Autor: Alba Martínez |
A través del Sistema Nacional de Bachillerato, la SEP acuerda homologar los planes de estudio, los exámenes de ingreso y las certificaciones de estudiantes. Aunque tanto autoridades de la secretaría como de la UNAM han negado la integración de la máxima casa de estudios al proyecto calderonista de reforma educativa del bachillerato, un documento de trabajo de la SEP y cuatro acuerdos publicados en el Diario Oficial revelan lo contrario
El documento Reforma integral de la educación media superior en México: la creación de un sistema nacional de bachillerato en un marco de diversidad y cuatro acuerdos publicados desde septiembre de 2008 en el Diario Oficial de la Federación (DOF) exponen que las reformas impulsadas a la educación media superior (EMS) integran el nivel bachillerato de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), entre otras instituciones de educación superior del país.
La versión de trabajo que integró la Subsecretaría de EMS de la Secretaría de Educación Pública (SEP), fechada en enero de 2008 y cuyas hojas llevan la leyenda “no citar”, fundamentó la creación del actual sistema nacional de bachillerato (SNB). El proyecto contó con la colaboración de las autoridades educativas de los estados de la república, de la Red de Bachilleratos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), del Consejo de Especialistas de la SEP, de la UNAM, del IPN y de “diversos especialistas en temas educativos”. En este documento interno de la SEP se plantea la incorporación de los bachilleratos de la UNAM y del IPN al proyecto de la secretaría que encabeza, desde el 6 de abril de 2009, Alonso Lujambio.
Hugo Aboites, investigador titular de educación y comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), considera que las reformas que propone la SEP son “un verdadero golpe de mesa”. Califica como inconcebible que el subsecretario de EMS, Miguel Székely Pardo, las esté planteando en tan sólo algunos meses; “debieron ser parte de una consulta más amplia”.
En el caso de la UNAM, el investigador opina que de estos “manotazos” ya están surgiendo los primeros efectos: los análisis de profesores y las protestas estudiantiles. “Se está demos trando que sí hay una importante vinculación de la universidad en este proceso de creación del SNB como único”.
El miembro del Consejo Mexicano de Investigación Educativa advierte que los planes de reforma a la educación media superior sirven a intereses particulares e internacionales. Puntualiza que, en primera instancia, en México el nivel de bachillerato se pretende unificar al SNB “con normas que atiendan a las exigencias mercantiles del Tratado de Libre Comercio”.
Cita como ejemplo una de las propuestas de la ANUIES: La educación superior en el siglo XXI. Líneas estratégicas de desarrollo, que se refiere a la educación superior frente al desarrollo regional y del mercado mundial.
“Habrán establecido alianzas estratégicas con las empresas de la región dentro de un esquema no solamente trilateral entre México, Canadá y Estados Unidos, sino a nivel americano y en relación con la Unión Europea y los países de la cuenca del pacífico, toda vez que existirá en el continente americano una zona de libre comercio, expresa el documento”.
Las reformas
A partir de septiembre de 2008, Josefina Vázquez Mota, extitular de la SEP, impulsó y estableció por mandato federal cuatro acuerdos publicados en el DOF.
Son los lineamientos para la integración del SNB (Acuerdo 442), el establecimiento de las competencias que constituyen el marco curricular común (Acuerdo 444), los lineamientos para el ingreso de instituciones educativas al sistema (Acuerdo 480), y las bases para la creación y funcionamiento del Comité Directivo del SNB (Acuerdo 484). Éstos se desprenden de los cinco ejes fundamentales que comprenden la reforma integral para la educación media superior, comprendida en el documento interno de la SEP del cual Contralínea posee copia.
La integración del SNB, según el Diario Oficial de la Federación del 26 de septiembre de 2008 (Acuerdo 442), consideró los mandatos establecidos por el gobierno federal en el Plan Sectorial de Educación 2007-2012, que puntualiza la necesidad de lograr el libre tránsito de los estudiantes entre subsistemas y contar con una certificación a nivel nacional “en un marco de diversidad”.
Respecto de los mecanismos de gestión de la reforma integral para la educación media superior, Hugo Aboites, doctorado en educación por la Universidad de Harvard, juzga que es un retroceso porque regresa la idea de que lo necesario es hacer sistemas únicos no sólo en el nivel nacional, sino también en el nivel internacional.
“Cuando se crea un sistema, con un programa de estudios, un sistema de evaluación y de certificación privada, únicos, pues evidentemente no se puede hablar de una educación en el marco de la diversidad si se acaba con la creatividad y las muestras de cada región. La educación debe ser diversa para cada país”.
El investigador opina que al respecto existen contraversiones, pues como primer eje de la reforma (Acuerdo 444), en el marco curricular común se establecerán competencias y habilidades genéricas, disciplinares y profesionales a través de nuevos programas de estudio, lo que a consideración del especialista “conllevará a prácticas discriminatorias y de segmentación por nivel socioeconómico”.
