Miriam Posada García
La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestra graves distorsiones de lo que en realidad ocurre en México, porque los más pobres viven de la ayuda solidaria entre familias o de algunos apoyos gubernamentales, y no de un incremento real de su ingreso, aseguró el especialista Julio Boltvinik.
Es falso que haya mejorado el ingreso de la población ubicada en el decil de menor percepción, agregó, porque la realidad es que el de todos los mexicanos va en caída, que en el sexenio de Felipe Calderón aumentó la pobreza y que la mejoría de un grupo de la población depende del empobrecimiento de otro.
Explicó que en la encuesta del Inegi se asegura que el ingreso del primer decil creció 5.5 por ciento entre 2010 y 2012, pero las transferencias en efectivo crecieron 19.7 por ciento; en especie, 26.8, y las remuneraciones en especie 58.6 por ciento, lo que quiere decir que los hogares reciben apoyo de algún programa de gobierno, tienen ayuda de otros familiares que están en mejores condiciones económicas que ellos o que las familias se apoyan con alimentos y ropa, entre otros productos básicos.
Boltvinik puntualizó que esos apoyos distorsionan el resultado de la encuesta, porque reporta la mejoría del ingreso de quien recibe, pero no el empobrecimiento de quien da; no descuenta las transferencias y suma el ingreso; entonces hay un movimiento ficticio y una visión errónea de los hogares donde en realidad hay un continuo empobrecimiento.
Destacó que otra deficiencia radica en que en la encuesta se consideraron los ajustes hechos al censo de población de 2010 realizado por el Consejo Nacional de Población, por lo que el Inegi debería decir si además de que el número de hogares pasó de 27.9 a 32.6 millones, también consideró a toda la población que quedó fuera, porque además del ingreso por hogar es indispensable saber qué ocurre con el ingreso por persona.
En los hogares mexicanos existe la tradición de ocultar a los hijos de madres solteras, a personas ancianas o enfermas, a familiares que han cometido delitos, por lo que hay una subestimación del ingreso y eso es preocupante en cifras y en el reflejo de los niveles de pobreza.
Aseveró que el ingreso de los mexicanos sigue en caída abrupta y se mitiga con las transferencias o pagos en especie. El ejemplo más común es el de la hija casada que tiene bajos ingresos y con frecuencia va a comer con la mamá a la que no le va ta mal; ese es un ejemplo de transferencia en especie.
Julio Boltvinik dijo que entre economistas es conocido que mientras mayor es el gasto que se dedica a alimentos es mayor el índice de pobreza, y eso es lo que ocurre en México entre los deciles más pobres, y con mayor énfasis por el encarecimiento mundial de los alimentos. Que además están mal deflactados en los datos oficiales.
Señaló que en estas condiciones, si se aprobara la propuesta de aplicar 16 por ciento de impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos, medicinas y vivienda, entre otros, se provocaría un empobrecimiento brutal de la población.
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