martes, 21 de abril de 2009

PAN: intromisión presidencial



PAN: intromisión presidencial

ÁLVARO DELGADO

Además de burdas, las maniobras ejercidas desde la cúpula del PAN para bloquear a militantes incómodos en el proceso de elección de candidatos plurinominales a dipu-tados federales no tienen patente propia. De nueva cuenta, la mano del presidente Felipe Calderón está metida en los asuntos internos de ese partido. El caso de Chihuahua es emblemático. Ahí, donde hasta los muertos votaron, el acreditado intento de fraude en la elección de candidatos a diputados federales quiso acabar con las aspiraciones, por ejemplo, de Javier Corral.

El domingo 29 de marzo, día de la elección de candidatos plurinominales a diputados federales del PAN en Chihuahua, Federico Luna Villegas y Juan Gutiérrez Quimare fueron dos de los 49 militantes de Batopilas que depositaron su voto en la casilla instalada en ese municipio donde nació Manuel Gómez Morín, el fundador –hace siete décadas– de ese partido.
Pero esta conducta cívica fue, en realidad, apócrifa: Ambos panistas están muertos desde hace meses, como lo acreditan sus respectivas actas de defunción.
Y, además, los dos votos adulterados se sumaron a los de los otros 47 militantes para dar lugar a una de las casillas “zapato” en el proceso: Todos los sufragios a favor de Velia Aguilar y Arturo Urquidi, los precandidatos “oficiales”, y cero para los otros tres contendientes.
“Lo que pasó en Batopilas es un escupitajo en la cara de Gómez Morín”, afirma Javier Corral Jurado, quien como precandidato logró demostrar que, además de ese municipio, también votaron otros dos muertos en Nonoava: Juan Guillermo García Macharigui y Susano García Arpista.
Más aún: En Nonoava los militantes Agripina Lozano Hernández y Espiridión Larrea Carmona comparecieron ante un juez para asegurar que las boletas que recibieron estaban previamente cruzadas a favor de Urquidi, el candidato que –junto con Velia Aguilar– se benefició de las casillas “zapato” en cinco municipios.
Sólo a partir de este fraude es que Velia Aguilar se colocó en primer lugar de la elección interna del Partido Acción Nacional (PAN) estatal, con 3 mil 305 votos, tres más que Corral y en tercer sitio se ubicó Urquidi. Detrás de ellos estaban Victoria Chavira, Sergio Pedro Holguín y Víctor Manuel Talamantes.
Tal resultado fue transitorio: Ante las evidencias de fraude, la Comisión Nacional de Elecciones (CNE) del PAN anuló la casilla de Batopilas y el exlegislador se colocó como puntero para ser ubicado en el lugar ocho de la lista por la primera circunscripción, que le asegura la diputación federal.
Pero antes y después de la elección se produjeron hechos que acreditan que se impuso el “veto presidencial” de Felipe Calderón a Corral, operado por Germán Martínez, presidente del PAN, quien inclusive buscó que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) anulara la elección, apenas el martes 14.
Este episodio de Chihuahua, emblemático no sólo por haberse cometido en la tierra natal de Gómez Morín, sino porque en este estado hubo –en los ochenta– un movimiento democratizador, es apenas un episodio en los conflictos internos por la integración de las listas de candidatos a diputados federales, caracterizados por la imposición desde la cúpula.
Pero, además, se acredita la intervención de Calderón en la integración de las listas de candidatos a diputados plurinominales, como se evidenció en la sesión del CEN: El alcalde de San Nicolás, Nuevo León, Zeferino Salgado Almaguer, confesó que las listas se hicieron “en Los Pinos”.