Para el investigador, la participación y vinculación con el sector empresarial se manifiesta en el mismo eje: el marco curricular común. “Los mecanismos presentan un planteamiento pedagógico para hacer posible y facilitar la participación y determinación del sector empresarial sobre el objetivo educativo y sobre el aprovechamiento de las habilidades y competencias de los estudiantes”.
La participación de la UNAM
En el segundo eje (Acuerdo 480) se establecen los lineamientos de ingreso de las instituciones educativas al sistema nacional de bachillerato “para que las nuevas generaciones puedan salir adelante en un mundo cada vez más competitivo, obtener mejores empleos y contribuir exitosamente a un México con crecimiento económico y mejores oportunidades para el desarrollo humano”.
Otro de los ejes se refiere a un modelo de certificación de los egresados de dicho sistema nacional. En los acuerdos se contempla que las evaluaciones serán un instrumento fundamental en el análisis de la calidad, la relevancia y la pertinencia del diseño y la operación de políticas públicas.
Respecto de ambos acuerdos, el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana reconoce que la UNAM ya está participando en un sistema de evaluación único con el Centro Nacional de Evaluación (Ceneval).
Argumenta que los procedimientos del Ceneval segmentan a la población estudiantil. “Hace pensar que las grandes escuelas sólo son para unos cuantos, los mejores”, y que la educación técnica es para quienes son evaluados de manera negativa. Así, “determina quiénes tienen o no acceso a educación universitaria profesional”.
Considera que la transferencia de datos que la UNAM hace al centro, a través de la Comipems (Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior), es una trasgresión “muy grave a los derechos humanos. Es el órgano que al final se encarga de rechazar los ingresos”.
La IP participaría en el SNB
El tercer eje del SNB lo constituyen nuevos planes y programas de estudio que, conforme al Acuerdo 484 –publicado en el DOF el pasado 19 de marzo–, establecerán “las bases para la creación y funcionamiento de un comité directivo” que podrá auxiliarse de “grupos de trabajo especializados que resulten convenientes y necesarios”.
“Es la justificación para permitir la injerencia de grupos empresariales a la toma de decisiones en el sistema nacional de bachillerato”, reflexiona Aboites. Y alude de nueva cuenta la propuesta de la asociación que también participará en la conformación del SNB, la ANUIES.
En el apartado “Planeación educativa y planeación del desarrollo económico”, la ANUIES expresa que, “complementariamente, se contará con un modelo de concertación y coordinación flexible y descentralizado que permita el desarrollo económico y social de las regiones basado en el conocimiento, con atribuciones y responsabilidades específicas de los gobiernos, las instituciones de educación superior y las empresas”.
De acuerdo con el mismo documento, el modelo se sustentará en sistemas estatales y regionales de innovación y en redes entre gobiernos, academia y empresas, dando atención a las necesidades del desarrollo económico y social de las diferentes regiones del país. “Se habrá pasado de las relaciones bilaterales (universidad-empresa, gobierno-empresa, universidad-gobierno) a las relaciones trilaterales basadas en redes establecidas para potenciar la interacción”.
“La universidad tradicional coexistirá con universidades virtuales y con otras formas de universidad, como son las ‘universidades corporativas’ de las empresas, creadas para satisfacer la demanda de educación permanente de su fuerza de trabajo en diferentes niveles ocupacionales. Estas universidades poseen una fuerte base tecnológica y se caracterizan por una estructura y un funcionamiento reticulado, bajo el principio de llevar la educación al individuo y no el individuo a la educación”, cita la ANUIES dentro de su propuesta que también plantea la necesidad de reformar el nivel educativo medio superior.
Respecto de las propuestas de la reforma integral y las modificaciones de los planes de estudio que se plantean, Hugo Aboites dice que no es posible respetar los perfiles de cada una de las instituciones que participen, ni un solo plan que cumpla con las exigencias de todas y cada una. “Seguramente se va a adoptar sólo un plan y entonces se darán cuenta del terrible error de crear un sistema homogéneo de bachillerato”.
La SEP vulnera autonomía
El investigador de la UAM y del Grupo de Trabajo sobre Universidad y Sociedad del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales de Buenos Aires, Argentina, argumenta que algunas instituciones educativas públicas no tienen garantizada su autonomía ni la ejercen. “Es una verdadera falta de respeto. Me sorprende que los rectores dócilmente y de manera subordinada lo acepten”.
Hugo Aboites, quien también participa en la Coalición Trinacional en Defensa de la Educación Pública –que reúne a sindicatos de trabajadores de la educación de nivel básico y superior de Canadá, Estados Unidos y México– considera que la UNAM tiene presiones para integrarse al SNB: “Puede tender a disciplinarse por temor a perder los estímulos económicos o la aceptación, y por la conformación y manifestaciones de movimientos estudiantiles de protesta”.
