Arranca juicio en Chile contra Estado mexicano por feminicidios
FRANCISCO MARíN
SANTIAGO DE CHILE, 28 de abril (apro).- Este día la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) comenzó el juicio contra el Estado mexicano para que responda por tres de los más de 400 casos de feminicidio ocurridos en Chihuahua.
El juicio arrancó después de siete años de espera para que el organismo determinara una presunta responsabilidad internacional del Estado mexicano por la desaparición y muerte de las jóvenes, al no proporcionar protección a las víctimas y no prevenir los crímenes.
De esta forma la Corte Interamericana busca hacer justicia por los asesinatos de Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez, todas aparecidas muertas entre el 6 y 7 de diciembre en un campo algodonero ubicado en la periferia de Ciudad Juárez.
Aunque otras cinco mujeres aparecieron muertas en esa ciudad fronteriza, sus casos no fueron considerados aceptables por la Corte como para formar parte de este juicio.
Debe destacarse que este es el primer caso juzgado por ese tribunal internacional que tiene como elemento central la violencia de género.
La trascendencia del caso hace de este juicio uno de los más importantes que haya tenido que ver esta Corte en su historia.
Ello se reflejó en el hecho de que desde muy temprano se congregaron en la entrada del edificio del exCongreso Nacional, donde se realizan las audiencias, dos centenares de personas, en su mayoría estudiantes, que buscaban participar de esta cita que se anticipaba como histórica.
La audiencia arrancó con los testimonios de los testigos propuestos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Se trata de Irma Monreal Jaime, madre de Esmeralda; Josefina González Rodríguez, madre de Claudia Ivette, y Benita Monárrez Salgado, madre de Laura Berenice.
La emotividad de sus relatos no dejó indiferente a casi nadie. Muchas fueron las personas que no pudieron contener sus llantos al escuchar a estas mujeres.
Las tres dieron cuenta de las innumerables dificultades, atropellos y humillaciones que han sufrido en su camino a la justicia.
"No tengo confianza en que las autoridades encuentren a mi hija porque no les importa nuestro dolor", señaló Benita.
Y agregó: "Estoy orgullosa de ser mexicana, pero no de mis gobernantes, porque son corruptos, falsos y mentirosos", espetó.
Dijo también que nada ha cambiado en los últimos tiempos en relación con establecer la verdad y la justicia respecto de lo sucedido con su hija:
"Sigue siendo lo mismo, siguen perdiéndose jóvenes… forman grupos de trabajo que dicen que trabajan pero no hacen nada", sentenció.
Después de ellas tocó el turno de los testigos propuestos por el Estado mexicano.
Se trató del agente del Ministerio Público adscrito a la Fiscalía Especializada de Investigación de Homicidios, Rodrigo Caballero Rodríguez, y de Silvia Sepúlveda, especialista en genética forense adscrita a la dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses de la PGR en Chihuahua.
Caballero Rodríguez alegó que, a partir de 2005, las investigaciones han tomado un rumbo distinto al de años precedentes, sin embargo reconoció que aún no hay acciones penales contra eventuales autores, aunque acotó que tienen ubicados a dos sujetos que casi con certeza habrían participado en dos de los tres asesinatos.
Con todo, la exposición del funcionario mexicano fue débil y cayó en continuas inconsistencias y contradicciones.
La intervención de la forense Sepúlveda se limitó a aspectos estrictamente metodológicos y no entró en el fondo del asunto.
Luego del almuerzo, tocó el turno a los peritos.
La CIDH presentó a Rhonda Copelon, profesora de derecho, especialista en derechos humanos, derecho penal internacional, género y violencia contra las mujeres.
Su dominio sobre esas materias despertó el interés e incluso el deleite entre los asistentes.
Todo lo contrario ocurrió con la perito invitada por el gobierno mexicano: Rosa Jurado Contreras, magistrada de la Sexta Sala Penal del Supremo Tribunal de Justicia de Chihuahua.
La magistrada evitó casi siempre responder a los cuestionamientos que se le hicieron o se limitaba a pronunciar frases coloquiales aunque no tuvieran relación con lo tratado.
Cuando dijo que a ella le constaba que las "mujeres son enojonas y los hombres enérgicos", su comentario provocó risas nerviosas entre una audiencia que ya no entendía lo que pasaba.
La sesión se cerró a las 18:35 horas. Mañana miércoles concluye esta audiencia del caso Juárez con los alegatos de las partes. Según se anticipó, el fallo de este tribunal se podría conocer en noviembre próximo.
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