Veto presidencial

Una vez que se frustró la derrota de Corral en la elección y ante las evidencias del fraude, Martínez pretendió persuadirlo de no impugnar el proceso, con la promesa de que aun quedando en segundo lugar –y ubicado en el lugar número 14 de la lista– sería diputado. Frustrada esa maniobra, trató de que la CNE cambiara su dictamen para negar las acciones fraudulentas.
Y cuando tampoco tuvo éxito, el presidente del PAN orquestó que el CEN anulara la elección, como lo propuso formalmente el senador con licencia Ulises Ramírez y lo secundaron Jordy Herrera, subsecretario de Energía; Eduardo Rosales, presidente del PAN en Jalisco, y Alejandro Vázquez Cuevas, diputado local de Veracruz, todos identificados con la facción de Calderón y Martínez. 
Ramírez –quien el viernes 17 lo nombró delegado del CEN en el Estado de México– dijo haber platicado con Gustavo Enrique Madero, coordinador de los senadores de PAN –quien no asistió a pesar de que forma parte de ese órgano–, quien le dijo que la elección había sido “un relajo” y que, por estar generando división, lo mejor era anularla.
“Él sabe de lo que está hablando. Yo propongo que mejor se cancele el proceso y se designe candidato y así no generamos división”, expuso Ramírez, expriista y transitorio coordinador de asesores de Juan Camilo Mouriño en la Secretaría de Gobernación.
Intervino Espino: “No estoy de acuerdo con el senador. Yo también soy de Chihuahua, vivo en Ciudad Juárez y todo este proceso lo viví de cerca. Y no hay división. Aquí no está el coordinador de los senadores para que ratifique lo que dice Ulises, pero eso no es verdad”.
Luego de que Rosales, Herrera y Vázquez Cuevas avalaron la propuesta de Ramírez de anular la elección, pero además sancionar a Corral por hacer declaraciones públicas sobre el fraude, Espino insistió: 
“Veo tal euforia por defender la cancelación, lo cual me parece francamente absurdo, no tiene sentido en el partido, que ya estoy sospechando que son ciertas las versiones de que este es un veto presidencial. Espero que no, porque estaríamos traicionando al partido. Los Pinos no tienen nada que hacer en procesos internos.”
El senador Ricardo García Cervantes respaldó también a Corral: “Primero le formaron una coalición en contra, luego le hicieron una guerra sucia, no le pudieron ganar con votos y le hicieron trampa, ¿y ahora le van a anular el triunfo? ¡No estoy de acuerdo!”.
Al final, y sometido a votación, se aprobó el dictamen que ubica a Corral en el primer lugar de la elección de Chihuahua y en el número 8 de la lista de candidatos plurinominales, que encabeza el empresario Manuel Clouthier, hijo del excandidato presidencial del mismo nombre.
Consultado al respecto, vía telefónica, el senador García Cervantes afirma: “Se impuso el criterio de legalidad interna. Al corregirse las irregularidades se comprueba que él ganó”. 
–¿Por qué pretendían anular la elección?
–No voy a opinar sobre lo que otros dijeron en una reunión privada. Simplemente esa fue mi intervención. De lo demás ahí está el resultado y es lo que importa.
Espino, por su parte, dice que, aunque con Corral ha tenido diferencias desde hace unos 20 años, se trata de la justicia: “No se deben tomar decisiones por fobias o filias. No sé si hubo veto presidencial, pero lo que sí sé es que hubo miembros del CEN que propusieron anular la elección”.
Expone: “En el partido que por años luchó contra el fraude electoral, que denunció cuando votaban los muertos, ahora, cuando un panista denuncia un fraude y lo comprueba, lo quieren sancionar por haber hecho una denuncia pública. Eso es aberrante. Este año el PAN cumple 70 años de haber sido fundado y se hace un fraude en la tierra del fundador”.
Reflexiona: “Ya pasamos este trago amargo, afortunadamente se hizo lo justo y se pudo sobreponer la congruencia frente a un intento de traición a nosotros mismos”.
Según información obtenida por el reportero, la estrategia para evitar que Corral llegara a la diputación se urdió desde el inicio de la precampaña, pero se intensificó a partir de una reunión a la que convocó Martínez, el miércoles 11 de febrero, con Cruz Pérez Cuéllar, presidente estatal del PAN en Chihuahua, Carlos Borruel, alcalde capitalino y el senador Madero para que unieran fuerzas.
Tan se tenía certeza de que el exsenador no triunfaría que Joaquín López Dóriga escribió en su columna, En privado, el 10 de febrero: “El que está firme para San Lázaro es Francisco Ramírez Acuña. No así Manuel Espino ni Javier Corral. Si no, al tiempo.”
Al respecto, Corral dice tener “muchos indicios” de que alguien, que no identifica, “alentó cerrarme el paso y que alguien, más allá de sus capacidades y de su eficacia real, le ofreció al duopolio de la televisión que yo no tenía ninguna posibilidad. Finalmente el panismo me ha vuelto a hacer candidato a diputado federal y esa es mi fuerza moral y política”.
–¿Logró vencer el “veto presidencial”?
–Sí, pero yo no he hablado de un veto presidencial. Esa versión fue reproducida por miembros y dirigentes del PAN en Chihuahua. La coalición de fuerzas que se conformó en mi contra se justificaba en el nombre de una petición, tanto del presidente del partido como del presidente de la República. En ambas instancias yo informé de tal bandera y ninguna de las dos quiso ni pudo deslindarse.
Asegura que informó, personalmente, al secretario particular de Calderón, Luis Felipe Bravo Mena: “En su nombre se enderezaba contra mí no sólo la guerra sucia, sino la coalición electoral entre Arturo Urquidi y Velia Aguilar, e incluso cómo se habían ofrecido como pago delegaciones federales a los precandidatos que se bajaran de esa contienda para darle mayor viabilidad a la coalición”. 
Sin embargo, aclara: “Ni del CEN ni de la Presidencia hubo deslinde alguno y eso tomó una fuerza inusitada entre el panismo, que no dudo que para muchos compañeros haya sido un elemento para no otorgarme su confianza. Lo cierto es que la mayoría del panismo sí lo hizo y para algunos ese hecho generó una repulsa, como todo exceso”. 
Adelanta que, ya como diputado, no se enfrentará a Calderón, como se dijo en la precampaña de Chihuahua: “Voy a ayudarle, a liberarlo del secuestro en que lo tiene el duopolio televisivo”. 

