FERNANDO K. ARECHEDERRA MUSTRE - LUNES, ABRIL 04, 2011
De cara a las elecciones presidenciales en 2012 hay un largo trecho que recorrer que pasa necesariamente por el de México y su contienda electoral que se define a principios de julio de este año.
Esto sin duda alguna se debe a que el gobernador actual es una de las figuras principales que disputará la presidencia y en el que se disputará la elección gubernamental representa, de acuerdo con el Instituto Federal Electoral, 14 por ciento de la lista nominal a nivel nacional, es decir, en el de México hay más de 10.5 millones de ciudadanos que solicitaron su inscripción al padrón electoral y cuentan ya con su credencial para votar con fotografía vigente.
Poniéndolo en perspectiva, la lista nominal en el Distrito Federal representa 13 por ciento a nivel nacional y en Veracruz ocho por ciento.
De lo anterior podría desprenderse de manera muy natural, que la importancia del de México en este contexto político radica en el número de votantes potenciales con los que cuenta.
Sin embargo, si bien esta percepción es cierta, debe considerarse que en una democracia se gana por mayorías y éstas por lo regular no son absolutas: en la elección para gobernador del estado de México en el 2005, votó 43 por ciento de la lista nominal (3.8 millones de mexiquenses) y el ganador Partido Revolucionario Institucional (PRI) recibió el voto de 1.8 millones de personas, lo cual, si bien representó 20 por ciento de su lista nominal y significó el doble de los votos recibidos por los Partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, al compararlo a nivel nacional este número tan importante de votos para el PRI en el estado de México, sólo representa 2.4 por ciento a nivel nacional (tampoco es insignificante, pero no es definitorio).
Por tanto, sin duda hay otra razón fundamental para que el presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones, asegure que es tal la importancia de la elección mexiquense, que si la gana el PRI podría llevarlos a recuperar la presidencia en 2012.
Para tratar de acercarnos a una posible causa, regresémonos un poco en el tiempo y recordemos que en el 2008 entró en vigor la Reforma Hacendaria en Materia de Federalismo Fiscal, que modificó el mecanismo a través del cual se distribuyen las participaciones en ingresos federales que reciben las entidades federativas.
Este cambio considera que la variable principal en función de la cual se distribuyen dichos ingresos federales es la población residente en la entidad federativa, siendo la fuente la última información oficial la que proporciona el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), ya sea en sus estimaciones trimestrales a partir de una encuesta de ocupación (que a su vez se basan en las estimaciones del Consejo Nacional de Población) o por los conteos y censos.
Así, las nuevas fórmulas de distribución, aun cuando consideran algunas variables para “incentivar” la actividad económica y la recaudación, este objetivo no se cumple ya que dichas variables se comportan del mismo modo que el factor poblacional, es decir, la variable que determina la distribución de los recursos es la población.
Ahora bien, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, la población del estado de México respecto a la nacional ha crecido de trimestre a trimestre de forma constante durante al menos los últimos cuatro años, lo que le ha permitido absorber casi una tercera parte de la ganancia total de aquellos estados que resultaron favorecidos con las nuevas fórmulas.
De esta manera, si consideramos únicamente los conceptos principales de participaciones, el estado de México fue una de las entidades federativas con mayor crecimiento en 2008 (sólo por debajo de Puebla, Guerrero y Guanajuato).
Adicionalmente, con la nueva mecánica de distribución, el estado de México es el que mayores recursos recibió por los Fondos de Aportaciones para la Educación Básica (FAEB) y para el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (FAFEF) en 2008, en comparación con las fórmulas de distribución vigentes hasta el 31 de diciembre de 2007.
Para completar el cuadro, hablemos también de otro Fondo que se creó a partir de la Reforma Hacendaria de 2008, llamado de Compensación, el cual es resultado de una parte (2/11) de la recaudación de la cuota a la venta final de gasolinas y diesel.
Éste se distribuye entre 10 entidades federativas, seleccionadas entre las que tengan los menores niveles de producto interno bruto (PIB) per cápita no minero y no petrolero de acuerdo con el Inegi, el cual hasta el mes de julio del 2009, se distribuía entre Chiapas, Oaxaca, Tlaxcala, Zacatecas, Guerrero, Hidalgo, Tabasco, Michoacán, Nayarit y Veracruz
De cualquier modo, en el mes de julio del 2009, el Inegi dio a conocer el PIB estatal 2003-2007 con la nueva base 2003 y con esta información los de Tabasco e Hidalgo dejaron de percibir ingresos por el Fondo de Compensación, mientras que los estados de México y Puebla empezaron a recibir estos recursos.
Lo anterior significa que el de México ha recibido por dicho fondo 486 millones de pesos más de agosto del 2009 a enero del 2011.
Con todo, no debe soslayarse el esfuerzo que seguramente ha llevado a cabo el equipo de trabajo de la administración pública de esta entidad federativa para fortalecer su estructura presupuestal, pero si consideramos que dicha estructura está conformada en aproximadamente 80 por ciento por los ingresos federales que percibe y que éstos irán creciendo gracias a la nueva mecánica de distribución, es altamente probable que hayamos encontrado la otra razón fundamental por la que puede afirmarse que ganar la elección mexiquense es estar muy cerca de la presidencia en 2012.
Fuente: La Jornada de Veracruz
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