jueves, 6 de octubre de 2011

Retos de la izquierda camino al 2012


ERNESTO FIDEL PAYÁN CORTINAS

Nuestro país padece una desigualdad social lacerante que lo coloca como uno de las regiones más desiguales del mundo. México es hoy uno de los principales países expulsores de migrantes, especialmente de jóvenes, que no encuentran trabajo ni esperanza de una vida digna en su propia tierra.

México se ha hundido en una descomposición social, y actualmente se encuentra sumergido en una espiral de violencia producto de una estrategia equivocada contra la delincuencia, basada en el aniquilamiento militar y policiaco en la que a la sociedad civil le ha tocado pagar los costos más altos.

A lo anterior hay que añadir los efectos, desde 2008, de la crisis del capitalismo internacional. Ello ha provocado más hambre y pobreza, pero también en un incremento de la violencia y la inseguridad que está socavando los fundamentos del Estado nacional.

El sistema político y de gobierno imperante padece una profunda crisis de representatividad y credibilidad, porque se ha alejado del interés nacional y social de los mexicanos: se atropellan leyes y se declaran guerras para proteger los intereses de la oligarquía y de Estados Unidos de América.

Por ello, en México, hoy, toda aspiración a la justicia social y el desarrollo sustentable está condicionado a la reversión del avanzado proceso de neocolonización y de socavamiento del Estado Mexicano a través de una lucha y un proceso de liberación nacional y de refundación y reconstrucción de las instituciones públicas y sociales para iniciar un nuevo porvenir para el país, basado en la democracia y el poder popular.

Sólo la unidad de las fuerzas de izquierda y los movimientos populares, patrióticos y progresistas, permitirá convocar a la mayoría de la sociedad mexicana a construir una alternativa frente al desastre económico-social y a la violencia, en que nos han hundido las camarillas gobernantes del PAN y el PRI.

Ganar la batalla por el gobierno en las elecciones de 2012, es el reto vital y más urgente de todos las mexicanas y mexicanos que aspiran a una patria justa y digna para todos.

Unir a todas las fuerzas progresistas para conformar una inmensa mayoría de ciudadanos que logre derrotar con votos el fraude y la corrupción, es la tarea inmediata más importante de todas las fuerzas de izquierda y los movimientos de lucha.

Es vital para la izquierda mexicana formar un gran frente nacional para construir la gran mayoría que logre ganar las elecciones presidenciales del 2012, y derrotar a las derechas del PRI y el PAN, sin embargo existen diversos obstáculos que hay que superar:

1.- La izquierda partidaria se encuentra en franca desmovilización, conflictos internos, pérdida, burocratización y confusión política.

2.- El movimiento social y sus organizaciones más representativas siguen dispersas, sin encontrar un programa común y una coordinación única.

3.- La movilización social también se encuentra fraccionada en diversos movimientos que no han podido establecer una red de acción común.

La izquierda partidaria, en particular el PRD, está dividida desde hace tiempo: aunque la muestra más evidente de la confrontación interna se dio con motivo de la política de alianzas, en particular con el PAN, ello es sólo una parte de los desacuerdos. Desgraciadamente, la lucha interna ha reflejado más un conflicto por el control burocrático del partido y sus recursos, que una lucha de ideas, de programas o de estrategias.

La democracia interna en el PRD ha sido arruinada por el uso de los poderes locales administrativos para definir posiciones de dirección en el partido y hace falta voluntad política para poner al PRD a la altura de la grave situación del país y de manifestar auténtica preocupación por la quebrada unidad de la izquierda. Es necesario abrir un proceso de discusión para buscar afinidades y dejar en claro las divergencias.

La elección debe servir para tomar decisiones, hace ya tres años que los miembros del PRD no concurren a las urnas a elegir dirigentes, a pesar de que es necesario renovar y reconstruirlo en todos los estados del país antes de concluir 2011, lo que debe permitir adquirir capacidad de movilización, cercanía e identidad con la movilización social.

La tarea será difícil pero sin izquierdas no hay paraíso y sí, en cambio, un futuro cada día más extraviado y desangelado.

Fuente: La Jornada de Guerrero

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