Las listas en Los Pinos 

El caso de Chihuahua, en efecto, es emblemático de la clara intervención de Calderón en la confección de las listas de candidatos a diputados plurinominales, como lo evidenció, en la sesión del CEN, el alcalde de San Nicolás, Nuevo León, Zeferino Salgado Almaguer, quien le reclamó a Martínez no haber incluido como candidato a quien se acordó.
Expuso que él se había reunido varias veces en ese mismo salón para acordar la lista de candidatos y que, inclusive, la ocasión más reciente estuvo hasta las dos de la mañana. “Y por si fuera poco, todavía la revisamos en Los Pinos y ahí se acabó de amarrar”, expuso el panista conocido como El Chefo.
Todos los miembros del CEN, casi 40, lo voltearon a ver y Martínez se movió incómodo en su asiento. 
–A ver –intervino Manuel Espino–, por lo que acaba de decir El Chefo, estoy entendiendo, espero equivocarme, que esta lista se acordó en Los Pinos. Esto no es lo que piensa el PAN. El PAN siempre ha sostenido que el gobierno no puede tomar decisiones que corresponden al partido. 
Ante el estupor, continuó Espino: “Sería muy lamentable que viniéramos aquí a ratificar cosas que ya se acordaron con el gobierno y que corresponde acordarlas al CEN. Espero que no sea cierto, pero si es cierto, que se corrija y en lo que se corrige, Chefo, no seas imprudente”.
–Bueno, licenciado Espino –intervino el alcalde–, perdón si no son las formas, pero es la verdad.
–Presidente –insistió Espino–, corríjase eso. El PAN no puede estar avalando decisiones de cosas que ya se tomaron en Los Pinos.
Martínez evadió el tema de la intervención presidencial y, luego de reconocer que hubo un “error” en la propuesta del candidato, ordenó cambiar el nombre, como lo exigió Salgado, quien exclamó: “¡Sirvió decir la verdad!”.
Por ello, Espino afirma, en entrevista con el reportero, que se confirmó lo que él había anticipado, aunque recuerda que él dio un voto de confianza a la dirigencia después de que se anunció que el CEN haría las designaciones de candidatos y hasta ofreció una propuesta, por escrito, para tomar en cuenta a la militancia. 
“En las designaciones sí hubo amiguismo, compadrazgo, discriminación y segregación inexplicable de algunas personas, que solicitaron ser considerados, que no es mi caso, porque yo nunca lo solicité, y lo que entonces se genera es un enojo y de inconformidad muy normal.”

“El rostro de la venganza”

Sin embargo, Espino muestra una carta que desde el miércoles 15 ha enviado a los militantes para apoyar a los candidatos. “Una vez pasada la elección, ya nos daremos tiempo para hacer un análisis crítico y reflexivo sobre el rumbo del partido. Este no es el momento. Este es el momento de que los panistas avancemos unidos para lograr que nuestro presidente, Felipe Calderón, cierre su sexenio acompañado de una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados por el bien de Acción Nacional y de México”.
En la misma carta, niega que haya habido un debate en el CEN y que, tras agotarse, se le negó la candidatura. “Tal cosa es falsa, se trata de una confusión mediática. No hubo tal debate”.
Y es que, la noche del martes 14, Notimex difundió una nota, publicada en el portal de El Universal, en la que se asegura que Espino no logró, “pese al debate que se dio en la sesión” del CEN, la candidatura a diputado. “Pese a los argumentos que presentó, la mayoría de los asistentes a la reunión no respaldaron el interés del exlíder nacional panista de llegar a la Cámara de Diputados.”
Espino acusa: “Es una nota prefabricada. Por versiones que recibí, esa nota la redactó Juan Ignacio Zavala y la envió a Notimex, la agencia noticiosa del gobierno, y de ahí la jala El Universal. Es una nota mentirosa. Mi lucha no es por una curul, por el amor de Dios.
–¿Usted no la solicitó?
–Jamás. Lo que dije desde enero es que no lo descartaba, pero no quería dar un paso en falso y que por eso quería hablar primero con Germán. Jamás me recibió. Por eso jamás me registré.
Niega, también, que allegados a él hayan sido incluidos en las candidaturas gracias a él, como Arturo García Portillo, Marcos Pérez Esquer, que fueron sus colaboradores, su compadre Bonifacio Herrera, Francisco Javier Salazar Sáenz o Gerardo de los Cobos, identificados como miembros de la organización ultraderechista El Yunque.
Corral, quien recuerda que con Espino ha tenido serias diferencias desde hace casi dos décadas en el PAN de Chihuahua, lamenta que el expresidente del PAN haya sido excluido como diputado federal. 
“Que de 89 designaciones plurinominales, con posibilidades de llegar a la Cámara de Diputados que hizo el partido, no haya habido un solo espacio para el exjefe nacional que acompañó la victoria de Calderón, es un mensaje de enorme exclusión y tiene todo el rostro de una venganza”, afirma.

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