, por la apabullante carga que representa una realidad tan distinta a la que sueña y soñó un pujante México desde 1988 y que culminó con un amargo despertar en 2000 y la pesadilla que ha significado la actual administración. Sin embargo, habrá que estar pendientes, para defender al movimiento político que representa el EZLN.
jaimebrito@mexico.com
Fuente: La Jornada de Morelos
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