A su parecer, la reforma de la educación media superior impuesta por la SEP, y que contempla instituciones públicas y privadas, incluida la UNAM, “va por ahí: ir presionando paulatinamente para que la sociedad y la opinión pública se cen tren en otros temas; el anonimato y el silencio para ir introduciendo las reformas y que la institución (UNAM) no se quede desfasada. Me temo que eso ocurra y es una posibilidad real”.
“La UNAM debería deslindarse de este proceso de reforma por ser totalmente injusto y porque no garantiza su autonomía”, concluye Hugo Aboites, quien fuera secretario general del Sindicato de Académicos y Administrativos de la UAM y asesor de movimientos estudiantiles.
Las cifras de la SEP
En la primera semana de abril, durante conferencia de prensa en Mérida, Yucatán, Miguel Székely Pardo, subdirector de Educación Media Superior de la SEP, aportó algunas cifras respecto del alumnado de ese nivel educativo. Entre éstas, destaca que de 100 alumnos que ingresan a estudiar el nivel bachillerato, 40 desertan.
Son 3 millones 800 mil alumnos que ingresan cada año al bachillerato. De ese total, el 48 por ciento, es decir, 1 millón 520 mil alumnos, deja la preparatoria; de éstos, la mitad no estudia ni trabaja; y sólo la otra mitad labora.
De los 2 millones 200 mil alumnos que concluyen el bachillerato, el 25 por ciento –525 mil alumnos– llega a la universidad.
Según el funcionario, la tasa de cobertura de la universidad es menor del 25 por ciento; en el nivel medio superior es del 60 por ciento: “Eso quiere decir que de cada 10 que entran a primaria, poco más de nueve salen de ésta. Y de ellos, más o menos ocho entran a secundaria”.
“El salto más grande se da en la educación media superior, porque seis de cada 10 egresados que ingresaron al bachillerato, sólo menos de la mitad, cerca del 35 por ciento, logra ingresar a la universidad, y es mucho menor el porcentaje que logra salir”, puntualiza.
Contralínea solicitó entrevista con Székely Pardo a través de su oficina y del área de Comunicación Social de la SEP; también se buscó conocer la versión de la UNAM. Hasta el cierre de edición no hubo respuesta.
Reforma suprime filosofía y humanidades de los planes de estudio
El pasado 30 de marzo la organización académica Observatorio Filosófico se pronunció a través del desplegado “Contra la desaparición de la filosofía como disciplina básica en la reforma de la SEP”. Argumenta que la reforma integral a la educación media superior “busca unificar la enseñanza en todos los subsistemas a partir de lo que denomina competencias y habilidades, cuyo fin es el de formar a individuos que se incorporarán al mercado de trabajo nacional en el marco de la llamada globalización”.
Según investigadores y representantes de diversas instituciones como la UNAM, la UAM, la Universidad de Guerrero, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Asociación Iberoamericana de Filosofía Política, el Instituto de Educación Media Superior, entre otros, en la reforma “la filosofía se ha eliminado del conjunto de disciplinas básicas, siendo diluida en las competencias genéricas y el único papel que se le asigna se expresa en un pie de página del mencionado acuerdo, en donde se declara que tendrá ‘un carácter transversal’ y ‘podrá incluirse si se considera pertinente’, es decir, en forma evidentemente aleatoria y discrecional”, expresan.
Asimismo, la organización manifiesta que las humanidades “han sido omitidas como área básica en la formación de los estudiantes, considerándose indispensables y suficientes sólo a las matemáticas, algunas ciencias naturales y sociales y la comunicación”.
“Es evidente que los rasgos generales de esta reforma provienen de las indicaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, de los Acuerdos de Bolonia y el Proyecto Tuning para la Unión Europea, que no son pertinentes para nuestro país, el cual debería realizar una reforma educativa tomando en cuenta su propia historia y sus características como nación”.
De acuerdo con el documento público emitido por el observatorio, “la nueva reforma de la SEP, concentrada en el adiestramiento práctico-utilitario, atenta en contra de este tipo de formación (filosófica y humanista), en un mundo cuyas tendencias principales son el productivismo que ha llevado a la destrucción de los sistemas ecológicos, la automatización y sus efectos, la inequidad, la crisis de valores y la transición hacia una nueva figura del mundo”.
“La comunidad filosófica nacional no está en contra de formar a personas en el más alto nivel de sus capacidades y habilidades, pero al mismo tiempo considera como absolutamente necesaria una formación filosófica para que pueda cumplirse dicho fin”, concluye el comunicado. (AM)
Fuente: Semanario Contralínea 127 / Año 7 / 19 de abril de 2009
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