México, DF. Como parte de las jornadas informativas, organizadas por las Redes Universitarias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el escritor e historiador Paco Ignacio Taibo II, junto con el caricaturista Rafael Barajas, El Fisgón, y el maestro Antonio González Camacho, ofrecieron una charla ante un grupo de estudiantes reunidos este jueves en un corredor entre las facultades de Filosofía y Letras y de Economía.
La lucha debe ser, no sólo contra una de las reformas que el presidente Enrique Peña Nieto ha propuesto al Congreso, sino contra el paquete de iniciativas (educativa, laboral, energética y fiscal), pues lo que une a los distintos movimientos políticos, sociales y populares que han surgido recientemente, con sus variados y particulares propósitos, es luchar contra el proyecto neoliberal que el actual gobierno trata de instaurar, coincidieron en explicar el caricaturista de La Jornada y Taibo II.
El autor de Pancho Villa: una biografía narrativa comentó diferentes aspectos de las reformas educativa, laboral y hacendaria, en cuanto a tratar de evaluar de igual manera a un profesor de la sierra de Guerrero, que a uno de la ciudad de Monterrey. Se refirió también a los derechos de antigüedad, jubilación, contratos temporales, patrones sustitutos denominados outsourcing y, de aprobarse la reforma fiscal, cómo los pequeños contribuyentes (como papelerías o tortillerías) deberán pagar 32 por ciento de impuestos más, entre otras cuestiones.
‘‘El gobierno federal –abundó– trata de dividir las distintas luchas sociales contra las reformas. La descoordinación de los movimientos populares genera que se aíslen. Eso ha pasado históricamente una y otra vez. Sin embargo, lo que nos une es estar contra el proyecto neoliberal. No es necesaria la absoluta coincidencia. La clave está en construir un movimiento de las mayorías, vivo, crítico y democrático”.
El Fisgón destacó, sobre todo, la instrumentación de las reformas energética y hacendaria o fiscal. Se refirió a cómo, igual por muchos años, ‘‘han intentado quebrar a Pemex porque la quieren vender, pero a pesar de los esfuerzos que han hecho no lo han podido lograr, pues aun así, sigue siendo un buen negocio. Los llamados contratos de riesgos son diferenciados porque los beneficios son para los extranjeros y los riesgos para los mexicanos.
Con la reforma de Peña Nieto, concluyó, ‘‘va a crecer la dependencia tecnológica, económica y el desempleo. Implica perder para siempre el control del sector energético”.
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